Así es el nuevo mapa de aranceles de Trump tras las cartas a sus aliados
La Unión Europea, Canadá y Brasil son los principales afectados por los aumentos, que podrían entrar en vigor el 1 de agosto si no hay acuerdo
«Es un gran honor para mí enviarle esta carta…». Con estas palabras, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, ha comenzado todas las misivas que ... envió la pasada semana a sus aliados. Así llegaron a los buzones de los representantes de Japón, Corea del Sur, Canadá, Brasil, México y la Unión Europea, entre otros muchos. La semana epistolar del líder estadounidense finalizó el sábado con las nuevas tarifas del 30% impuestas a la Unión Europea y a México —aunque suspendidas hasta el 1 de agosto—, medidas que en poco más de tres meses han dado un vuelco al tablero geopolítico con unos aranceles aún más duros que los anunciados en los jardines de la Casa Blanca el 2 de abril.
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El 'modus operandi' de Trump ha cambiado. Las comunicaciones ya no se hacen a bombo y platillo, sino que ahora son 'ad hoc' y más severas, aunque el caos sigue reinando. En un primer momento, las medidas entrarían en vigor el 9 de abril; luego pasaron al 11 de julio y ahora se esperan para el 1 de agosto. «Estos aranceles pueden ser modificados, hacia arriba o hacia abajo, dependiendo de la relación con su país», advierte Trump.
De momento, todos han sido revisados al alza mientras las partes siguen sentadas en la mesa de negociación. «Prometo cerrar 90 acuerdos comerciales en 90 días», afirmó el presidente Trump en abril. Hasta ahora, solo ha cerrado tres: China, Vietnam y Reino Unido. El resto ha visto cómo sus «aranceles recíprocos» —así los bautizó el líder de la Casa Blanca— han aumentado.
En el caso de Bruselas, que sigue apurando las opciones de llegar a un acuerdo con Washington, el porcentaje está diez puntos por encima de lo anunciado hace tres meses. Pero no ha sido el único aliado que ha recibido advertencias en los últimos días.
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Los primeros en recibir el toque de atención de la Administración Trump fueron las autoridades de Tokio. Semanas antes, Trump ya se había quejado ante los medios por las severas y complicadas negociaciones. «Se han salido con la suya durante mucho tiempo», llegó a afirmar. A diferencia de la tasa impositiva para Europa, la japonesa solo crece un punto porcentual, pasando del 24% fijado en abril al 25% marcado la pasada semana. «Deben aceptarlo, rechazarlo o negociar algo», señaló el dirigente estadounidense.
El de Japón fue el primer aviso. Luego llegó una cascada de misivas, entre las que destacan las dirigidas a Canadá y Brasil. Estos países, junto con la Unión Europea, son los que más han visto aumentar sus porcentajes desde el Día de la Liberación hasta el 1 de agosto.
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La nueva tarifa para el país dirigido por Lula da Silva ha pasado del 10% —el mínimo mundial impuesto en abril— al 50%. La motivación estadounidense no es económica ni geopolítica, sino política. «La forma en que Brasil ha tratado al expresidente Bolsonaro, un líder muy respetado en todo el mundo, es una vergüenza internacional. Este juicio no debería tener lugar. ¡Es una cacería de brujas que debe terminar INMEDIATAMENTE! Por ello, se impone un 50 % a Brasil, pero mucho menor de lo que se necesita para tener la igualdad de condiciones que se debe tener con su país», señala Trump.
Brasilia ya ha devuelto la carta a Washington, rechazando la medida y negándose a sentarse en la mesa de negociación. Una postura distinta a la de la Unión Europea —que señala que está cerca de lograr un acuerdo— y la de Canadá, la otra gran perjudicada de la semana epistolar de Trump.
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Junto con Bruselas, el Gobierno de Canadá ha sido uno de los más beligerantes con la Administración Trump. Su tarifa, como la europea, ha aumentado 10 puntos porcentuales, pasando del 25% al 35%.
Todo en el aire
Mientras Trump sigue presionando a sus otrora socios comerciales, continúa ampliando la moratoria para la aplicación de las tarifas, que por ahora queda fijada en el 1 de agosto. El objetivo: cerrar su promesa de 90 acuerdos comerciales. Hasta el momento, solo está rubricado el acuerdo con Londres, y están pendientes de firma los de China y Vietnam.
Los analistas y expertos esperan que las negociaciones se cierren de forma satisfactoria y que los aranceles prometidos sean rebajados considerablemente. Al menos, se aferran a la frase con la que Trump cierra sus misivas: «Nunca quedará decepcionado con Estados Unidos».
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