Crónica de un almuerzo familiar: restaurante Unión, un lugar encantador donde comer en Telde

Pan caliente, tomate, aceite de oliva y una mantequilla con miel armonizan con el trato amable y cercano. En la terraza, el agua de la fuente, unos niños jugando al fondo y una línea directa que me amarra a los recuerdos de infancia. Momentos en familia, de recreo y de júbilo que resuenan en la memoria como ecos del pasado de este mismo lugar, que fuera hace años punto de encuentro entre los jóvenes, de felicidad y de esparcimiento y que elegí como escenario para disfrutar de este almuerzo familiar tan especial.

Porque Unión se ha convertido en un lugar de reunión. Es ahí donde se reúne Mario con su infancia, junto a la plaza de San Juan, donde el mismo día que disfrutábamos de su comida, se encontraba la Virgen del Pino con el Santo Cristo de Telde y donde, salvando las distancias, me reunía yo misma, después de muchos meses, con mi madre. Ella (mi madre) pidió unos chipirones fritos, acompañados de una emulsión de ajo, lima, tinta y jengibre.

Mi pareja repitió la hamburguesa Unión, de vaca madurada, de quien se confiesa absoluto fan, mientras que yo me aventuré con lo que quiera que tuviesen fuera de carta, que en este caso amerizó en un espectacular tartar deatún ahumado, con salsa de kimchi emulsión de yuzu y crujiente de mango liofilizado sobre una tosta de pan de masa madre.

De postre, el soufflé de cacao con avellanas y helado de panacota, una opción irresistible que cierra con un toque dulce una comida coherente en su propuesta y precios. Recomiendo (si se puede) ir un miércoles cualquiera para disfrutar de un paseo tranquilo por el casco antiguo de Telde, en Gran Canaria.

Como antesala a la experiencia culinaria que ofrece esta tasca moderna, aparece su magnífico patio interior coronado por un balcón estilo canario. Cada detalle de este espacio ha sido pensado para que la gente disfrute de una experiencia única, «donde lo familiar se encuentra con lo inesperado en cada bocado», como cuenta en sus redes el cocinero y emprendedor Mario Ureña.

Estudiamos su carta, en la que se intuye un concepto simple con una cocina técnicas que busca sorprender, siempre desde el respeto por la calidad del producto. Opciones de picoteo se suceden con platos para compartir: croquetas de jamón ibérico, ensaladilla Unión o unos huevos fritos con camarones, servidos con una suave salsa holandesa trufada y chips de batata roja (que recuerda inevitablemente a mi querido Qué Leche!, en Triana).

Hace ya casi un año desde que Mario compartiera ilusionado en sus redes la apertura de Unión, este restaurante situado en el emblemático Casino de Telde. Y es que Unión es el alma y da vida a un lugar precioso. En este encantador contexto apetece reencontrarse con amigos o familia mientras se disfruta de una propuesta culinaria tradicional con un toque creativo.

No se me ocurre una forma mejor de habitar un lugar histórico, 120 años después de su fundación. Donde antes los jóvenes venían a bailar, ahora el patio, que luce límpido y lleno de luz natural, se transforma en un espacio vibrante, sofisticado y cercano a la vez.

El municipio de Telde cada vez gana más admiradores por su oferta gastronómica creciente y echando la vista atrás, vemos que Unión ha tenido una buena acogida. El local abrió sus puertas coincidiendo con el aniversario de Qué Leche!, su anterior proyecto que sigue gestionando Jennise Ferrari, «después de más de 20 años dedicados a la cocina -que incluye nombres como Berasategui o Roca-, este sueño se hace realidad», comentaba Ureña en aquel post inaugural.

Además, el chef grancanario perteneció a la primera promoción del máster en Técnica, Cocina y Producto del Basque Culinary Center, dato que me reúne de nuevo, sin pretenderlo, con mi querida escuela de San Sebastián. Porque todo lo bueno, termina en Unión.

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