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Angela Merkel saluda a sus compañeros del parlamento alemán en el día de su adiós. AFP
Merkel, la última estadista de Europa

Merkel, la última estadista de Europa

El adiós de una gran líder. La canciller abandona el poder después de 16 años tras ganar todas las elecciones a las que se ha presentado, gobernar con destreza Alemania y ejercer su liderazgo en la UE

Sábado, 11 de septiembre 2021, 23:36

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La Real Academia de la Lengua Española define la palabra 'estadista' como «persona con gran saber y experiencia en los asuntos del Estado», pero su significado va mucho más allá de una breve definición académica, ya que para conseguir serlo es necesaria una amplia visión de futuro para lograr grandes acuerdos, nacionales o internacionales; sometimiento y control de las ambiciones personales; altruismo y generosidad con los antagonistas y clarividencia para asimilar y comprender cuándo es el momento de abandonar el poder. Este es el caso de la líder europea más relevante del presente siglo, Ángela Merkel, quien abandona el poder después de 16 años, tras ganar todas las elecciones a las que se ha presentado y tras gobernar Alemania durante cuatro legislaturas.

Con una popularidad siempre por encima del 50%, ninguno de los candidatos que aspiran a sucederla tras las elecciones del próximo día 26 se acerca siquiera a dicho porcentaje en estimación y prestigio. Aclamada por muchos y vilipendiada por otros tantos, nadie puede negar su arrojo para enfrentarse a numerosas y graves crisis, tanto en la primera economía europea y cuarta del mundo (Alemania) como en cuestiones relativas a la UE. Criticada hasta la saciedad por las inflexibles políticas de austeridad con las que lastró a los países del sur de la Unión (España, Grecia, Italia y Portugal) tras la crisis de 2008, ha sido capaz de dar vía libre al mayor plan de incentivos económicos de la historia para enfrentarse a la crisis de la covid-19 y salvaguardar las economías comunitarias.

Su principal objetivo ha sido siempre el de apostar por la estabilidad más que por los cambios y las reformas y para ello se ha valido de herramientas como el acuerdo, la colaboración, el comedimiento y la sobriedad. Con ellas ha conseguido reducir el desempleo a la mitad desde 2005, un crecimiento económico mucho mayor que el de aquel año, mayores inversiones en políticas sociales y una clara reducción de la deuda pública, a pesar de la precariedad del mercado laboral y de las desigualdades.

La primera jefa de Gobierno de Alemania en 2005 y primer canciller procedente de la desaparecida República Democrática Alemana, es una estadista de libro que ha dado a la Unión Cristiano Demócrata, su partido, las mayores cotas de poder de su historia. Y todo careciendo de convencionalismos políticos como la voracidad mediática, el atractivo o el carisma y utilizando el trabajo, la cooperación y la conciliación para lograr acuerdos y apoyos de partidos tan dispares como el SPD (socialdemócratas), el CSU (socialcristianos), el FDP (liberales) y sus propios correligionarios.

Acompañado todo ello de su facilidad y destreza para llevar a cabo políticas transversales centristas apropiándose de parte de los idearios de otras formaciones políticas. Algo similar a lo que ha practicado en la UE aprovechando la hegemonía alemana y sus saneadas cuentas para imponer su principal dogma, el que recoge que sin saneamiento financiero y disciplina fiscal no puede haber confianza en la moneda europea ni posibilidades de crecimiento y creación de empleo.

Trayectoria

Ángela Merkel nació en Hamburgo y se educó y formó en la RDA obteniendo el doctorado en Química Cuántica en 1982 ('El cálculo de las constantes de velocidad de las reacciones elementales en los hidrocarbonos simples'). Entró en política al caer el Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989) formando parte del minúsculo partido creado en Leipzig denominado 'Despertar Democrático', al que luego absorbió la CDU de poniente. La protección y tutela de Helmut Kohl, su empeño y perseverancia, junto con su dedicación y trabajo en las tareas de gobierno como Ministra de la Mujer y la Juventud y después de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear le permitieron ascender poco a poco en el partido, a pesar de los recelos que suscitaba por proceder del Este (ossi), ser mujer y divorciada y no estar casada entonces con su actual marido Joachim Sauer.

Cuando en 1998, la CDU sufrió una catástrofe electoral y formó gobierno Gerhard Schröder, Merkel llegó a la secretaría general del partido y tuvo que lidiar con la financiación ilegal del mismo y con la reputación de un Kohl del que se separó sin contemplaciones para intentar recomponer un partido que presidió, a partir del año 2000. A sus 45 años, su perfil austero, discreto y perseverante, muy del estilo de la RDA de Walter Ulbricht y Erich Honecker, le permitió, después de un trabajo ingente, hacerse con una CDU que le 'obligó' en las elecciones de 2002 a ceder la candidatura a Edmund Stoiber de la CSU (11 de enero de 2002).

