Sabrina sabe más de Gambito que Netflix
La ajedrecista canaria, maestra internacional, analiza el fenómeno televisivo del momento, la miniserie más vista del gigante del 'streaming'
Todos sus éxitos y la lucha constante por reivindicar la figura de la mujer en un deporte tradicionalmente dominado por los hombres, bien merece una serie. Siete veces campeona de España y plata europea, Sabrina Vega (Las Palmas de Gran Canaria, 1987), gran maestra y maestra internacional absoluta, también se convirtió en símbolo tras renunciar a jugar el Mundial de partidas rápidas y relámpago que se celebró en Arabia Saudí en diciembre de 2017 en protesta por la elección de una sede en la que las participantes debían cubrirse la cabeza con un velo. Un gesto por el que recibió un reconocimiento planetario y el Premio Reina Sofía o el reciente galardón 'Mujeres a Seguir'. Además, también fue histórico su triunfo en 2016 en 36 movimientos ante una de las leyendas vivas del juego-ciencia: Anatoli Karpov.
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«¿Una serie sobre Sabrina? Creo que ya hay una, y es de brujas...», responde divertida la grancanaria al imaginarse protagonista como Beth Harmon, la niña huérfana que conoce el ajedrez en el orfanato y se enfrenta a la adicción a los calmantes para llegar a los rangos de Gran Maestro Internacional en la producción de Netflix. 'Gambito de dama', obra escrita por Walter Tevis en 1983, se ha convertido en la miniserie más vista de la historia del gigante del 'streaming' y una de las más exitosas de la televisión contemporánea.
La producción, de tan solo 6 capítulos, logró 62 millones de reproducciones en sus 28 primeros días en emisión. Además, 'Gambito de dama' ha conseguido ser 'top 10' en 92 países y número uno en 63 de ellos. ¿Y de qué va 'Gambito de Dama'? Situada en Kentucky, en la década de 1960 y en plena Guerra Fría, la joven Beth Harmon (encarnada por Anya Taylor-Joy) es una huérfana con una aptitud prodigiosa para el ajedrez, que lucha contra sus adicciones mientras trata de convertirse en la mejor. Admite Sabrina Vega que se enfrentó a la serie sin prejuicios y optimista, pero sin vaticinar que se convertiría en un acontecimiento con impacto mundial.
«El ajedrez todavía tiene margen de mejora como una importante herramienta educativa, terapéutica o social como deporte, pero nos lastra que no se haya sabido vender mediante el marketing para darle el prestigio y la visibilidad que debe tener. Por eso es muy importante que un gigante como Netflix haya contado esta historia que acerca el ajedrez al gran público. Es una serie que se consume de forma amena, son solo seis episodios, y la acogida está siendo muy buena, tanto en el mundo del ajedrez profesional como en el público en general. No sé si tendrá un efecto a largo plazo, porque aún hay que romper con muchos clichés que tenemos los que practicamos este deporte, pero sí ayuda a romper barreras, desmitifica algunas ideas preestablecidas y da más visibilidad al ajedrez», bendice.
Evitando hacer 'spoiler' y sin destripar secuencias a los que aún no la han visto, Sabrina valida el ajedrez que refleja la serie, escrutada desde una visión profesional. «Por ese lado estaba tranquila porque Kasparov asesoró a los guionistas en la parte técnica y el ajedrez está, en general, muy bien tratado y con mucho respeto. Hay que tener en cuenta que está ambientada en un momento y escenografía histórica y en un ajedrez más clásico, por lo que habría que adaptarlo a una perspectiva moderna. Actualmente no se juega así, con público asistente en las sillas, los jugadores antes podían fumar o beber, la presencia de muralistas cuando ahora tenemos tableros electrónicos, las partidas aplazadas que ya no existen... Pero en lo único que no se asemeja la serie es en el ritmo de la competición, porque se trata de partidas clásicas y el ajedrecista está acostumbrado a pensar más y gastar más tiempo. A dedicarle más tiempo al cálculo, pero se entiende porque está adaptado a los ritmos de una serie de televisión», admite Vega, que vio la serie poco después de lanzarse en la plataforma y antes de que fuese un éxito mundial.
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«Siempre he confiado en la importancia de darle visibilidad a las cosas, como el papel activo que está logrando en estos momentos la mujer, la visibilidad de los referentes; porque lo que no aparece en la pantalla no existe. Tradicionalmente se usaba el ajedrez en las películas en segundo plano, para simular la inteligencia de los personajes; pero producciones como la de Netflix ayudan a naturalizar y a acercar a más gente el ajedrez».
Sin entrar en paralelismos con la protagonista, Beth Harmon, con quien comparte la pasión por el ajedrez desde muy temprana edad, la gran maestro femenino y maestro internacional absoluto grancanaria, reconoce el doble mérito de la niña que polariza la historia 'Gambito de dama' como símbolo de una lucha. «El personaje me recuerda a Judit Polgár, considerada la mejor jugadora de la historia y la única que logró colarse en la lista de los 10 primeros del mundo en 1996 en un deporte hasta entonces solo dominado por los hombres; y por otro lado, al mítico Bobby Fischer, el estadounidense que en la década de los 70 acabó con el monopolio de los rusos en el ajedrez. La serie refleja también muy bien los tres pilares en los que nos apoyamos los que nos dedicamos al ajedrez. Por un lado, el conserje del orfanato, que transmite la pasión pura por este deporte; un mundo hermoso en el que Beth puede tener un refugio; por otro lado, la madre adoptiva, que representa el apoyo fundamental de la familia, que aunque no entienda la técnica es primordial porque la competición es muy intensa y necesitas ese apoyo incondicional. Y en tercer lugar, la pequeña gran familia que haces durante tu andadura en el ajedrez, rivales al principio que al final son compañeros. Y si hay algo que aprendes del ajedrez es que aunque juegas de forma individual, en realidad es en el compartir en el que progresas en un ambiente de deportividad. La serie transmite muy bien esos valores», añade satisfecha.
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Para neófitos o quienes aún no conozcan la historia de Beth Harmon, Sabrina justifica el nombre de la serie. «Gambito de dama es una apertura clásica de ajedrez y entiendo que se utilizó para resaltar la figura de la mujer como la protagonista con una figura técnica. Beth la utiliza bien avanzada la historia, pero no es algo destacable del personaje», explica. La producción de Netflix ha conseguido que las ventas de tableros de ajedrez se hayan disparado durante el confinamiento gracias a su emisión en 'streaming' en los últimos meses, una circunstancia que celebra Sabrina, que espera que muchas niñas y niños descubran este deporte en Canarias, una tierra que además tiene una tradición ajedrecística. «Ojalá que en la carta a los Reyes Magos o Papá Noel este año haya muchos más tableros. Si es gracias a la serie, pues habrá conseguido darle mucha más visibilidad al ajedrez».
En plena competición
Sabrina Vega atendió a CANARIAS7 durante un festival de la Federación Española que se disputa estos días en La Palma con varios torneos de 10 jugadores cada uno y en el que opta a la norma de gran maestro absoluto. «El objetivo es conseguir la norma, pero lo que quería era jugar otra vez tras una temporada muy complicada. Con esto cierro por este año, y de cara al futuro estoy expectante en un período de gran incertidumbre por la pandemia. No es fácil cerrar nada en estas circunstancias y espero que todo se solucione por el bien no solo del deporte, sino de la sociedad», narra la ajedrecista.
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