Mbappé y el Real Madrid, una historia interminable de guiños, amor y traiciones

El astro galo ha vuelto a agitar el mercado tras conocerse que la fecha de caducidad de su compromiso con el conjunto parisino es el 30 de junio de 2024. El cortejo más largo que ha vivido el mundo del fútbol en los últimos tiempos finalizará este mercado estival después de que el jugador anunciara hace unos días que se desvincularía del PSG, pidiendo además a Nasser Al Khelaifi que no le presentase ninguna nueva oferta de renovación. No la iba a aceptar. El motivo era que ya había elegido al Real Madrid como su club durante las próximas cinco temporadas, como sospechaban en París desde hace tiempo.

Su sueño se dice que era vestir de blanco desde niño. «Con 10 años le decíamos que le íbamos a regalar entradas para el Real», recuerda Alain Mboma, un íntimo de la familia del jugador, en L'Équipe TV . El pequeño Kylian respondía: «Algún día seré yo el que os lleve a ver al Real Madrid».

En 2012, a punto de cumplir 14 años, ataviado con una chaqueta del equipo de Chamartín, visitó Valdebebas, invitado por el mismísimo Zinedine Zidane, que entonces formaba parte de la dirección del club, donde estuvo fotografiándose junto a su ídolo Cristiano Ronaldo.

Por aquel entonces, Mbappé se formaba como futbolista en la prestigiosa academia de Clairefontaine, donde la Federación Francesa deja espacio solo para los mejores proyectos de futbolistas en el país galo. Esta situación y su negativa a fichar por el Real Madrid facilitó que Kylian Mbappé siguiera su carrera en el entorno futbolístico francés, logrando su primer gran traspaso en dirección al Monaco.

Desde que Mbappé asomara la cabeza en aquel equipo que asombró en Europa con 16 años, el Madrid ha estado pendiente de su evolución. En su temporada de debut en la máxima competición continental fue el sexto máximo anotador, con seis goles,​ y fue incluido en el equipo ideal y como uno de los jugadores revelación. Acabó la temporada en Ligue 1 con quince tantos en veintinueve partidos que contribuyeron decisivamente en la conquista del título diecisiete años después.

En verano de 2017 se frustró otra opción de jugar en el club blanco, pero no le podían garantizar la titularidad en un proyecto que encadenaba su segunda Liga de Campeones consecutiva y que la campaña siguiente aumentaría el récord histórico a tres seguidas. Su padre presentó a los blancos una oferta del PSG que duplicaba lo que ofrecía desde la capital y el atacante terminó a orillas de la Torre Eiffel.

Al-Khelaifi, el hombre que resucitó al PSG con sus petrodólares, se llevó el primer duelo de una carrera larga por la juventud del futbolista y su infancia como aficionado blanco. Su nombre siempre estuvo presente en el entorno de la Castellana viendo como el atacante se estrellaba una y otra vez ante la Liga de Campeones, aunque con su selección fuese capaz de ganar un Mundial.

En 2021 llegaron cantos de sirena y se habló, una vez más, de fichaje inminente. Al final, los parisinos dieron la espantada y no aceptaron una última oferta de 200 millones de euros por un futbolista que acaba contrato un año después. Los números han bailado continuamente en un culebrón que ha pasado por todos los episodios imaginables.

En 2022 los aficionados madridistas confiaban ciegamente en su aterrizaje en el Bernabéu. Sabían que terminaba contrato, de ahí que la decisión solo dependiera exclusivamente de lo que quisiera el internacional francés. El atacante rechazó todas las ofertas de renovación hasta que las presiones políticas de Catar y de Francia, unidas a las suculentas ofertas económicas del PSG cambiaron el paradigma. Una nueva negativa para recalar en Chamartín y renovación final con los galos. Las cifras: 83 millones de euros anuales hasta 2024 y una prima en caso de volver a renovar de 125 millones de euros.

Máximo goleador de la historia del PSG, con 244 tantos en 291 partidos, la estrella gala firmó su último contrato en mayo de 2022, justo una semana antes de la disputa de la final de la Champions que enfrentó a Real Madrid y Liverpool en el Stade de France.

Desde ese momento, las relaciones se fueron complicando cada día un poco más, hasta el punto de que el llamado 'caso Mbappé' marcó no solo el inicio de curso del PSG y los primeros pasos de Luis Enrique como entrenador del equipo parisino sino también el mercado de verano hasta el último minuto.

El culebrón más largo en la historia del fútbol dio otro giro de 180 grados el pasado 12 de junio. Aquel lunes saltaba a la palestra una misiva que Mbappé rubricó once meses antes. En ella, trasladaba al PSG su negativa a activar el año adicional de contrato que contemplaba el acuerdo difundido a bombo y platillo aquella festiva jornada del 21 de mayo de 2022 en el Parque de los Príncipes. Once días después, remitía otra carta para profundizar en los motivos de una resolución que situaba, como en esta última ocasión, el 30 de junio de 2024 como día final de su vinculación con el club de la ciudad de la luz. Desde entonces, las dos partes libraron una guerra que pudo dinamitar el ecosistema del deporte rey.

La complicada relación entre la estrella de Bondy y el club que ha dominado Francia las últimas cinco temporadas tuvo un verano de lo más movido con dimes y diretes, alejamientos, castigos y posteriores indultos. La partida de poker terminó con el cierre de mercado y otra vez la mano ganadora fue hacia el mismo lado. El aficionado blanco se volvió a quedar con la miel en los labios y sabiendo que al francés le encanta 'jugar' con el conjunto blanco.

La megaestrella francesa del fútbol Kylian Mbappé solicitó a principios de febrero de este 2024 la protección de la marca de su apellido y de su habitual gesto con los brazos cruzados cuando celebra sus goles para operar comercialmente en un variado abanico de sectores en el mercado que forman los 27 países de la UE. Su etapa en el PSG parece haber terminado tras comunicarle al club que se iría al finalizar este curso futbolístico.

El 'caso Mbappé' entra en su fase final y solo falta la oficialidad por parte del jugador sobre un destino que pinta más blanco que nunca. Todos los caminos conducen al Real Madrid desde que el 15 de febrero saltase la noticia sobre la decisión del ariete de dar un giro a su carrera con el objetivo de alcanzar los logros deportivos que no ha sido capaz de conquistar durante las siete campañas que lleva vistiendo la camiseta del PSG y situarse en el epicentro de la industria futbolística.

En Valdebebas ya respiran tranquilos, conscientes de que el fichaje de Mbappé es un hecho. El jugador y el club han mantenido contactos frecuentes a lo largo de las últimas semanas y todo se precipitó una vez que el campeón del mundo con Francia confirmó a los dirigentes del Real Madrid su deseo de jugar en Chamartín y transmitió a Al-Khelaifi su decisión de abandonar el Parque de los Príncipes.

Pese al desplante que hizo al Real Madrid en mayo de 2022, Florentino Pérez siempre tuvo claro que Mbappé debía ser la joya de la corona en la inauguración del nuevo Santiago Bernabéu y el principal referente de un equipo lleno de figuras como Bellingham o Vinicius. Se trataba de un fichaje estratégico al que el Real Madrid ha supeditado buena parte de la planificación deportiva y económica de los últimos años. De ahí que, por ejemplo, el pasado verano cayesen en saco roto las demandas de Carlo Ancelotti de reclutar un delantero de primer nivel como Harry Kane. La llegada de Mbappé supondrá un salto de calidad en el césped y un tremendo impulso en el apartado mercadotécnico.