Pero tres años más tarde ya controlaba el partido y en las elecciones de dicho año, aunque la CDU/CSU empató con el SPD, pudo llegar a la cancillería en un Gobierno de gran coalición con un programa similar a la Agenda 2010 de Schröder. Dicha coalición funcionó bien iniciando la reforma del Estado federal, invirtiendo en I+D, realizando privatizaciones, elevando el IVA y el tipo máximo del IRPF, retrasando la edad de jubilación de los 65 a los 67 años y aumentando las cotizaciones de la Seguridad Social. Todo ello llevó a un crecimiento del PIB del 3% anual y bajando el desempleo por debajo del 10%, recuperando el país su protagonismo como locomotora de la economía europea.

Una crisis tras otra

Merkel, la primera mujer, el primer ciudadano de la extinta RDA y el más joven en llegar a la Cancillería desde la creación de la RFA (1949), ha sido criticada por los expertos por su falta de visión para acometer reformas necesarias para la economía alemana, lo que quizá se haya debido a la circunstancia de tener que lidiar con una crisis tras otra. La canciller aprovechó la estela de las reformas de calado en el mercado laboral y en el sistema de protección social que hizo su predecesor, el socialdemócrata Gerhard Schröder, entre 2003 y 2005.

Ángela Merkel ríe a carcajadas durante una cumbre Asia-Europa celebrada en 2010.
Ángela Merkel ríe a carcajadas durante una cumbre Asia-Europa celebrada en 2010. Reuters

La famosa Agenda 2010, es la base de lo que se dio en llamar el «milagro del empleo alemán!, asentado en los 'minijobs', trabajos temporales con sueldos inferiores a 450 euros mensuales que apenas cotizan a la Seguridad Social. La canciller sólo hizo reformas al principio de su mandato para mejorar las inversiones y crear más puestos de trabajo. El 'segundo milagro económico alemán' se frustró a finales de 2007 con el inicio de la tormenta financiera del año siguiente que obligó a su Gobierno a garantizar los depósitos de los ciudadanos, a elaborar un plan de ayudas a la banca por valor de 500.000 millones de euros, a crear bancos malos y dos programas anticrisis.

Respecto a la UE, Ángela Merkel, forma parte, con todos los honores y a pesar de sus sombras, del elenco de europeístas convencidos e impulsores de su construcción. En su primer Consejo Europeo (diciembre de 2005) la 'novata' Merkel causó una impactante impresión por su edificante arbitraje entre el presidente francés, Jacques Chirac y el primer ministro británico, Tony Blair, para sacar adelante las Perspectivas Financieras 2007-2013, pendientes de cerrar desde el fracasado Consejo de junio. Parecía que Europa había encontrado por fin un estadista de altura para suplir la falta de liderazgo desde el colapso del Tratado Constitucional en Francia y Holanda (2005). Para ello contó con la inestimable colaboración de Nicolás Sarkozy tras ganar las presidenciales francesas en 2007. La colaboración entre ambos (Merkozy) fue la fuerza propulsora de una UE cuyas decisiones en los Consejos Europeos se fraguaban previamente en el eje germano-francés.

Parte de sus aportaciones en estos años, hasta la crisis de 2008, fueron la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF), el Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera (MEEF), el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el Pacto por el Euro o Euro Plus (versión suavizada del Pacto de Competitividad inicialmente planteado por Alemania) y sobre todo el Pacto Fiscal Europeo. La crisis del euro consagró a Merkel como «la canciller de la austeridad», si es que ya no lo era, ya que impuso una dura disciplina y rigidez en la Unión, especialmente a los socios del Sur de la Eurozona. La disciplina presupuestaria ha sido una constante durante sus 16 años de gobierno y el 'déficit cero' alemán se ha convertido en más que una política, en algo sagrado.

La pandemia

La siguiente crisis que vivió no fue económica, pero la responsabilizaron, también en su propio partido, de poner en peligro el Estado del bienestar alemán cuando en 2015 abrió el país a más de un millón de refugiados que huían de la guerra de Siria. Al llegar la pandemia la canciller renació de sus cenizas gestionando con buena combinación de razón y sentimiento esta nueva crisis y llevó a cabo la impresionante respuesta económico-financiera de la UE. Se mostró mucho más flexible que trece años antes y apostó sin reservas por la expansión financiera para salir de la misma, impulsando, junto con Macron, el 'NextgenerationEU', el importante programa de ayudas y préstamos de la Unión a sus Estados.

Esta evolución manifiesta que su europeísmo ha ido aumentando con el paso de los años. Alemania y la Unión echarán de menos un liderazgo que ha ejercido de muro de contención del nacionalismo y del populismo, y al que en los últimos tiempos se ha sumado su labor en pro del papel de la UE en el nuevo orden mundial y en el concepto y futuro de Occidente.

Más allá de la valoración que cada cual haga de la era Merkel, es indiscutible que su marcha cambia el panorama europeo y genera no pocas incógnitas al ser el país teutón uno de los actores fundamentales en la configuración de la política de la UE, la mayor potencia económica de Europa, el que más contribuye al presupuesto comunitario y el que mayor influencia tiene.

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