Facturación electrónica en Canarias: qué es, cuándo será obligatoria y cómo prepararse
Martes, 28 de octubre 2025, 15:27
La transición a la facturación electrónica ya no es una tendencia, es un cambio estructural que alcanzará de forma progresiva a empresas y profesionales en toda España, también en Canarias. El objetivo no es únicamente «digitalizar» un documento, sino ordenar el intercambio entre compañías, dar trazabilidad a los estados de cada factura y acortar los plazos de cobro. Para el tejido empresarial canario —marcado por la estacionalidad turística, la logística insular y una amplia base de pymes— anticiparse es clave para que 2026 no llegue con prisas.
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En pocas palabras: hablamos de un documento con validez legal que se emite, envía, recibe y conserva por medios electrónicos, siguiendo formatos y procedimientos estandarizados. Si necesitas un punto de partida claro y práctico, aquí tienes una guía de facturación electrónica que explica el concepto y su aplicación diaria; a partir de esa base, esta pieza aterriza el tema a la realidad de las islas, con ejemplos y una hoja de ruta sensata para 2025–2026.
Qué es exactamente y qué soluciona en el día a día canario
La factura electrónica no es un PDF adjunto a un correo. Es un intercambio estructurado que permite conocer, en cada momento, si la factura ha sido emitida, recibida, aceptada, rechazada o si está pendiente de subsanación. Ese rastro reduce dudas y llamadas, facilita la conciliación y aporta seguridad jurídica. En sectores con alta rotación de documentos —hostelería y restauración, actividades turísticas, comercio minorista, talleres, construcción y servicios profesionales— la mejora operativa es inmediata: menos tiempo en tareas repetitivas y más control sobre la tesorería.
Pongamos un caso sencillo. Un hotel de Adeje contrata a una empresa de mantenimiento con sede en Las Palmas de Gran Canaria. Con flujos electrónicos, la orden de trabajo queda reflejada, el albarán se acepta y la factura se emite con un identificador y un canal de envío estandarizado. El receptor confirma o solicita subsanación sobre un campo concreto. El resultado es menos fricción y una previsión de cobro más fiable.
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Calendario: por qué 2025 es el año decisivo
Aunque los plazos de obligatoriedad se desplegarán por fases, el mensaje práctico es nítido: 2025 es el año para preparar el cambio sin afectar a la operativa. Trabajar con tiempo permite elegir bien la herramienta, normalizar datos, formar al equipo y hacer un piloto controlado. Cuando llegue 2026, la emisión y el intercambio electrónicos deberían ser parte natural del cierre diario, no una novedad que bloquea al personal en plena temporada.
En Canarias, donde la demanda se concentra en picos muy marcados, implantar en meses de menor carga es la mejor decisión. Dejarlo para última hora eleva costes y multiplica errores.
Facturación electrónica y Verifactu: dos piezas del mismo puzle
Conviene separar conceptos que a menudo se mezclan:
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•La facturación electrónica regula cómo se intercambian las facturas entre empresas y autónomos: formatos, canales, estados y acuses de recibo.
•Verifactu fija cómo deben comportarse los sistemas de facturación: integridad, inalterabilidad y trazabilidad de los registros, además de su conservación y exportación cuando proceda.
En la práctica, necesitarás una solución que haga bien ambas cosas: que te permita intercambiar con terceros y, a la vez, que registre cada asiento de manera que no pueda alterarse sin dejar huella. Si operas con TPV en un restaurante de La Laguna, vendes online desde Telde o gestionas proyectos industriales en Arrecife, esta doble compatibilidad es innegociable.
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Preparación con cabeza: una guía narrativa (sin listas interminables)
1) Dibuja tu foto actual antes de tocar nada.
Reúne a quien emite, revisa y contabiliza. Identificad qué sistemas usáis (TPV, ERP, tienda online, hojas de cálculo), cuántos puntos de venta tenéis y cómo numeráis. Detectad excepciones: tickets simplificados en barra, facturas recapitulativas a clientes corporativos, obras con hitos mensuales. Esta radiografía evitará que la implantación ignore casuísticas reales.
2) Define criterios de elección de software que vayan más allá del «sirve para facturar».
La herramienta debe soportar el intercambio electrónico, cumplir con los requisitos de integridad y trazabilidad, ofrecer permisos por roles y registrar quién hace qué y cuándo. La diferencia entre un proyecto ágil y uno eterno suele estar en los detalles: documentación clara en español, soporte que responde, conectores con bancos, contabilidad, e-commerce y CRM, y la posibilidad de automatizar recordatorios de cobro y conciliación.
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3) Limpia y migra con estándares.
Antes de importar, depura maestros de clientes y proveedores: CIF, direcciones, condiciones de pago, emails correctos. Homogeneiza descripciones de productos y servicios y revisa tipos de IVA. Establece series por canal o establecimiento para que la numeración sea coherente. La calidad de la implantación depende de la calidad del dato; introducir «tal cual» lo que venía de hojas de cálculo desordenadas solo traslada el problema al nuevo sistema.
4) Asegura el control de cambios.
No todo el mundo debe poder corregir una factura. Define permisos por función (emisión, revisión, rectificativas) y tipifica motivos de rectificación. Adjuntar evidencias y registrar usuario y momento de la acción evita discusiones y aporta seguridad en caso de revisión. Añade un plan de continuidad: qué hacer si cae la conexión en un local de Agaete un sábado por la noche, cómo opera el negocio si el TPV se detiene y quién puede activar el procedimiento alternativo.
