Fallece el polémico abogado Rodríguez Menéndez, defensor de 'El Dioni' o la 'Dulce Neus'
El mediático letrado, condenado en varias ocasiones, ha muerto en Madrid el día de sus 75 cumpleaños tras varios días ingresado
Tan polémico como mediático. Sus formas heterodoxas (y a veces estridentes) de defender a sus clientes le granjearon muchas páginas en los periódicos de finales ... de los 80, de la década de los 90 y de principios de este siglo. Su paso por los platós; sus recurrentes condenas; el particular zoológico que habitaba en su chalé; una azarosa vida sentimental (incluido el intento de asesinato por parte de una de sus esposas); y, sobre todo, el perfil de los casos de los que se ocupó en su trayectoria profesional hicieron que por esa misma época su imagen pública fuera omnipresente.
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El letrado José Emilio Rodríguez Menéndez falleció el jueves por la tarde, el día que cumplía los 75 años, en el Hospital Central de la Cruz Roja, San José y Santa Adela de Madrid, donde estaba ingresado desde hace una semana, después de que los médicos de La Paz constataran que el deterioro de su estado era irreversible.
Nacido Madrid, el 16 de octubre de 1950, su carrera profesional se vio catapultada por su participación en tres casos: como defensor de Nieves Soldevilla, la 'Dulce Neus', acusada de matar a su marido; de los policías condenados por la desaparición de Santiago Corella, 'El Nani'; y de Dionisio Rodríguez, 'El Dioni', el guardia de seguridad que en 1989 robó un furgón con 298 millones de pesetas para luego fugarse a Brasil. También fue abogado de uno de los procesados por el asesinato, vinculado a la guerra sucia contra ETA, del dirigente de Herri Batasuna Santiago Brouard o de Ricardo Guerra, quien segó la vida del seguidor de la Real Sociedad Aitor Zabaleta. Y ya más recientemente, ejerció como letrado de Antonio David Flores en su mediática separación de Rocío Carrasco -llegó a demandar a la familia de Rocío Jurado por mil millones de pesetas- y se especializó en la defensa de asesinos múltiples o miembros de organizaciones criminales mafiosas.
Los escándalos judiciales del siglo XXI en que estuvo inmerso casi rivalizaron con la popularidad que le otorgaron aquellas causas de los primeros tiempos. En 2005, la Audiencia Nacional le condenó por la difusión de un video de contenido sexual del entonces director de 'El Mundo', Pedro J. Ramírez, grabado en venganza por las revelaciones sobre los GAL. Menéndez se fugó entonces a Argentina. Fue detenido en 2006, cuando regresó para visitar a su madre enferma.
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Ese mismo 2006, el Supremo elevó de seis a diez años otra condena que ya pesaba sobre él por defraudar el equivalente a cuatro millones de euros entre 1990 y 1994. En 2008 volvió a fugarse aprovechando un permiso penitenciario y acabó por París, Toulouse, Sao Paulo y de nuevo Argentina, donde pasó veinte meses encarcelado.
Hace dos años, en 2023, recibió una nueva condena, esta vez a cuatro años de cárcel por estafa grave e intrusismo profesional al haberse apropiado de 120.000 euros de cuatro víctimas, a las que prometió un negocio millonario con la compra de petróleo a la empresa argentina YPF.
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La esposa que quiso matarlo
Compaginó sus andanzas, montajes, idilios y broncas con personajes televisivos del momento, como Nuria Bermúdez, Sonia Moldes, Malena Gracia o Mila Ximénez, con incursiones en la prensa como editor del diario Ya en su declive (llegó a publicar una falsa entrevista al huido Antonio Anglés, asesino de las niñas de Alcácer) o el lanzamiento de la controvertida revista de cotilleos Dígame.
Su obsesión por la polémica y la notoriedad llegó al punto de entrar en directo (mientras seguía fugado en el extranjero) en programas del corazón como 'Sálvame' y 'La Noria' para protagonizar sonadas refriegas con Raquel Bollo o Belén Esteban.
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Casado al menos cuatro veces, quizás la imagen más icónica de su vida sentimental al límite fue la que protagonizó en junio de 1999 en una rueda de prensa con la camisa teñida de la sangre que supuraba la herida en el pecho que días antes le había provocado el disparo de un sicario contratado por la que entonces era su mujer, Laura Fernández. La sentencia que condenó a Fernández a 11 años de cárcel como inductora del intento de asesinato del abogado consideró probado que la mujer (que había obtenido un poder para manejar el extenso patrimonio del letrado) ofreció a un amigo suyo 50 millones de pesetas, un reloj Cartier y «favores sexuales» por ejecutar al hombre que acaba de morir en el hospital.
Aquella no fue, sin embargo, la primera vez que un allegado intentaba matarlo. El hermano de otra de sus esposas le hirió en 1995 con un cuchillo por el impago de una supuesta deuda de unos trabajos en un prostíbulo. Fuera fruto de esos ataques o de su vida de excesos, la salud de Rodríguez Menéndez nunca fue buena. No era extraño verlo en los tribunales tomándose la tensión en plena vista oral, cultivando así la imagen de excentricidad que siempre buscaba y que le acompañó hasta el final de sus días.
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