Helena, una vuelta a la infancia en Asturias

Con una base predominante de Alquitara del Obispo -5 cl de aguardiente de sidra-, Helena adquiere el aroma destilado de la sidra 100% natural. Un alcohol fino que extrae los aromas más puros y esenciales genuinos de la manzana. Este aguardiente de sidra ha gozado tradicionalmente de gran prestigio como producto para las grandes ocasiones, mientras que en el ámbito campesino y tradicional era utilizado como elemento de la medicina rural, en múltiples fórmulas tanto digestivas como tópicas. Por tanto, es un producto con un carácter artesanal muy arraigado.

Otro gran protagonista de este cóctel es sin duda el Fernet branca, un producto algo más difícil de conseguir para el público general, pero le aporta un toque amargo muy característico, gracias a que posee un aroma a menta, con notas florales e incluso a caramelo. De origen italiano, específicamente en la ciudad de Milán, el Fernet Branca es uno de los licores en su categoría más famosos del mundo.

También es tedioso de conseguir el Bitter Elemakule Tiki, que se utiliza para aportar sabores de canela, pimienta jamaicana y otras especias a las elaboraciones con tan solo dos gotas. El resto de ingredientes, al igual que en el resto de cócteles presentados por este medio, se encuentran en cualquier supermercado y las elaboraciones son sencillas de preparar.

Los cócteles más veraniegos, con esos componentes de piña o sidra, están más pensados para comidas ligeras, como es el caso del Helena. «Es un refresco que funciona muy bien con lo que cualquiera puede tomar en un aperitivo», señala. Por su factor refrescante, no tienen hora específica para tomarlos, y se pueden consumir a cualquier hora del día. «En cambio, otros cócteles que cuentan con una base más compleja y destilada por la presencia del ron o del whisky se pueden tomar después de una comida copiosa», explica.

Borja Cortina, que regenta un negocio en Asturias, confiesa que los cócteles que llevan sidra, como es el caso de Helena, tienen mucho éxito en la provincia asturiana, «ya que la gente busca esa diferenciación y esa pertenencia a los productos de una tierra en cuestión».

Por lo general, los combinados demandan sidras brut -que son aquellos que realizan doble fermentación y que tienen menos de quince gramos de azúcar por litro-, y de hielo, porque actúan en el cóctel como un componente meramente agridulce, y eso contribuye a que ambos sabores queden bien compensados. «Una de las claves de la coctelería y a la vez lo más difícil de encontrar es el equilibrio en una mezcla», comenta.

Así pues, Helena es un cóctel equilibrado, refrescante con notas frutales y una base de sidra que lo hace inconfundible, se disfrute donde se disfrute.