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El Ayuntamiento de Vitoria retira el nombre de la avenida Juan Carlos I. EFE
La huella de don Juan Carlos se desdibuja

La huella de don Juan Carlos se desdibuja

Los Ayuntamientos han empezado a renombrar alguna de las 637 vías públicas bautizadas en honor al rey emérito

Jueves, 6 de agosto 2020

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La Avenida Juan Carlos I es un clásico de los callejeros de muchas ciudades españolas. El monarca también da nombre a calles, plazas, travesías, parques, glorietas, puentes e incluso a una autovía. Pero las informaciones sobre las supuestas irregularidades financieras en las que se ha visto envuelto el rey emérito han provocado que muchos ayuntamientos comiencen a retirar las placas de las vías públicas y a renombrarlas. Su salida de España el pasado lunes no ha hecho más que acelerar este proceso.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), a fecha de 1 de mayo de 2020 existían en España 637 vías públicas bautizadas como «Rey Juan Carlos», «Juan Carlos I» o «Juan Carlos de Borbón». Badajoz (50), Toledo (48) y Murcia (44) son las provincias donde más se repite el nombre. De hecho, en esta última se encuentra el municipio con más placas dedicadas al emérito, Lorca, que cuenta con un total de ocho.

Una huella plantada en días de mayor gloria del reinado de Juan Carlos I con la idea de perdurar, pero que este verano se ha empezado a desdibujar tras su marcha, sobre todo en los consistorios controlados por partidos de izquierda o nacionalistas.

El Ayuntamiento de Vitoria fue uno de los primeros en reaccionar a las informaciones sobre el rey emérito y el pasado 31 de julio –cuatro días antes de que abandonara el país– renombró la Avenida Juan Carlos I y la sustituyó por 8 de marzo. El alcalde de la ciudad, Gorka Urtaran (PNV), explicó que no era una cuestión ideológica: «Cuando su propio hijo renuncia a su herencia y le retira la asignación económica mensual que tenía, ya es suficiente sentencia como para que retiremos la calle a una persona que no es un ejemplo para nuestra ciudad».

La siguiente capital en seguir el ejemplo fue Gijón, cuyo consistorio anunció el pasado miércoles que la avenida Juan Carlos I perdería su actual nombre. «El rey emérito ya no cumple con lo que debería de cumplir para que haya calles en la ciudad con su nombre», afirmó la portavoz del Gobierno municipal, Marina Pineda (PSOE), que aseguró que en las últimas semanas habían recibido «muchas peticiones ciudadanas con este tema y el Ayuntamiento está de acuerdo». Horas más tarde, el Ayuntamiento de Cádíz, regido por José María González 'Kichi' (Adelante Andalucía), también decidió que la avenida Juan Carlos I iba a renombrarse como avenida de la Salud Pública. Y el goteo continúa.

Buques y universidades

A nivel nacional, ningún grupo parlamentario ha solicitado aún formalmente la retirada del nombre del emérito del callejero, decisión que depende de cada municipio. Sin embargo, en el Senado, Compromís ha empezado a sondear esta posibilidad. «Queremos iniciar una campaña para exigir la retirada de estas denominaciones ante un nombre que avergüenza a cualquier demócrata», afirmó el portavoz de la formación valenciana en la Cámara alta, Carles Mulet. Los suyos ya habían pedido el cambio de denominación de la base de la Antártida y del buque de la armada que llevan el nombre de Juan Carlos I, pero se encontraron con la negativa del Gobierno.

La misma situación se repite con los numerosos bustos y retratos del monarca que pueblan los edificios públicos. El pasado 15 de junio, el Parlamento de Navarra retiró un cuadro del rey emérito en una iniciativa apoyada por todos los grupos (incluido el PSOE) excepto Navarra Suma. Un día después, la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, pedía la retirada de todas las imágenes de Juan Carlos I del edificio que acoge a la Cámara baja.

Además de todo, también llevan el nombre del emérito un hospital público en Móstoles (Madrid) y una universidad, la Rey Juan Carlos. También colegios, centros de educación infantil e institutos o centros de formación profesional. Una huella que parecía indeleble, pero que empieza a borrarse poco a poco.

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