Murcia, la ciudad donde la vida se celebra a lo grande
Cálida, generosa, monumental y con un rico patrimonio, este destino es también famoso por sus productos, su huerta y su gastronomía, siendo una de las principales despensas de España
Es, probablemente, una de las ciudades más felices de España. Su carácter mediterráneo, su luz y su alma barroca, unido a su espléndido patrimonio artístico, histórico y cultural, convierten a Murcia en un destino total donde el viajero se encontrará con algo que no imaginaba, siendo una de esas sorpresas que permanecen en el recuerdo. Si algo caracteriza a Murcia, por supuesto, es su envidiable huerta, fundamental para entender la gastronomía, muy reputada, donde el producto local es un actor clave que seduce a todo el que allí acude. Tan sólo ese delicioso motivo es más que suficiente para volar hasta allí, pudiendo hacerlo, además, de forma directa desde Canarias con Binter.
La huerta de Murcia es un preciado ecosistema que rodea a la ciudad, siendo un enclave repleto de historia y tradiciones milenarias. Adentrarse en el paisaje huertano es hacerlo en un enorme territorio donde encontrar ermitas e iglesias, molinos harineros o pimentoneros, paisajes culturales, vegetación, fauna, bares de exquisita gastronomía murciana, agricultura y fiestas populares.
Esta huerta, desde luego, es vital para entender la gastronomía de la región, nutrida de los productos de la tierra. Desde las verduras a los pescados, pasando por los arroces o las carnes, los productos murcianos son de sobra conocidos en toda Europa. Las frutas y las verduras de la despensa natural de la que se nutren tantas recetas; las dos razas autóctonas, la de cerdo conocida como chato murciano y la de cordero denominada cordero segureño. Claro que también el conejo y la liebre tienen mucho peso en la gastronomía local, siendo muy utilizados en guisos y arroces.
En cuanto al mar, los salazones forman parte de la identidad de la región, siendo la hueva y la mojama emblemas en muchos platos de tapeo. A la tradición en la gastronomía hay que sumarle numerosos restaurantes creativos y de autor, que han impulsado una oferta ya de por sí poderosa, convirtiendo a Murcia en un destino gastronómico a tener muy en cuenta.
Aquí hay mucho que hacer, que ver y que sentir. Es una ciudad perfecta para pasear y conocerla a pie. La catedral de Murcia, el templo más emblemático de la ciudad y una de las mejores muestras del Barroco en España; el Casino, un edificio de extenso patrimonio artístico y una singular arquitectura; unas vistas únicas a la ciudad y a la huerta desde el Santuario de la Fuensanta; el Teatro Romea, uno de los más bonitos del país; el Puente de los Peligros, símbolo de la ciudad construido en el siglo XVIII, o el Castillo de Monteagudo, que se eleva a 149 metros sobre el nivel del mar y está coronado por la estatua del Sagrado Corazón de catorce metros, siendo un icono de Murcia.
Para una escapada rápida, el viajero no puede pasar por alto algunos atractivos planes. Conocer la Murcia medieval, un recorrido histórico por la ciudad milenaria; ir de ruta del tapeo, con varias zonas destinadas a ello; pasear de plaza en plaza, contando con multitud de zonas ajardinadas para vivir la ciudad al aire libre; y recorrer el río Segura puente a puente. ¿No suena nada mal, verdad?
A comer
Como ya hemos mencionado, las opciones culinarias en este destino son tan grandes como interesantes. Una de las más interesante es saborearla de tapa en tapa, un auténtico -y placentero- rito en la ciudad. Para ello, en Murcia el centro entero es una zona abierta para tapear, en cada esquina, calle y sobre todo en las plazas. Por los alrededores de la Catedral, la plaza de Santo Domingo y Gran Vía, Alfonso X El Sabio, Santa Eulalia, plaza de San Juan o en la popular plaza de Las Flores y su entorno, donde el Gran Rhin es una institución. El Parlamento o El Secreto, son paradas obligatorias para sumergirse en las tapas murcianas.
Para una selecta experiencia, el mejor restaurante de Murcia, y uno de los mejores de España. Cuenta con dos estrellas Michelin, y todo, desde el primer minuto hasta el final, es formidable. Es Cabaña Buenavista, del que la reputada guía destaca lo siguiente: «Una gran experiencia culinaria, pues desde el mismísimo acceso guían por un sorprendente mundo de sabores y sensaciones, con mágicas etapas a base de aperitivos (en el jardín, en el huerto, en la terraza...) y, ya al final, el descubrimiento de las elaboraciones principales (nos ha gustado mucho su Corzo, con guiso de tendones y acelgas braseadas) en una espectacular cabaña cubierta de juncos.
La creativa propuesta del chef Pablo González, no exenta de referencias al recetario murciano, cautiva por su puesta en escena, con una buena parte de los platos terminados en la mesa. La oferta, concretada en una reducida carta y dos menús degustación (Olivo y Experience), vive un punto álgido a la hora de los postres, ya que tendrá que elegir entre varias píldoras de colores (un guiño a la mítica escena de Matrix) y su elección le llevará a la recreación, en el plato, de otras películas de culto (El silencio de los corderos, Charlie y la fábrica de chocolate, La naranja mecánica...)».
Vemos, por tanto, que Murcia es una ciudad donde se celebra la vida cada día, con esa manera tan especial que tienen para hacerlo. Y como ha podido ver en este breve recorrido por algunos puntos de interés, motivos tienen más que de sobra.
Todo esto a poco más de dos horas y media en Binter
Binter ofrece vuelos directos a Murcia desde Canarias tres días a la semana a través de Gran Canaria (LPA), los lunes, miércoles y viernes, una cadencia perfecta para elegir escapadas de fin de semana o más largas. A esto se suma la facilidad que tienen los pasajeros de la compañía para volar desde o hacia otra isla, al permitir Binter realizar el salto interinsular en conexión sin coste adicional.
La experiencia Binter empieza desde la compra del billete y alcanza su máxima expresión a bordo de su moderna flota de aeronaves E195-E2 del fabricante Embraer, un avión que sorprende por su comodidad y eficiencia, con una configuración de dos asientos y que permite un espacio entre filas similar al de una clase business.
En sus cómodos asientos, el pasajero disfruta de un aperitivo gourmet de cortesía, que incluye ibéricos y productos canarios como queso, mermelada, fruta o las populares ambrosías de la aerolínea. Una selección variada de productos de calidad que, sin duda, nos ayuda a disfrutar aún más del placer de volar con Binter.