China y EE UU vuelven a la carga y se imponen mutuamente nuevas tasas al transporte marítimo
Pekín reitera que luchará «hasta el final» si la guerra comercial entre ambas potencias sigue escalando
La guerra comercial entre Estados Unidos y China, lejos de encontrar la vía de la moderación, ha dado un nuevo coletazo este martes después de ... que Washington aplique desde este martes nuevas tasas portuarias a los buques chinos, tras haber realizado una investigación de los sectores marítimo, logístico y naval del gigante asiático. Un movimiento al que Pekín ha respondido con celeridad al anunciar, de la misma forma, nuevas tasas a los buques estadounidenses que ingresen en el país.
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El Ministerio de Comercio chino ha expresado en un comunicado que la postura de Pekín es impasible: «Si hay conflicto, lucharemos hasta el final. Si hay diálogo, la puerta esta abierta». Un mensaje que va en consonancia con el tono expresado por el Gobierno chino durante el punto álgido de la guerra comercial que mantuvieron ambos países a partir de abril, donde los aranceles que Washington imponía a China alcanzaron el 145%, mientras que en dirección contraria llegaron al 125%.
En otro comunicado, el departamento chino también ha anunciado la imposición de sanciones a cinco filiales estadounidenses del constructor naval surcoreano Hanwha Ocean. El ministerio acusa a esta empresa de ayudar al gobierno estadounidense en una investigación que desembocó en la aplicación en abril de aranceles a todos los buques construidos y operados por China. Esa investigación y las medidas consecuentes «dañaron gravemente los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas», ha afirmado.
Este nuevo episodio llega tras el viernes pasado, cuando el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con romper la 'tregua' que reina actualmente y volver a elevar los gravámenes de los productos del país asiático hasta un 130%, un día después de que China endureciera los controles para exportar tierras raras (materiales químicos imprescindibles para las industrias punteras de Estados Unidos, como el sector tecnológico o el de defensa). El líder norteamericano también puso en duda su asistencia a la reunión programada con el líder chino, Xi Jinping, a finales de octubre para tratar de, precisamente, temas comerciales. Aunque un día después moderó su tono y aseguró que «todo estará bien» y que su país quiere «ayudar» a China.
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