Anas Andaloussi. Princial CEO de Escríbelo AI
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Anas Andaloussi. Princial CEO de Escríbelo AI
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«Hace buen tiempo en Gran Canaria, ¿verdad?». Son las primeras palabras que articula Anas Andaloussi al otro lado del teléfono. Vive de forma temporal en Madrid, pero echa de menos su lugar de origen: la isla redonda. «Hostia, ¡qué bueno!», exclama cuando se le comunica que el archipiélago atraviesa un episodio de calima. Eso sí que es amor a la tierra. «Comparado con el frío que hace aquí en Madrid, que va al hueso...», se justifica.
Andaloussi cuenta con tan solo 19 años. Su corta edad, sin embargo, le ha dado para mucho. Su currículum es, cuando menos, inusual: ha desarrollado dos empresas basadas en la inteligencia artificial —Escríbelo AI y Quicktok AI—, dispone de una cartera de 1.500 clientes, genera ingresos próximos a los 100.000 euros mensuales y la mayor parte del conocimiento que atesora lo ha adquirido de forma autodidacta a través de internet. Y todo esto desde su San Fernando, en San Bartolomé de Tirajana, natal.
Su historia comenzó, al igual que muchos grandes relatos, de forma mundana: lanzando un blog personal sobre el videojuego Minecraft a la edad de 13 años. «Si te fijas, lo que estoy haciendo a día de hoy está relacionado con lo que empecé entonces. El blog me llevó al SEO —posicionamiento orgánico en buscadores— y a partir de ahí descubrí la inteligencia artificial. La IA la implementé en el SEO y salió Escríbelo AI», explica. En concreto, su primer desarrollo «crea artículos de calidad optimizados para SEO a golpe de clic con la inteligencia artificial mejor entrenada en español», tal y como se especifica en su sitio web. Mientras, Quicktok AI elabora vídeos «llamativos e impactantes» con la misma inteligencia.
Para llegar a este punto, el joven canario señala que ha atravesado un «proceso de muchos años, desde los 13 hasta los 19; esto no viene de la noche a la mañana». Ahonda en que la clave de esta evolución radica en la curiosidad y en «el no parar, el estar ahí todos los días con un propósito», que en su caso es, «básicamente, crear cosas».
Para ello, asegura haber invertido «miles de horas». «He sido el típico que estaba en casa 10 o 12 horas al día en el ordenador, lo que es insano, pero me quité pronto de los videojuegos, a los 15. Mi 'hobby', entonces, se convirtió en estar en el ordenador con páginas webs, creando cosillas», reseña. «Sí que es verdad que ahora, las 24 horas del día estoy pensando en mis negocios, en las cosas que hago, porque me apasiona, es parte de mí», recula, pues previamente había asegurado que dedica menos tiempo diario al trabajo.
Al mismo tiempo, confiesa que parte de su éxito se debe a saber detectar las oportunidades de negocio: «Es muy importante ver la oportunidad e ir a por ella. A mí se me ocurren muchas ideas, pero no puedo abarcarlo todo, tienes que elegir. Yo trato de meterme en aquello que conozco, las cosas primero hay que aprenderlas y, luego, ejecutarlas», profundiza.
El joven emprendedor recuerda que empezó en este mundo con 20 euros que le dejó su madre. Ella fue, precisamente, su fuente de inspiración primaria: «Mis padres tienen bazares en Maspalomas de cosas de playa, de ropa... cosas muy básicas. Casi todos los días de mi vida, desde pequeño, acompañé a mi madre en la tienda, veía cómo compraba mercancía a los proveedores y luego la vendía. Todas estas cosas te cambian la mentalidad».
Su primer contacto con la inteligencia artificial se remonta a septiembre de 2021. En ese momento probó los modelos GPT2 —el actual es el popular ChatGPT o GPT4—, que «funcionaba fatal», y GPT3, que «funcionaba regular», pues «escribía texto coherente, pero tenía problemas con el posicionamiento web; por ejemplo, con la repetición masiva de palabras clave, algo que Google penaliza». Una carencia que, si bien, la IA «ha madurado» poco a poco.
De hecho, Escríbelo AI nació de la «propia necesidad del grancanario», ya que «el mayor recurso de trabajo de las páginas webs es el contenido en texto». Primero, Andaloussi comenzó a contratar a autónomos para la redacción de artículos y posicionar en Google. «Pero con 16 o 17 años no podía tener un departamento de prensa o de redactores como los grandes. Ahí, descubrí la IA y la entrené, lanzando en abril de 2022 una beta gratuita de Escríbelo y en julio el desarrollo definitivo, que tuvo muy buen recibimiento», arguye. A este respecto, señala que lo que le gusta especialmente de este universo es «automatizarlo todo». «Las empresas están como locas para automatizar procesos», agrega.
El emprendedor es consciente de que la reputación de la IA está en entredicho por el diseño de imágenes o sonidos para crear situaciones falsas que, sin embargo, parecen reales. «Cuando aparece algo nuevo se puede utilizar para el bien o para el mal. Con las redes sociales, por ejemplo, se diseñaron perfiles falsos. Los creadores de ChatGPT, OpenAI, son conscientes de que la IA es muy peligrosa, por eso han sido los primeros en buscar su regulación», apunta. Piensa que para que la IA llegue a su máximo exponente, como es investigar durante 24 horas la cura contra el cáncer, tiene que, primero, ser capaz de generar texto, imágenes o clonar voces.
Repara en que, hoy, la IA comete errores, pero que camina hacia la perfección: «Es como un niño que tiene que aprender, pero es un niño que no se cansa».
Anas Andaloussi está cerca, de cierta manera, de un sueño que tuvo de pequeño: crear su propia universidad. Y es que su nuevo proyecto, aunque no alcanza estos términos, consiste en ofrecer un curso formativo en IA, que espera poner en marcha a principios de 2024. Asegura que ya está en negociaciones con varias universidades. Llama la atención que el joven abandonó la carrera de ADE, que cursaba en la UCM, al constatar que el sistema estaba «obsoleto»: «Sentía que perdía el tiempo, que no estaba aprendiendo». Ahora, paladea otro sueño: volver algún día a Canarias y abrir allí sus oficinas. «Mi lugar en este momento está en Madrid, pero en Canarias está mi familia y hace mucho mejor tiempo que aquí», concluye.
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