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Oficina de empleo en Arrecife. C7

La dificultad para encontrar trabajo aboca a los mayores de 50 años al subsidio por desempleo

El 70% de los que cobran subsidio en Canarias tienen esta edad. Son 34.115 isleños. Las barreras para acceder al mercado laboral hace que sigan en el paro hasta que se jubilan

CANARIAS7

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 21 de junio 2025, 22:34

Un total de 34.115 personas canarias mayores de 50 años cobra actualmente un subsidio por desempleo en las islas, un dato que es un 25% superior a 2019 y un 1,7% más que el año pasado. En cambio, en el conjunto de la población estas cifras han bajado un 4%.

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Este grupo de edad es el que más abunda entre las personas que reciben un subsidio por desempleo representando el 70,8%. En 2019 abarcaban el 54,6%.

Este incremento de las ayudas a los desempleados entre los mayores de 50 años no obedece al envejecimiento de la población sino también a las barreras que este grupo afronta para mantenerse activos en el mercado laboral. Además, el contexto de crecimiento económico es otra causa de la desconexión entre la evolución de la economía y la inclusión de los sénior en el empleo.

Ante la falta de oportunidades reales, una buena parte de ellos opta por mantenerse en el subsidio hasta alcanzar la edad de jubilación. «El problema de fondo es que un mercado laboral en récord de envejecimiento no puede permitirse prescindir del talento sénior, siendo su aportación esencial para afrontar los retos demográficos y económicos», señala Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco.

El experto añade que el subsidio por desempleo, a pesar de ser una «medida de protección necesaria, puede actuar como un incentivo perverso», favoreciendo que los profesionales sénior opten por mantenerse en él hasta la jubilación, especialmente en el caso del subsidio para mayores de 52 años, que incluye una sobrecotización del 125% de la base mínima. En este escenario, es «necesario garantizar el carácter transitorio» de los subsidios y, para ello, resulta clave reforzar las políticas activas de empleo que promuevan la «recualificación del talento sénior, facilitando su incorporación a los sectores emergentes».

Canarias ocupa el quinto puesto entre todas las comunidades en cuanto a perceptores de subsidio por desempleo mayores de 50 años, abarcando al 6% del total en España, donde se contabilizan 545.143 beneficiarios sénior.

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Estos datos están extraídos del Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco en el que se presenta el 17º informe #TuEdadEsUnTesoro, un análisis que, en esta ocasión, basa sus conclusiones en las estadísticas de Prestaciones del Ministerio de Trabajo y Economía Social, así como en una encuesta a 450 profesionales mayores de 50 años en búsqueda activa de trabajo, de los cuales un 75% se encuentra en paro de larga duración, es decir, lleva más de un año en desempleo.

El objetivo de este trabajo es subrayar que pese a que asistimos a una sociedad en récord de envejecimiento, se observa una paradoja: aunque el talento sénior es clave para la competitividad empresarial y el desarrollo económico, el número de personas mayores de 50 años que acceden a subsidios por desempleo no deja de incrementarse. Esta realidad plantea el riesgo de que dichos subsidios se cronifiquen y terminen convirtiéndose en una transición precaria hacia la jubilación, «desaprovechando así un capital humano imprescindible».

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Por otra parte, como novedad, en esta edición el informe pone foco en una dimensión menos explorada pero igualmente significativa: el impacto emocional que tiene el desempleo prolongado en la identidad y sentido de propósito de las personas sénior.

Desde Adecco consideran que el desempleo de larga duración, puede «erosionar su identidad, autoestima y sentido de propósito». Para muchas de ellas, la pérdida prolongada de trabajo genera sentimientos de «inutilidad, aislamiento e incluso culpa, en una etapa vital donde aún se tiene mucho que aportar». Es por ello que en este análisis la «intención es comprender cómo viven y qué apoyos serían necesarios para que vuelvan a mirar al futuro con esperanza», explica Begoña Bravo, directora de Inclusión de Adecco.

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