Nico Brussino, Premio CANARIAS7-Pepe Moriana 2023

Pepe Moriana espera a Nico Brussino sentado en una sala anexa a la pista central del Arena. Acaba de finalizar el entrenamiento del martes. Aires tranquilos en el pabellón, silencio por los pasillos interiores, un día de transición en mitad de este calendario sin tregua. En el encuentro entre ambos, fundador y alfa y omega del CB Gran Canaria y el jugador elegido por los lectores como el más regular del equipo durante la campaña 2022-23, hay una conexión inmediata. Es la primera vez que se ven aunque parece que se conocen de largo tiempo. «¡Encantado Nico! Dime de qué parte de Argentina eres», se arranca Moriana antes de darle un curso acelerado y espontáneo de cuando obró el milagro de edificar un club en el patio de un colegio más de medio siglo atrás.

A Brussino ya le habían puesto en contexto la magnitud de la figura de Moriana, su contribución sagrada al escudo, pero ni así puede evitar gestos de asombro y risas ante lo apabullante y arrollador de su discurso. «De Cañada de Gómez, provincia de Santa Fe, cerca de Rosario», le responde para iniciar ya un diálogo de baloncesto.

Este domingo, en el preludio del partido que mide al Granca al Real Madrid desde las 12.30 horas, el alero internacional recibirá la undécima edición del Premio CANARIAS7-Pepe Moriana Santisteban, un galardón ya tradicional en cada final de temporada y que, como regalo añadido, le brindará el aplauso caluroso de la afición. Lo merece el bueno de Brussino tras marcarse un curso redondo y para la historia con la consecución de la Eurocup. «Siempre que recibes un premio individual es algo lindo, un reconocimiento al trabajo, al esfuerzo de uno. Así que agradezco a toda la gente que me votó y estoy muy agradecido por la elección», admite el protagonista, «ilusionado» por recoger el motivo artístico que le distinguirá.

Brussino, coronado en su segunda etapa en la entidad, analiza con satisfacción su rendimiento en favor del equipo y que le arroja unas estadísticas esclarecedoras en la ACB: 11,5 puntos, 53,9% de acierto en tiros de dos y 14,5 de valoración de media por jornada:«He llegado a un punto de madurez alto en la Liga Endesa, son ya varios años, conozco muy bien la competición y eso me da más confianza a la hora de jugar. Y, por supuesto, el equipo y el cuerpo técnico son fundamentales para tener esa seguridad a la hora de hacer mi juego. Incluso en las equivocaciones. Lo importante siempre es sumar, aciertes o no, sin darle importancia a los errores».

La influencia de Jaka Lakovic la pondera de manera explícita en su balance feliz: «Es un entrenador comunicativo, al que se le pueden decir las cosas. A la hora de armar un equipo es muy bueno». En una carrera con varios hitos como defender la camiseta de la selección de su país o asomarse a la NBA, el título continental con el Granca tiene un espacio privilegiado en su galería de recuerdos: «Es único ganar algo como la Eurocup. No todos tienen la oportunidad de hacerlo. Soy el decimosegundo jugador argentino que ha ganado un título europeo. Y con toda la cantidad de compatriotas que lo hicieron en España y en Europa...».

Moriana vivirá, un año más, un momento «muy especial» cuando le toque entregar el premio que apadrina desde el parqué del Arena: «Pisar una cancha de baloncesto, estar con los jugadores y vivir ese ambiente me hace retroceder a una vida que fue intensa y feliz».

En clave de Brussino, el nombre propio que le atañe ahora, apunta desde su perspectiva sabia: «Tiene unos buenos fundamentos, una mecánica muy bonita de tiro, efectiva además, y es un chico que juega en equipo, por y para el resto. El baloncesto se inventó para eso. Cuando un jugador arma la muñeca para tirar a canasta nunca debe olvidar que, para que le llegara el balón y estuviese liberado, antes cuatro jugadores trabajaron para eso».

En su felicitación a Brussino ya Pepe Moriana fue especialmente cariñoso para agradecerle la felicidad que, junto a sus compañeros, ha dado a la isla con esa Eurocup. Y en él persiste ese sentimiento desbordante de alegría por lo vivido una semana atrás: «Este club es patrimonio de Gran Canaria pero, a la vez, todos lo sentimos como algo nuestro. Me gusta salir, caminar, hablar con la gente y siempre atraigo a todo el mundo al baloncesto. Es algo que sobrepasa al deporte, al menos en mi caso. Levantaron la Eurocup y me vino a la mente cuando quedamos en Pamplona campeones de España de minibasket en el año 1964».

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