Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este sábado 2 de noviembre
El bolsillo de los consumidores sigue sin notar la rebaja de la inflación cuando compran
Inflación

El bolsillo de los consumidores sigue sin notar la rebaja de la inflación cuando compran

El precio de los alimentos continúa un 30% más caro que antes de la pandemia y muchos salarios no se han ajustado al IPC

Sábado, 5 de octubre 2024

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Más gasto para comprar lo mismo; o incluso menos. La moderación que en los últimos meses ha experimentado el precio de los alimentos –pasando de subir un 15% a principios de 2023 a limitarse al 2,5% en agosto, según los últimos datos del INE– no termina de llegar al bolsillo de los consumidores. El principal motivo de esta situación parece lógico: «Una menor inflación no quiere decir que los precios estén bajando; siguen subiendo, aunque a un ritmo más lento», recuerda María Jesús Fernández, economista senior de Funcas.

Es decir, la inflación del mes de septiembre 'cayó' al 1,5%, la más baja en tres años, pero esto no significa un descenso, sino que los precios han subido en España 'solo' un 1,5% respecto a septiembre del año pasado, una cifra muy inferior a los aumentos de hace unos meses.

Es más, desde diciembre de 2019, antes de la pandemia, «la partida de alimentos y bebidas es la que más se ha incrementado dentro del IPC general, un 30% acumulado, mucho más que la energía, en contra de la percepción que tenemos», añade Pedro Álvarez, economista de CaixaBank Research, con productos como el aceite de oliva, el azúcar o los huevos completamente disparados.

Evolución de los precios de cinco alimentos básicos (en base 100)

Aceite

235,6

300

200

100

2020

2021

2022

2023

2024

262%

Leche

142,3

150

120

90

2020

2021

2022

2023

2024

44%

Frutas

121,7

150

100

2020

2021

2022

2023

2024

37%

Huevos

140,7

150

120

90

2021

2020

2022

2023

2024

43%

Azúcar

161,6

200

100

2021

2020

2022

2023

2024

68%

Fuente: INE

L. CARVAJAL

Evolución de los precios de cinco alimentos básicos (en base 100)

Aceite

235,6

300

200

100

2020

2021

2022

2023

2024

262%

Leche

142,3

150

120

90

2020

2021

2022

2023

2024

44%

Frutas

121,7

150

100

2020

2021

2022

2023

2024

37%

Huevos

140,7

150

120

90

2021

2020

2022

2023

2024

43%

Azúcar

161,6

200

100

2021

2020

2022

2023

2024

68%

Fuente: INE

L. CARVAJAL

Evolución de los precios de cinco alimentos básicos (en base 100)

Aceite

235,6

300

200

100

2020

2021

2022

2023

2024

262%

Leche

142,3

150

120

90

2020

2021

2022

2023

2024

44%

Frutas

121,7

150

100

2020

2021

2022

2023

2024

37%

Huevos

140,7

150

120

90

2021

2020

2022

2023

2024

43%

Azúcar

161,6

200

100

2021

2020

2022

2023

2024

68%

Fuente: INE

L. CARVAJAL

Evolución de los precios de cinco alimentos básicos (en base 100)

Aceite

235,6

300

200

100

2020

2021

2022

2023

2024

262%

Leche

142,3

150

120

90

2020

2021

2022

2023

2024

44%

Frutas

121,7

150

100

2020

2021

2022

2023

2024

37%

Huevos

140,7

150

120

90

2021

2020

2022

2023

2024

43%

Azúcar

161,6

200

100

2021

2020

2022

2023

2024

68%

Fuente: INE

L. CARVAJAL

Uno de los factores que más ha pesado en esta espiral alcista ha sido el incremento de los costes para producirlos, sobre todo por la subida de la energía al principio de la crisis. Sin embargo, los niveles actuales del petróleo «son cerca de un 20% inferiores a los del mismo periodo de 2023», explica Santiago Martínez Morando, jefe de Análisis Económico y Financiero de Ibercaja. Eso invita a pensar que, con ese descenso, los precios en el súper también deberían ser más bajos. Pero no está siendo así. «Aunque se hayan reducido los costes de producción que elevaron los precios en su momento –en referencia a la energía– hay otros que siguen por encima y presionan al alza, como los precios de las materias primas agrícolas que necesitan los agricultores, como fertilizantes, semillas, etc», indica Fernández, de Funcas. También se ha moderado el precio de los piensos, que suponen un 50% de los costes de un agricultor. «Pero si miramos el acumulado, el descenso en los costes de producción del 20% que se ha dado en el sector agrario desde los máximos de 2022 no suple el incremento que hemos visto desde antes de la pandemia», añade Álvarez desde CaixaBank Research. Es más, según cálculos de la firma, los costes de producción actuales son todavía un 22% más altos de los que teníamos antes del ciclo inflacionista.

