Así es Casa Quintanilla, la genuina finca a la que acudió Felipe VI por la boda de su amigo Fernando León
El monarca acudió a este selecto enclave de Bañaderos de incógnito con motivo del enlace del medallista olímpico grancanario el pasado sábado 5 de abril | Un inmueble del siglo XIX que conserva el estilo tradicional de las construcciones provistas de plantaciones azucareras y platanos
La genuina finca aruquense de Casa Quintanilla ha acaparado la atención mediática en los últimos días tras conocerse la presencia del rey de España, Felipe VI, en sus instancias con motivo de la boda el pasado sábado 5 de abril de su amigo Fernando León Boissier, regatista grancanario y medallista olímpico, y su novia Miriam.
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En una visita privada que se ha mantenido en el más selecto incógnito, el monarca acudió a este privilegiado enclave de la localidad de Bañaderos como invitado especial en este enlace, conociendo de primera mano los detalles y recovecos de un inmueble con encanto, creada en el siglo XIX que conserva el estilo de las construcciones provistas de plantaciones azucareras y plataneras.
Una casa restaurada para preservar su historia, de grandes dimensiones y especializada en la realización de eventos y celebraciones, fusionando naturaleza, historia y tradición. En ese idílico entorno, en el cual -por obvias razones, los invitados fueron desprovistos de sus correspondientes móviles-, Felipe VI compartió anécdotas y ocurrencias tanto con los novios como con varios de los invitados, entre los que se encontraban varios medallistas olímpicos de vela, una de las disciplinas que más metales ha dado al deporte español.
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Cabe señalar que Felipe VI, que acudió solo a la boda, se hospedó en los últimos días en el Hotel Santa Catalina, pasando relativamente desapercibido mientras coincidía en el conocido recinto hotelero tanto con varios participantes del pasado Congreso Nacional de CC como con la plantilla de la Real Sociedad, que se midió este domingo a la UD Las Palmas.
La amista del monarca y Fernando León Boissier tiene una vinculación especial precisamente por la pasión que comparten ambos por la vela. De hecho, el grancanario, que cuenta ahora con 58 años, ganó su primer mundial a los 16 y participó en cuatro Juegos Olímpicos, obteniendo una medalla de oro en Atlanta 1996 en la clase Tornado. También compitió en las citas olímpicas de Seúl 1988, Barcelona 1992 y Sidney 2000. Fue en la competición de la ciudad catalana donde León y el entonces Príncipe de Asturias fueron compañeros en el equipo olímpico de vela.
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