Más arroz y menos frescos: la subida de precios revoluciona la cesta de la compra

La moderación de la inflación de los últimos meses y la rebaja del IVA de los alimentos básicos que el Gobierno ha decidido prorrogar hasta final de año no ha sido suficiente para aliviar el bolsillo de unos consumidores que estos años han tenido que hacer malabares para llenar el carrito en el súper.

Comprar menos gastando más se ha convertido en una práctica habitual en un momento en el que el precio de los alimentos sigue subiendo al 3,1%. Es su menor ritmo de encarecimiento en dos años y medio, pero sigue complicando la vida a los hogares que, según la última Encuesta de Presupuestos Familiares del INE, gastaron un récord de 5.333 euros de media en 2023 -444 euros al mes- solo en alimentación.

La cifra supone un 5,6% más que el año anterior. Y casi un 16,5% más que el gasto de 2020, justo antes del inicio del ciclo inflacionista.

Es más, solo los alimentos ya suponen un 16% del total del gasto de los hogares, donde entran otras grandes partidas como la vivienda y las facturas, los transportes o el ocio. Los datos del INE indican que ese gasto total subió un 3,8% el pasado año hasta una cifra nunca vista de 32.617 euros, con un peso cada vez mayor de alimentos y bebidas.

El problema es que ese repunte se movió de forma inversa a los volúmenes consumidos. En un reciente encuentro con medios, Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB, matizaba que parte de ese descenso del consumo «puede haberse desviado hacia otros canales fuera del hogar, como el hostelero».

Los expertos coinciden en esta teoría, pero lo cierto es que los datos del INE apuntan a que, dentro de casa, hay una clara desviación en la preferencia de las familias por productos más baratos que en muchas ocasiones son de peor calidad.

Por ejemplo, ahora se consume mucho más arroz (casi 16 kilos de media por hogar) que a finales de 2021, cuando la cifra rondaba los 14 kilos. Suben también con fuerza las cantidades de pasta y de carne de cerdo, frente a la bajada de los kilos que se compran de, por ejemplo, pescado fresco (que pasa de 21,5 a 18 kilos de media al año por hogar), o de frutas cítricas.

En 2021 se consumieron 54,2 kilos de media de esta partida en la que se incluyen naranjas o limones, y ahora -afectados también por la caída de la producción derivada de la sequía que, a su vez, ha contribuido a disparar los precios de estos frutos- apenas superan los 46 kilos.

También comemos menos carne de vaca y más de cerdo. Y bebemos mucha más cerveza que antes. Tras el pico de la pandemia, los hogares redujeron su consumo de esta bebida alcohólica derivada de la cebada a 56,2 litros al año, cifra que ahora ha vuelto a repuntar hasta los 58 litros.

Otros estudios reflejan cómo muchos españoles han dejado de consumir algún alimento por la subida de precios, sobre todo el pescado, algunos tipos de carne y la fruta. «Algunas personas los han eliminado de la cesta básica; son productos llenos de nutrientes que deberían estar en la dieta diario y se han sustituido por procesados», indica la aseguradora Aegon en un reciente estudio del sector.

Algo que también se refleja en una cuota cada vez mayor de la marca blanca en los lineales de los supermercados y que, según estimaciones de KPMG, ya alcanza un peso del 43%, superando a países como Alemania o Reino Unido, que hasta ahora lideraban ese mercado.

Más allá de frescos y procesados, el aceite se ha convertido en la auténtica pesadilla del presupuesto familiar, siendo uno de los productos que más se ha encarecido estos años, con precios que superan los 10 euros en los lineales azuzados todavía por la mala cosecha anterior.

En concreto, el litro de aceite de oliva ha subido un 38% en los últimos doce meses, con datos a cierre de julio. Y su precio se ha triplicado desde 2021. Todo a pesar de que el oro líquido se ha beneficiado de la rebaja del IVA en vigor desde enero de 2023 para algunos alimentos, pasando del 10% al 5% y, ahora, al 0%. En julio, su precio ya experimentó una moderación al 5,5% interanual.

Con ese telón de fondo, el gasto medio por hogar en aceite de oliva se ha disparado de 77 euros a 121 euros en apenas tres años. Una subida de precios que ha venido acompañada de una caída del consumo del 7,8% desde 2021.

Eso sí, si se baja el análisis un escalón más, se puede comprobar cómo esta evolución va por barrios. Los datos del INE indican que el 10% de los hogares con mayores recursos han elevado su gasto en aceite un 82%, pasando de 119 euros en 2021 hasta los 217 euros en 2023. Es decir, consumen lo mismo o incluso más que antes pese a la subida de precios, mientras que en los hogares más vulnerables sí baja el consumo y el aumento del gasto apenas supera los 20 euros por familia.

Con estos datos sobre la mesa, todo hace indicar que la rebaja del IVA puede acabar beneficiando más a los hogares de mayor renta, que son los que más consumen.

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