En ese escenario, y según datos recopilados por la consultora NIQ, el precio de la cesta de la compra subió un 1,7% en agosto respecto al año pasado. La alimentación aumentó de precio un 1,8% en ese mes, mientras que las bebidas subieron cerca del 1%. Existió, además, un gran dinamismo en el capítulo de los lácteos, con los quesos aumentando sus ventas casi un 15% en agosto; o la mantequilla, un 10%.

«Aunque se hayan reducido los costes de producción que elevaron los precios en su momento –en referencia a la energía– hay otros que siguen por encima y presionan al alza»

María Jesús Fernández

Economista de Funcas

Destaca todavía el caso del aceite de oliva, que, tras meses de subidas de precio incesantes, su demanda se está retrayendo entre los consumidores españoles. Así, el informe de NIQ indica que la compra de este producto disminuyó un 8,3% en agosto. También la de zumos, un 4%; cereales, un 3,5%; y los batidos, que caen un 2,6% respecto a hace un año. Son precisamente algunos de los productos que más subieron de precio en ese mes. «La tendencia indica que se está volviendo a la normalidad, pero no hay que olvidar que venimos de crecimiento sobre crecimiento sostenido en los dos últimos años», explica Patricia Daimiel, directora general de NIQ Iberia, que recuerda que aún hay que esperar a recopilar los datos de octubre para ver cómo ha afectado la subida del IVA que desde el 1 de octubre se aplica a los alimentos básicos. En este punto, Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurocofin, reitera que en un contexto de subida de precios como el que vivimos, el IVA que se aplica a los alimentos tiene un efecto «acelerador».

Regreso al pasado

Los expertos recuerdan también que «los largos procesos de producción del campo comportan que la transmisión del descenso de los costes de producción tarde meses en llegar a los precios finales». Ylo mismo ocurre con las cosechas, muy impactadas por factores meteorológicos que ahora empiezan a mejorar.

De hecho, según CaixaBank Research, el porcentaje del territorio nacional en sequía prolongada ronda actualmente el 12%, desde el terrible 45%que se registraba en octubre de 2022. En este entorno, cabe preguntarse si volveremos a ver el litro de aceite a tres euros o podremos pedir un café con leche en un bar a 1,20 euros. La respuesta es sencilla: nunca. «Una vez que sube el precio de un refresco o de una barra de pan, quien lo vende no lo va a abaratar, se queda así», advierten los expertos. Pero no solo eso. Recuerdan que la inflación es una media de muchos productos y servicios que, para que bajen los precios, tendrían que descender. Así que para volver al pasado, tendría que haber deflación; es decir, una caída generalizada y constante de los precios que los bancos centrales no están dispuestos a permitir, pues implica ciertos riesgos para la economía como la desaceleración del consumo. «Es algo imposible; el precio de los alimentos lleva moderándose varios meses y puede hacerlo más –con caídas en algunos productos específicos que ya se ve en términos intermensuales–, pero no volverá a niveles previos porque hay otros costes que ya se han convertido en fijos, permanentes», añade María Jesús Fernández.

La economista se refiere a las subidas salariales que también suponen un mayor coste para las empresas que forman parte de toda la cadena de producción. «Aunque bajen costes como los energéticos, los salariales se han quedado en un nivel elevado y eso impide que los alimentos vuelvan a niveles previos a la crisis», explica.

Es cierto que la mejora en los salarios ha permitido cierta recuperación del poder adquisitivo durante este año. Pero la brecha entre el sueldo de los ciudadanos y los precios es todavía enorme si se compara con el inicio de la crisis inflacionista.

«Si nos guiamos por la encuestas de costes laborales (la parte de los salarios), los salarios aumentaron un 4,8% el año pasado y en lo que va de este un 3,9%», indican desde Funcas. «Pero respecto a la primera mitad de 2021, la subida ha sido del 12,8%, frente a una escalada del 16,6% acumulada en los precios», añaden. Es decir, el consumidor aún no ha recuperado la capacidad adquisitiva por completo y seguirá notando el impacto de la inflación durante mucho tiempo.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios