El milagro de Gary González: de estar al borde la muerte a ser campeón de Europa
Surf Adaptado ·
Hace dos años estuvo a punto de perder la vida en un accidente mientras tomaba olas en Lobos. Perdió la visión en el ojo derecho pero eso no le ha impedido lograr el título europeo de parasurf«Detrás del islote de Lobos me encontraba tomando olas hace dos años, hasta que sufrí un revolcón y un golpe muy fuerte en la zona del ojo derecho. Casi muero allí». Así comenzó la nueva vida de Garehaga 'Gary' González en 2023, después de un terrible accidente practicando su deporte. Dos años después, y tras un periodo de adaptación y de crecimiento personal, el teldense se proclamó campeón de Europa de parasurf en categoría V2 -discapacidad visual parcial- y ahora se prepara para la cita mundialista en California.
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«Me rompí todos los huesos a la altura del pómulo, así como el 90% de los músculos y nervios, además de tener el ojo medio salido. Estaba solo en el agua, porque mis compañeros se encontraban en el barco y no me podían alcanzar por el oleaje. A los dos días me operaron y me sentí afortunado... porque al fin y al cabo no importaban las lesiones, porque salvé la vida», relata González.
A muchos seguramente las cicatrices de un trance tan duro como este le hubieran hecho pensar en no volver a hacer surf. Pero no fue el caso de Gary, que en poco tiempo pasó página, aceptó su nueva situación con increíble madurez y, a pesar de haber perdido la visión en su derecho, a los cinco meses volvió a ponerse encima de una tabla.
«Es en esta etapa estoy más relajado. Acepté mi realidad y ahora disfruto más de las experiencias. Si pierdo o gano, lo veo con otros ojos», apostilla incluso con sano humor. «No fue fácil al principio, incluso todavía te adaptas a nuevas situaciones a pesar de tener esa memoria muscular pero no contar con la visión de antes, si bien no me puedo quejar, soy un afortunado».
Volver a empezar
Tras dos operaciones y 150 días de recuperación tanto anímica como física, volvió a retomar su pasión. Tanto la familia como compañeros de este deporte le animaron, y entre ellos hubo una voz más que llamativa que le arengó a participar en las competiciones adaptadas, el mítico Aitor Francesena, ganador en dos ocasiones del campeonato del mundo ISA y cuatro veces campeón del circuito mundial de la ASP de surf adaptado. De pequeño se le diagnosticó un glaucoma congénito y a los 14 años perdió el ojo derecho tras numerosas operaciones. Aquello no le impidió practicar surf, incluso cuando, una décadas después, en 2012, el impacto de una gran ola le destrozó el ojo izquierdo, quedando totalmente ciego. A pesar de ese nuevo revés, 'Gallo', sobrenombre con el que se le conoce a Aitor en el mundillo de esta disciplina, volvió a coger la tabla tres meses después.
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«Fue mi entrenador hace unos 15 años. Él junto con un amigo al que entrenaba me animaron muchísimo y me hicieron ver el espectacular ambiente que se vive en estos campeonatos, con historias de superación increíbles», señala González.
A partir de ahí, el cambio ha sido exponencial. En junio de este año, Gary logró en el campeonato de España de Parasurfing celebrado en La Cícer con dos olas de excelente puntuación: 10 y 9.37. Ya en octubre, en las aguas de la playa de Patos (Galicia), selló una actuación brillante en el Europeo, formando parte de la Selección Española. De hecho, en la final, González alcanzó un 8,883 y 9,67 en sus dos mejores olas, firmando así una puntuación de 18,50 que se considera espectacular en el circuito profesional. Con esta panorámica, Gary se encuentra a las puertas del Campeonato del Mundo que se celebrará, del 2 al 7 de noviembre en California, junto con el equipo nacional.
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No obstante, no resultará fácil para él acudir a ese importante cita: «Estamos buscando aún posibles ayudas y patrocinios para poder ir a Estados Unidos», reconoce Gary, que hasta el momento no recibe subvención alguna: «Ojalá alguna administración me pueda echar una mano, porque me gustaría ir».
Todo un estilo de vida que se ha evolucionado sin cambiar un ápice su esencia. Ahora toca competir con casco, pero el mar sigue siendo el mismo: «Nunca pensé realmente en dejarlo. Con al apoyo de mi padre, mi hermano gemelo y de tanta gente, solo pensaba en volver». Gary sigue exhalando surf por los cuatro costados y ahora, a las puertas de los 35 años, le llega la gran oportunidad de su vida: ser campeón del mundo.
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