¿Cómo quedará la plantilla de la UD Las Palmas tras el descenso?

Tras el fracaso del proyecto en Primera que acabó con el descenso de la UD Las Palmas a Segunda División, ahora toca reinventarse una vez más. Se avecina otro verano movido en las oficinas de Pío XII, donde Luis Helguera, director deportivo del club insular, no puede volver a fallar. Primero tendrá que acertar en la elección de un entrenador, porque por todos es sabido, aunque aún no es oficial, que Diego Martínez se marchará por la puerta de atrás. Luego tendrá tarea para armar una plantilla competitiva con la intención de volver a lograr el ascenso.

Hay muchos futbolistas que se marcharán tras acabar contrato (Jaime Mata, Javi Muñoz, Campaña y Benito), otros que activarán sus cláusulas de liberación por haber bajado a Segunda (McKenna y McBurnie), los que concluyen cesión (Fábio Silva, Dário Essugo, Bajcetic, Pelmard y Januzaj) y por los que se escucharán ofertas (Mika Mármol, Jasper Cillessen, Sandro Ramírez y Alberto Moleiro).

La base parece clara. El club cuenta con Horkas, Herzog, Viti, Álex Suárez, Loiodice, Marvin, Álex Muñoz, Manu Fuster, Marc Cardona y con el capitán Kirian una vez gane nuevamente el partido al cáncer.

También habrá que ver qué pasa con los cedidos que regresan a la isla: Pejiño, Sory Kaba, Iván Gil, Ale García, Iván Cédric y Enrique Clemente. De todos ellos, solo hay esperanzas en los dos Iván y, si acaso, y depende del técnico que llegue, en Pejiño.

Con todo, la remodelación de la UD se cocerá a fuego lento. La pretemporada arrancará en julio y se espera que con el grueso de la plantilla.

En la planificación de cara a la temporada que viene parte como el titular, aunque se fichará otro arquero que le haga competencia.

Renovado aunque el club todavía no lo ha hecho oficial, se espera que sea uno de los pilares en la defensa en Segunda División.

Pieza vital de cara a intentar subir de nuevo a Primera. Fue de los pocos que se ha salvado de la quema en el curso que acaba de concluir.

Chico de la casa, que siente el amarillo y que siempre da la cara. Seguirá por su compromiso, ejemplo y polivalencia en la zaga.

Defenestrado en la élite, en la categoría de plata ya exhibió calidad y habrá que rescatar su mejor versión. Merece esta oportunidad.

Se le espera de vuelta cuando vuelva a vencer a la enfermedad para que lidere el ascenso como hiciera en mayo de 2022.

Llegó tras un temporadón con el Albacete en Segunda y se espera que esta próxima temporada asuma galones y liderazgo.

Esta que viene será ya su cuarto año en la UD y todavía tiene la confianza del club pese a que nunca ha demostrado nada. Enésima oportunidad.

De más a menos, sembró muchas dudas en su debut en la élite, aunque cerró el curso con tres goles. En Segunda debe valer.

Uno de los grandes olvidados, tiene un año más de contrato y se quedará para intentar recuperar algo de protagonismo.

Durante la gran parte de la campaña fue titular y dejó muy buenas actuaciones. Su caché impide que siga jugando en Las Palmas en Segunda. Buscará una salida.

Sus lágrimas en el último partido en el Gran Canaria fueron una declaración de inteciones. Hay que sacar dinero por él, solo le queda un año. Le quiere el Villarreal.

Ya el verano pasado suscitó interés en varios equipos del Calcio italiano. El Como sigue interesado en hacerse con su fichaje. Como con Moleiro, servirá para hacer caja.

Cuenta para el nuevo proyecto, aunque ni el propio delantero como la entidad amarilla verían con malos ojos un posible traspaso que beneficiara a todos.

Después de salirse, los Wolves esperan poder cerrar una venta de más de 20 kilos. Tiene varios pretendientes en Alemania. Atlético y Villarreal, al loro.

De más a menos en Las Palmas, durante la campaña se cerró su traspaso al Chelsea, lo que hizo que bajara sus prestaciones hasta niveles pésimos.

Un espejismo del jugador que deleitó a todos en la Real Sociedad. Volverá al Sevilla, que no le quiere, y tendrá que rescindir o buscar una nueva cesión.

Cedido por el Liverpool para cubrir la vacante de Kirian, ahora le intentarán encontrar un nuevo acomodo. Es posible que acabe en el Celta de Vigo.

La incorporación de la desdicha. Nadie entendió su llegada y, cuando le tocó jugar, no aportó nada. Se marchará sin pena ni gloria. Y menos mal.

Por suerte solo se le firmó un año, en un último servicio nefasto de Deivid. Acabó la Liga y se irá sin marcar un triste gol.

Con cartel en Primera, seguirá en la máxima categoría y todo apunta a que le verán correr por Mestalla, pues el Valencia le desea.

No se le ha ofreció la renovación porque se entiende que no ha cumplido con las expectativas puestas en el sevillano.

Como su compatriota, tiene una cláusula que le libera en caso de ascenso. Apunta a que la ejercerá para irse.

Ejerció su cláusula de salida en caso de descenso, que estaba dentro del acuerdo alcanzado entre las partes.

En el mercado invernal se marchó cedido al Elche, que está peleando por subir. No hay opción de compra.

No contó nada y se le cedió al Eibar, que si subía tenía que comprarlo de manera obligatoria. No será así.

Dejó destellos en pretemporada y, sin explicaciones, se fue cedido al Barça B con una opción de compra. Se rumorea que lo quiere el Watford.

Pelea por ascender con el Elche, que tiene una opción de compra en caso de subir a Primera División.

De préstamo en préstamo. No cuenta en la planificación a pesar de tener otro año.

Otro que ha encadenado una cesión tras otra y en ninguna ha cumplido las expectativas.

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