
La cesta de la compra se dispara en Canarias: «Si miras los precios, no comes»
El precio del plátano de Canarias es ya tema de conversación habitual, a 3,40 euros de media. Además, hacer un potaje pequeño ya no baja de los 30 euros
¿A cómo están los plátanos? No hay canario ni residente en las islas que no sepa en estos momentos que la fruta por antonomasia del archipiélago está a precios desorbitados. Esta semana, entre los 3,40 y los 3,65 euros, dependiendo del establecimiento. Sueltos, más feos y de calibre 2, la oferta ronda los 2 euros el kilo. Pero si fuera sólo el plátano, la cosa no sería tema de desayuno. La cesta de la compra está prohibitiva y para comprobar lo que ya sabíamos hemos ido a un mercado municipal, donde hay productos de calidad y en su mayoría de kilómetro cero. En este caso, al mercado de Altavista, en la capital grancanaria, donde el pulso de la realidad económica lo dan vendedores y clientes.
Tomando en consideración la carestía de la vida, con un incremento del 2,8% del IPC en 2024, pero una subida de los salarios del 2,9% que no se traduce en una mejora del poder adquisitivo, hay que hacer malabares para que las cuentas salgan. Laura Quintana regenta uno de los puestos señeros del mercado de Escaleritas. 50 años lleva su familia en el lugar vendiendo frutas y verduras en una plaza que ella comanda desde hace cinco años. Así que sabe de precios, y reconoce que lo de los plátanos «es excesivo», siendo ya historia lejana el kilo de plátanos a 0,90 céntimos de euro. «Es todo una cadena en la que los intermediarios se llevan el costo más alto. Nosotros somos la tercera parte, pero nos repercute a nosotros. Y claro, es normal que los clientes se quejen. El plátano de Canarias a 3,40 euros es abismal». Pero también otros productos de la tierra tienen precios de oro. El aguacate está a 8 euros, «desorbitado».
Pero cuando se trata de productos del país, el cliente se mantiene, aunque ya no compra en la misma cantidad, como cuenta esta tendera. «Antes los plátanos podíamos vender un 70% y ahora hemos bajado a un 50-40%. Nos ha repercutido un montón».
¿Y cuánto sale hacer un potaje canario para una familia de cuatro miembros? Laura lo tiene claro, por menos de 30 euros es casi imposible hacer en condiciones un potaje de verduras que cunda para dos días. «30 euros, mínimo», puntualiza. Las papas están a 2,20 euros; la calabaza a 1,80; las zanahorias a 4,60; las habichuelas a 6,80; las judías a 6,80; el calabacín a 2,80... Si ya le sumamos a esto la compra de fruta de temporada para la semana, la cuenta en el puesto puede ascender a 60 euros.

«Antiguamente por eso te podías llevar una caja de papas, kilos de verduras, una caja de naranjas...». Así que, reconoce, «el potaje hoy en día está bastante caro, así que tienen que molerlo para que dure un par de días», explica con un poco de humor Laura Quintana. Y entre sus ingredientes, la zanahoria está cara, dice, y las habichuelas y las judías a «precio moderado» en ese momento porque «han estado a 10 y 11 euros cuando están escasas». Así que cada vez más gente, dependiendo del coste, quita o añade ingredientes al potaje. «Se limitan de tal forma que si tengo que dejar de poner una piña porque está a 1,90, pues no se pone». Por cierto, un puchero –sin la carne– rondaría los 20 euros.
En un puesto tipo de mercado insular o recova, el 70% de los productos son canarios. El resto vienen de la península y un pequeño porcentaje de fuera de Europa. Según Quintana, el margen de beneficio es muy corto y hay que sumarle que si no se vende el producto, se derrocha. Aunque en su caso, el excedente lo comercializa a través de la aplicación Too Good To Go, encaminada precisamente a evitar el desperdicio alimentario.
«Es normal que los clientes se quejen. El plátano a 3,40 euros es abismal»
Pero como dice José Manuel Martínez mientras compra carne de puchero, pechuga y unos bistec, «comer hay que comer, así que si miras los precios, no comes». Calcula que se va a gastar 30 euros en el mandado del día, pero calcula mal, finalmente fueron 40 euros. «La vida está muy cara, y más para un pensionista». La mujer es la que mira los precios, él menos, dice. Pero sí reconoce que «es una pasada cómo han subido los precios», y más, asegura, en algunos supermercados. Además, entiende que hay que evitar comer por el precio. «Si comes por precio, comes basura. Hay que mirar la comida», y para ello recomienda los mercados de toda la vida. «Prefiero esto que el envasado».



Y eso es lo que ofrece el puesto de Ramón Guerra, 47 años como tendero. Carne para el puchero, unos filetes de pechuga para una cena y por poco de carne para un almuerzo, todo para cuatro personas, «serían unos 25-30 euros, dos días para dos adultos y dos enanos», calcula. En la actualidad lo que más se vende es el lomo puchero –a 9,95 el kilo– y el pollo de corral —a 4,85 el kilo si es entero; y a 11,50 la pechuga–, «que está espectacular, riquísimo y fresco».
Aquí «hay calidad, la selección de la carne es la base del negocio», lo que hace que la clientela se mantenga a pesar de que para todas las partes sea evidente que ya no da para mucho el dinero. «Viene muchísima gente mayor de 50 años, sobre todo, gente que sabe comprar, asiduos del mercado y de este puesto». El entrecot, la rabadilla, el añojo de primera es lo que más ha subido, de 12,95 a 15,95 de media. Así, «la gente por unos euros cambia la elección» y se lleva «cinco euros de estofado o un solo filete».

Más que una fruta: plátanos a 3,40 euros del kilo

La ley de la oferta y la demanda está haciendo que la escalada de precios del plátano canario no tenga fin. Esta misma semana en un mercado de la capital grancanaria el kilo estaba a 3,40 euros; en alguna gran superficie se llegó a los 3,65 euros el kilo de plátano envasado. En la península la fruta más consumida en España alcanzó los 7 euros/kilo. Hay una combinación de factores –clima, competencia, intermediarios– que han llevado a este alza nunca antes visto.

«Se ahorra dinero sabiendo comprar»
La frase es del carnicero Ramón Guerra. Un pollo entero sale casi 20 euros, y de él salen varias comidas –desde una sopa a unas croquetas, filetes de pechuga, mulos, alitas–. Así que, «se ahorra dinero sabiendo comprar, y si no, estamos nosotros para asesorar». En otros casos, aunque el tendero aconseje, es el bolsillo el que manda. De eso sabe bien Mary Francia Delgado. Regenta desde hace seis meses un puesto en el mercado de Altavista; por un lado herboristería, por otro vinoteca canaria. «Tengo representación de vinos de todas las islas menos de El Hierro, que no los envía y hay que irlos a buscar. Hay clientela, con días muy buenos y días muy malos. La gente se echa atrás por los precios, eligen en función del precio. O se lleva menos. Y en el herbolario sucede lo mismo con la manzanilla, a 70 euros el kilo. Lo que hace que los 100 gramos sean 7 euros. La gente pregunta mucho los precios».
Y hay quien no lo hace porque, como dice la vecina Bárbara Concepción, «la vida está cada vez más cara, un potaje sale más de 20 euros, pero hay que comprarlo sí o sí».
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.