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Iker Barinaga / Ander Azpiroz
Viernes, 16 de octubre 2020
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Joe Biden se acerca al final de la campaña presidencial liderando en las encuestas por casi siete puntos a nivel nacional frente a Donald Trump pero con los márgenes estrechándose en los dos estados que según los analistas serán clave para hacerse con el triunfo: Pensilvania y Florida. En el primero, el demócrata estaría cinco puntos por delante, mientras que en el segundo sólo serían dos. Teniendo en cuenta que los márgenes de error pueden llegar a los cuatro puntos, ambas carreras estarían ajustadas.
A pesar de esto, Biden llega con mejores números que Hillary Clinton hace cuatro años: el ex vicepresidente supera en más de tres puntos el dato de la exsecretaria de Estado el día de las elecciones.
Hay dos factores que se deben tener en cuenta, si bien Trump ganó las elecciones en 2016, Clinton obtuvo mayor voto popular y su diferencia final fue de 2,1 puntos a nivel nacional. Las encuestas nacionales no fallaron, el problema, apuntan los expertos, es que las encuestas estatales no fueron suficientes. Cuatro años después las empresas demoscópicas han ofrecido muchos más estudios en estados clave. En Pensilvania, por ejemplo, en solo una semana se han hecho 27 encuestas.
La noche del 3 de noviembre puede ser tan sorpresiva como la de 2016. Pero en ambas direcciones. Según FiveThirtyEight la posibilidad de que gane Donald Trump (un no desdeñable 12%) es inferior a la de que Joe Biden arrase en las elecciones (un 30%). Poco más del doble.
De cara a la elección del próximo 3 de noviembre, diversos expertos y medios de comunicación han puesto en marcha modelos predictivos que toman en cuenta los datos de las encuestas, el histórico de otras elecciones y aspectos socioeconómicos y demográficos para pronosticar quién será el próximo presidente de Estados Unidos. Estos son algunos de los principales:
El sistema electoral estadounidense determina que el candidato que gana un estado se lleva todos sus votos electorales, por lo que la lucha real está en conseguir mejorar las posibilidades en los estados muy reñidos. Por ello hay que poner el foco en los estados llamados bisagra o 'swing states' que son aquellos que pueden cambiar de demócrata a republicano (y viceversa).
El granero de votos de los demócratas se encuentra en las costas atlántica y pacífica, mientras que el de los republicanos se extiende por el centro del país. Hay estados que ya se dan por adjudicados. Así, por ejemplo, Biden tiene confirmados los 55 delegados de California o los 29 de Nueva York y Trump los 11 de Tennessee o los 9 de Alabama. A priori, Trump parte con desventaja por lo que necesita imponerse en cada uno de los estados donde la votación está más ajustada. Según las encuestas estatales y nacionales así sería el resultado en los estados.
La última palabra la tendrán los estadounidenses el 3 de noviembre, si bien millones de ellos llevan votando por correo desde hace semanas, lo que, según reflejan las encuestas, es un factor favorable a Biden. Y es que Trump no podrá atraerse en lo que resta de campaña a estos electores que ya han depositado su voto.
A lo largo de la campaña, las encuestas han advirtiendo un retroceso importante del partido republicano en sus grandes bastiones. Aquellos estados considerados como seguros para Trump lo siguen siendo, pero menos. Ninguno está, en principio, en grave peligro de perderlo pero muchos tienen reducciones de dos dígitos en sus puntos de diferencia respecto a Biden. Por ejemplo, si en 2016 Trump ganó Dakota del Sur por 36 puntos, esta ventaja, según las encuestas, se reduciría en 2020 a 13 puntos. 23 puntos menos.
Tampoco hay que perder de vista que, al igual que lo que está pasando en Europa, Estados Unidos está registrando máximos históricos de casos de coronavirus durante los últimos días, con un tercer pico creciendo de forma vertiginosa. Trump sale bastante mal parado en las encuestas que preguntan sobre su capacidad de gestión de la pandemia. El actual presidente apostaba a que la campaña se centrara en la economía, pero el virus está acaparando casi todos los titulares a siete días de la noche electoral.
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