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Sus calles hospedan restaurantes históricos de la ciudad, cafeterías con mucho encanto y la excelencia de Carmelo Florido con su Equilibrista 33. Este animado barrio siempre ha estado en el mapa gastronómico, que se potenciaba significativamente cuando el Estadio Insular llenaba sus gradas de camisetas y bufandas amarillas.
Con el paso del tiempo, y ante la inevitable transformación que va experimentando la capital, barrios como el de Alcaravaneras mantienen esa esencia tan característica y tan apreciada: personalidad, autenticidad y hospitalidad. ¿Y qué es un barrio sin sus bares, tascas o restaurantes? Pues nada. Y aquí hay algunos que se mantienen intactos al paso del tiempo con una clientela fiel, y otras nuevas incorporaciones que se adaptan a la perfección al entorno.
Tatono. Si hay un clásico que destaca en Alcaravaneras por encima de los demás bares ese no es otro que Tatono, emblemático negocio en la calle Mas de Gaminde. Manolo y Tony siguen al frente de él, con sus célebres caracoles, ensaladillas o albóndigas saliendo de la cocina a las mesas y la barra. Todo un histórico donde la vida, afortunadamente, sigue igual.
La Sacristía. Platos sencillos, música en directo, karaoke y buen ambiente se unen en este bar de la calle Italia. Daniel está al frente de este divertido negocio que atrae a una clientela de todas las edades y con ganas de pasarlo bien.
El Gamonal. Otro de esos bares con personalidad y buenas tapas en el barrio. En esta ocasión hay que dirigirse a la calle Barcelona para disfrutar de este consolidado negocio que llena con facilidad. ¿Su secreto? Comida casera sin mucho misterio, excelente trato familiar por parte de sus empleados y un ajustado precio.
La Sereta. Es uno de los más transitados a la hora del desayuno, con pulgas originales y bien elaboradas, además de una oferta dulce buena. Con terraza y una pequeña sala, su decoración y amabilidad del servicio es otro de los 'plus' para ir a probar. Está en la calle Galicia.
La Delicatezza. También en la calle Galicia, y muy cerca de La Sereta, nos encontramos con esta panadería-cafetería que cuenta con una buena oferta de sándwiches, pulgas y tostas para disfrutar en el desayuno, con buen café. Su eficaz y simpático servicio hará que las mañanas empiecen mejor si la arranca ahí.
Colomar. Poco hay que descubrir de Colomar. Sin duda, cuenta con los mejores croissants de la ciudad, además de una oferta dulce de mucho nivel. Los amantes de este negocio tienen la posibilidad de disfrutarlos en algunas de las mesitas que hay en su interior, en la calle Menéndez y Pelayo.
La Garriga. También presente aquí, La Garriga Mas de Gaminde mantiene intacta su charcutería de siempre, su amplia selección de bocadillos y su inigualable servicio.
La Taberna del Viejo. Si pasa usted por la calle Pi y Margall se encontrará con una pequeña tasca que suele tener gente por fuera y la barra a tope. Eso ya es el mejor indicador de que ahí mal no se debe comer. Si entra, se hace hueco y prueba, se encontrará con una interesante propuesta de comida casera, bueno platos de cuchara y ambiente familiar.
Vianda Gourmet. Lleva años ya esta tasca en la calle Pio XII ofreciendo buen producto y una cuidada selección de vinos. Ideal para un tapeo de calidad con buen embutido, diferentes opciones de cervezas y buen café. La agradable terraza ayuda a una mejor experiencia.
Las Rejas y Olé. Sabor andaluz y familiar en esta tasca de Mas de Gaminde que también lleva años recibiendo a la agradecida clientela. Sus caracoles tienen mucha fama, al igual que todos los platos tradicionales de la gastronomía del sur. El ambiente es acogedor y el servicio cercano.
Bodeguita Central. Uno de los lugares de referencia en el barrio para disfrutar de un buen menú, con producto de calidad y ambiente de bar de siempre. Generosas raciones y precios populares hacen de Bodeguita Central unas de las tascas más visitadas, por lo que conseguir mesa es a veces misión prácticamente imposible.
Gazuza. Acogedor negocio con ambiente familiar y agradable local. Una carta clásica con platos muy reconocibles, destaca la ensaladilla del mar, los platos de cuchara y los fuera de carta. Cuenta además con una buena oferta de carnes y pescados.
All' Italiana Gourmet. Pequeña tasca italiana muy concurrida en la calle Galicia. Son célebres sus lasañas, de hecho es la especialidad de la casa, aunque también su variedad de ensaladas y pizzas. Otro de los negocios de la zona con muchos años de trayectoria.
Asahi. Los amantes de la gastronomía japonesa también tiene aquí su barrio. Este pequeño pero original local japonés lleva años recibiendo a su no poca clientela, que disfruta de sus especialidad. Si va por primera vez, lo mejor es probar alguno de sus menús diarios, que le harán una idea de que estamos ante una tasca nipona muy interesante.
Tiki Taco. Muy cerca de allí se encuentra esta cantina mexicana que abrió hace relativamente poco. Ofrece una amplia selección de tacos elaborados al estilo original callejero.
Samoa. Hablar de este restaurante es hacerlo de uno de lo históricos de Las Palmas de Gran Canaria, y por ende, de Gran Canaria. Ubicado en la calle Valencia, Samoa ofrece un solvente menú diario, mantiene ese ambiente de siempre y un servicio profesional y acogedor. Platos tradicionales que suponen un viaje a uno de los grandes.
Equilibrista 33. La alta cocina también está presente en Alcaravaneras gracias al inagotable talento del chef Carmelo Florido, que es todo un patriota culinario, impulsando y potenciando el producto local con platos al alcance de su creativa mente. Su restaurante es sinónimo de excelencia, potenciando el barrio de manera significativa. Está en la calle Ingeniero Salinas.
El Coto Libanés. Otro 'histórico' por donde el tiempo pasa de manera generosa. Es uno de los mejores libaneses de la ciudad, y su larga estancia en la calle Mas de Gaminde así lo confirma. Platos tradicionales de El Líbano, elaborados a la manera clásica, cien por cien casera y con el mejor producto. Por eso siempre llena.
Pagasarri. Y desde El Líbano nos vamos hasta el País Vasco sin salir del barrio de Alcaravaneras. Este es uno de los grandes clásicos y siempre garantía, con todo lo que ello conlleva. El producto aquí es el gran protagonista, elaborado a la perfección. Merluza rebozada de cine, habitas con jamón, pinchos variados, pescado fresco, chuletillas de cordero... Platos clásicos que no fallan. Mejor, obviamente, reservar.
Hermanos Rogelio. Recientemente reformado, este restaurante ofrece comida canaria tradicional desde hace muchos años, además de diferentes menús a precios asequibles. También organiza jornadas gastronómicas temáticas como la asturiana, que triunfó en su última edición.
Alemania. Uno de los más queridos por los vecinos del emblemático barrio. Es un negocio bastante completo, donde la nueva generación ha sabido mantener el nivel y su negocio en primera línea, con comida casera que es garantía y variados menús. Un clásico que no pasa de moda. No deje de pedir su cochinillo.
La Pizza Real. No es un restaurante, pero merece estar en esta lista por toda la historia que tiene. Fue una de las primera pizzerías abiertas en Las Palmas de Gran Canaria, permaneciendo intacta durante más de medio siglo. Tras su cierre en 2019, volvió a reabrir totalmente reformada y con otro concepto de negocio, aunque con el sabor de siempre.
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