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Restaurante El Risco. C7
De ruta

Un paseo gastronómico por Lanzarote: mucho más que sus gloriosos vinos

Ya no es un despertar, ni mucho menos una apuesta por consolidar. Esta isla está marcando el camino en muchos aspectos, y recorrerla a base de bodegas y restaurantes es un plan ganador

José Luis Reina

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 3 de mayo 2023, 18:45

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Da igual en qué punto de la isla se encuentre, sus gustos o su presupuesto. En Lanzarote hay espacio para todo y para todos, siendo un lugar donde la oferta de ocio y gastronomía está íntimamente relacionada, además de contar con una red de centros turísticos que ha potenciado de manera muy seria este aspecto, por lo que la cultura también entra en juego en este triunvirato que tan bien les funciona.

Con privilegiadas vistas al mar, con la esencia de Manrique alrededor, en un paisaje volcánico o en la inmensidad visual de Los Jameos del Agua, en alguna de las bodegas o en hoteles de lujo. ¿Quién se puede negar a vivir una experiencia así? Lanzarote lo ofrece todo, su servicio está muy profesionalizado y la hospitalidad forma parte de su grandeza.

Si aparece usted por Arrecife, quizás el lugar más icónico para desayunar algo puede que sea el bar Charco Vivo (C. Juan de Quesada, 7), conocido por todos como Casa Ginory, en el Charco de San Ginés. Siempre animado, el mayor reclamo es el bocadillo de pescado o el particular mixto de la casa. Si bien es uno de los más conocidos, otra gran opción es ir a la pastelería Lamontagne (C. Manolo Millares, 80), del maestro chocolatero Ludovic Lamontagne. Hombre de talento y creatividad desbordante, en su casa está el paraíso dulce de la capital.

Creación dulce de Ludovic Lamontagne.

Visita fundamental aquí también es el restaurante Lilium (Marina de Lanzarote), de Orlando Ortega, que se nutre de producto local para transformarlo en platos innovadores sin perder la raíz ni el respeto. Ello le ha llevado a estar presente en las guías Repsol y Michelin. Si miramos al norte se nos viene a la mente rápidamente el restaurante El Risco (C. Montaña Clara,30), donde el producto del mar monopoliza con criterio la carta y las sugerencias. ¿Prefiere vivir una experiencia de alta cocina en uno de los grandes hoteles de la isla? Entonces lo suyo es el Isla de Lobos, del hotel Princesa Yaiza, donde el chef Gonzalo Calzadilla tiene su laboratorio y cuartel general.

Claro que si busca uno de los mejores arroces que puede comer en Lanzarote tiene que dirigirse al restaurante Puerto Bahía (Avenida del Varadero, 6) y ponerse en las manos del chef Nauzet Santana. De terraza privilegiada y con el mar susurrando continuamente, aquí el placer está garantizado, pues el respeto al producto es máximo y la seriedad innegociable. No puede pasar por alto el célebre Brisa Marina de Juan El Majorero, en Playa Blanca, donde pasarlo bien en la siempre animada avenida marítima con el pescado fresco como gran reclamo.

Arroz con carabineros de La Santa, Puerto Bahía. C7

Hablando de pasarlo bien, en Costa Teguise los amantes de la carne tienen dos grandes opciones: El Bocadito (Av. Islas Canarias, 16) y La Bohemia (Av. Islas Canarias 11). Movimiento, mucho. Parrilladas, tablas, carne de primera y vinos. Son dos lugares para el disfrute y perfecto para grupos. Allí también se encuentra el restaurante SeBE (Av. Islas Canarias, 20), especializado en arroces de primera calidad.

En La Bodega de Santiago (C. Montañas del Fuego, 27), con su agradable terraza en el patio de una preciosa casa con 200 años de historia, encontramos el lugar perfecto para adentrarnos en los productos de Lanzarote, que aquí tratan a la perfección. Si quiere conocer más profundamente la gastronomía canaria y a precios más que asequibles, lo mejor es hacerse una ruta por alguno de los teleclubs de Lanzarote, lugares de buen comer e institución de la isla.

Taberna El Bocadito.

Lugares exclusivos como el Arenas Lounge (C. Janubio, 9), donde su formidable terraza hará las delicias de los que busquen algo más íntimo, con la gran piscina en el centro y un ambiente muy especial que no defrauda, con la oferta gastronómica al nivel del entorno. Volviendo a Playa Blanca, es fundamental visitar al chef Pedro Santana en su Cocina del Puerto (C. del Chinchorro, 9), hombre de trayectoria solvente que tantas alegrías dio en Casa Brígida, también en Playa Blanca. Para una experiencia más exótica y potente, la visita hay que hacerla al restaurante Kentia Gourmet Club (C. Reina Sofía, 23), donde la magia del local y su seria oferta culinaria lo convierten en un gran reclamo local.

La Geria.

Dicho esto, que no es poco, recuerde que también tiene que visitar las múltiples bodegas de La Geria, de imponente presencia y admirable historia, dando como resultado los reconocidos vinos de Lanzarote. Algunas bodegas como la de Stratus se han convertido en parada obligatoria por la inmensidad de su construcción; y otras como la de El Grifo lo es por su innegable peso en la historia. Otras más pequeñas pero también abiertas, como la de Vega de Yuco, merece una parada.

El sector primario también se abre a la experiencia del visitante y gran ejemplo de ello, entre muchos, es Finca Machinda (C. Aniagua, 11 Tao), con su decidida apuesta por la tierra y los productos de primera calidad que de ella nace, o Finca Vegacosta (Cam. Las Gavias, Tinajo), donde la nueva generación ya gestiona el presente y el futuro de esta heroica labor.

Finca Vegacosta.

Estamos, en definitiva, ante una isla de experiencia total que ilumina el camino del buen hacer, con los restaurantes, los productores y los hoteles de la mano, en eso tan manido del turismo gastronómico que aquí practican con solvencia y sin mayor polémica. Lanzarote es grande por sus recursos naturales o por su oferta al cliente. Y la gastronomía es una parte fundamental de ella.

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