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El rider, en la playa de Las Canteras. Cober

Javier Domínguez, un campeón de España en busca de ayuda para cumplir su sueño mundialista

Bodyboard ·

El rider grancanario, doble campeón nacional open de bodyboard, pide apoyo para poder ir a Marruecos, una de las diez pruebas internacionales

Aday Martín Santana

Aday Martín Santana

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 12 de marzo 2023, 08:42

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La vida sin tener sueños sería aburrida. Tener retos, ambición y un objetivo es esencial para que no se vuelva costumbrista. Javier Domínguez Zerpa tuvo una meta entre ceja y ceja desde que era pequeñito, ser campeón del mundo de bodyboard. «Mi padre y mi hermano me dieron un traje de neopreno, unas aletas y una tabla con cinco años. Me tiré de cabeza al agua». Desde ese momento, su vida gira en torno al bodyboard, al mar y a su zona de confianza, El Confital.

Domínguez comenzó rápido a construir su particular sueño. «Fueron mi padre y mi hermano los que me adentraron en el mar, las olas y el bodyboard. Aprendí de ellos». Desde pequeño ha crecido con las olas, pero no con unas cualquiera, con las del Confital. «Allí es donde empecé y es donde me voy a quedar siempre, es el lugar donde me siento más cómodo», cuenta Javier con la mirada en las olas de la zona de La Cícer en la playa de Las Canteras.

Pronto descubrió que tenía talento, varios campeonatos júniores en su haber como el de Europa en Marruecos hacían presagiar que ese sueño de ser campeón del mundo podría algún día cumplirse. Para ello, no ha parado de entrenar. «Siempre que hay olas, voy directo al agua, prácticamente todos los días», relata Javier con orgullo.

El mar no sabes lo que te depara, es todo un misterio. Pero lo que sí te deja son momentos y uno de los mejores que ha vivido Domínguez fue en el Frontón King en Gáldar. «Una ola hace dos años en el Frontón, espectacular, me dieron diez puntos, es una de las mejores olas que he cogido nunca», recuerda con nostalgia el rider.

Mi padre y mi hermano me dieron un traje de neopreno, unas aletas y una tabla con cinco años. Me tiré de cabeza al agua

Javier domínguez

Pero al igual que te da buenos momentos, te da malos o simplemente menos buenos. «He tenido varios accidentes, el peor fue en la parte de atrás del Confital, que tuvo que venir la ambulancia, estuve varios meses parado con un esguince cervical, pero nada, ya estoy perfecto», explica sin ningún tipo de miedo ante aquel momento.

Javier Domínguez, con una de sus tablas. C7

En busca de ayuda

Pero esos sueños a veces se ven interrumpidos, lesiones, accidentes u obstáculos aparecen en un camino que no siempre es de color rosa. «Necesito ayuda, apoyo público o privado, busco dinero para poder ir a Marruecos», se sincera Javier con una mirada de ilusión. El rider es campeón de España Open en dos ocasiones y al ganar en 2022, tiene la oportunidad de disputar el mundial este año.

«Son 13 citas, la situación es que no tengo el dinero para pagarlas todas. Ahora mismo tengo pensado ir a Chile, que allí son las tres primeras pruebas. Luego quiero ir a Marruecos, pero no tengo todavía los suficientes medios», explica Javier con una mirada que refleja las ganas de luchar por su sueño.

Necesito ayuda, apoyo público o privado, busco dinero para poder ir a una de las pruebas mundialistas en Marruecos

Javier domínguez

Ahora mismo, Domínguez solo tiene la certeza de que estará en las tres pruebas que se disputarán en Chile. «Solo tengo una marca ahora mismo que me ayuda, 'Ozéano', de Lanzarote, ellos me ayudaron con el viaje a Chile, todo lo demás me lo tengo que costear yo y por eso necesito alguna ayuda más».

«Estoy esperando a ver si hay suerte y alguien me apoya, busco un patrocinador que me de la posibilidad de lucirme y disfrutar de los mundiales». Esto supondría todo una motivación para él. «Podría llevar la marca por todo el mundo. La única que tengo, me ha costeado el viaje a Chile, todo lo demás me lo tengo que pagar yo y por eso estoy buscando alguna aportación más», se sincera Javier con la mirada en un Océano Atlántico que baña las costas de las islas.

Pero como dice Javier Domínguez, cuando se mete al agua con su tabla, su traje y sus aletas «es un sentimiento, un estilo de vida, me siento como si estuviese en una nube». Una sensación que quiere experimentar en el campeonato mundial. Un sueño, que quiere cumplir porque la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

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