Rincón de Triana: una opción segura en Las Canteras
Tradición, producto y creatividad se unen en un establecimiento solvente donde el respeto a la calidad es máximo
Unas deliciosas gyozas rellenas de morcón ibérico y setas, acompañadas de una ligera crema de kimchi ahumada, me sirven para comprobar, de entrada, que todo lo bueno que me habían dicho de Rincón de Triana (calle Franchy Roca, 59) eran opiniones justificadas y fácilmente comprobables.
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En un entorno privilegiado, a pocos pasos de la playa de Las Canteras, donde este concepto no abunda precisamente, Rincón de Triana es, además, una grandísima noticia para los amantes del buen comer.
Mario Trigueros, gerente y encargado de sala, nos recibe en una mesa de la terraza para detallarnos el éxito de su oferta. «Esto es un restaurante clásico, con un servicio cercano y respetuoso, además de tratar de jugar con fusiones de sabores, que nos permiten tener sabores reconocibles pero con una vuelta de tuerca. Hasta ahora nos ha funcionado bastante bien».
Célebre es su ensaladilla rusa con langostinos (hacen unos 60 kilos a la semana), las excelentes croquetas de jamón ibérico o su generosa oferta de carnes, como la soberbia presa ibérica 5J a la brasa, sin duda la mejor parte del mejor cerdo, o el guacamole, «todo de producto de cercanía hecho delante del cliente, que elige el punto de picante y gusta mucho».
Rincón de Triana nació en 2018, en su ubicación original de la calle Travieso esquina con la calle Cano. «Era un establecimiento muy pequeño, con seis comensales dentro y unos doce fuera. En 2019 nos surgió la oportunidad de mudarnos a este local y dimos el salto sin dudarlo. Lo hice junto a Rafa, que es el chef ejecutivo y socio del negocio». Ese salto cualitativo sirvió también para mejorar una carta y un concepto ahora consolidado.
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Trigueros destaca algunos icónicos más de la carta que nunca fallan. «Tenemos una pata de cochinillo segoviano, de unos 500 gramos. Un producto tradicional que tiene la particularidad que la cocinamos con la receta de la pata asada, a baja temperatura durante 24 horas. Es un plato que hay probar sí o sí. Otro de los clásicos es la costilla de cochino canario, carnosa y que lleva con nosotros desde el principio, nos dio mucha fama. Hay clientes que siguen viniendo exclusivamente por ella».
Un 60% de la carta son platos fijos, que ya forman parte de la identidad del local. El resto, «cambiamos dos o tres veces al año, además de los fuera de carta, que siempre tenemos. El cachopo, por ejemplo, empezó como petición de un cliente y ahora es un obligatorio».
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El boca a boca desde que abrió ha sido fundamental para este solvente restaurante. De ahí que muchos de los clientes, recomendados primero y leales después, opten por dejarse llevar a la hora de la elección, para lo que Rincón de Triana tiene una especie de menú degustación con los clásicos de la casa. «En lugar de sacarle tres raciones de cada plato, estamos optando por darle cinco, seis o siete pases, con una experiencia que es muy gratificante. De ahí que vayamos a crear menú degustación con maridaje».
Generosa oferta de vinos
La parte líquida es fundamental para el restaurante. Las 134 referencias de vino así lo demuestran. «Tengo vinos seleccionados hasta por añadas. Mauro, por ejemplo, que no hay mucho en el mercado y que es uno de los grandes vinos de España, tenemos cuatro añadas diferentes en la carta. Tenemos mucha clientela que viene por el vino. No queremos tener una gran cantidad, pero sí mucha calidad. Desde el Priorat, Canarias, Ribera del Duero, Jumilla, Sacra...».
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Sin duda, algo que agradecen los 60 comensales que pueden albergar en el confortable comedor interior.
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