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5) Forma al equipo con sesiones cortas y realistas.
La formación efectiva no es un manual interminable, sino guías por rol con capturas y pequeños ejercicios: emitir una factura al instante desde el mostrador, enviar por el canal correcto, gestionar una rectificativa por devolución, identificar estados y acuses, cerrar el día sin dejar temas pendientes. Durante las primeras semanas, mantén un canal interno para dudas y acuerda respuestas rápidas; al mes, revisad los errores más repetidos y reforzad esos puntos.
6) Haz un piloto real antes de apagar lo anterior.
Trabaja unos días en paralelo. Comprueba que el flujo completo funciona: emisión, envío, estados, recepción, registro contable y conciliación. Ajusta plantillas, permisos y numeraciones con calma. Solo entonces entra en producción con un calendario claro y responsables definidos para cada revisión.
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Casos de uso locales: Canarias como laboratorio real
Hostelería y restauración.
En un restaurante de Las Palmas, la integración entre TPV y facturación permite emitir factura completa al momento cuando un cliente de empresa la solicita, respetando series y manteniendo la trazabilidad. En temporada alta, esta agilidad evita colas y errores. Si hay un evento o un grupo, el presupuesto se transforma en factura y cada anticipo queda reflejado.
Alojamiento turístico.
Apartamentos turísticos y hoteles manejan reservas, extras y modificaciones de última hora. Con flujos electrónicos, los cambios se documentan y la factura refleja los conceptos con precisión, lo que reduce incidencias y acelera el cobro a agencias o empresas.
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Comercio minorista con tienda online.
Una tienda en Santa Cruz de Tenerife que también vende online necesita coherencia entre referencias y series. El pedido web que se convierte en factura mantiene el rastro desde el carrito hasta la aceptación. Si hay devolución, el abono queda ligado al documento original y aparecen menos discrepancias.
Servicios profesionales y asesorías.
Despachos con cartera de autónomos y pymes se benefician de plantillas consistentes y de paneles de estados por cliente. Incorporar a los «rezagados» deja de ser un drama si existe un proceso estándar de alta con auditoría de datos de entrada.
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Cómo saber si vas por buen camino: cuatro señales útiles
Primero, disminuyen las rectificativas y, cuando ocurren, están bien justificadas. Segundo, los días de cobro desde la emisión se acortan gracias a estados y acuses. Tercero, la conciliación bancaria no exige búsquedas eternas: las referencias cuadran y los conceptos son claros. Cuarto, el equipo deja de preguntar «dónde está» cada documento porque existe un flujo único y visible. Si estas señales mejoran cada mes, el proyecto está madurando.
Errores que conviene evitar (y cómo esquivarlos)
Apurar los plazos es el clásico. En Canarias el calendario operativo está condicionado por picos muy marcados, así que implantar «mañana» suele salir caro. La solución es reservar semanas de baja carga para pruebas y formación. Otro error es apostar por parches: hojas de cálculo o plantillas sin control no ofrecen integridad ni trazabilidad. También pesa no documentar: sin manuales por rol y responsables claros, las dudas se repiten y se disparan los errores. Por último, abrir permisos en exceso es invitar a la divergencia de criterios; define quién emite, quién corrige y quién aprueba.
Un calendario razonable para llegar a 2026 con tranquilidad
•Hasta diciembre de 2025: diagnóstico, elección de herramienta y limpieza de datos. Si tu negocio tiene un pico en invierno, adelanta el piloto a noviembre; si el pico llega en verano, deja la entrada en producción para el primer trimestre de 2026.
•Enero–marzo de 2026: piloto en real y, cuando esté estable, paso a producción. Formación de refuerzo y revisión semanal de incidencias.
•Abril–junio de 2026: pruebas de exportación, ajustes finos de plantillas y permisos, simulaciones de fallos en TPV o conexión, foco en conciliar sin retrasos.
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•Segundo semestre de 2026: operativa estabilizada, indicadores sencillos (días de cobro, ratio de rectificativas, conciliación semanal) y mejora continua.
Preguntas frecuentes
¿La facturación electrónica afecta a ventas a particulares?
El foco está en el intercambio entre empresas y autónomos. En operaciones con particulares puedes seguir emitiendo tickets simplificados, aunque debes poder generar factura completa si el cliente la solicita.
¿Necesito cambiar mi contabilidad para cumplir?
No necesariamente. Lo esencial es que el sistema de facturación se integre con contabilidad y bancos para evitar trabajos duplicados. La emisión e intercambio electrónicos conviven con tu plan contable habitual.
Si me equivoco, ¿cómo corrijo?
Con una factura rectificativa. Conviene tipificar motivos, adjuntar evidencias y limitar quién puede corregir para mantener la trazabilidad.
¿Qué gano más allá de cumplir la norma?
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Menos tareas manuales, menos errores, cobros más ágiles y una visión clara de la tesorería. En sectores con picos estacionales en las islas, esa certidumbre marca la diferencia en la caja.
Cierre: pasar a la acción sin frenar la operativa
La cuenta atrás está en marcha y, en Canarias, la mejor estrategia es la anticipación. Con una comprensión clara de la facturación electrónica, una herramienta adecuada y un plan de implantación realista, la transición se convierte en una ventaja competitiva: más control, menos incidencias y un cierre de mes más predecible. Prepararlo en 2025 es la forma más segura de llegar a 2026 con tranquilidad.
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