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Regreso. Jacob Wiley finalmente volverá a defender la camiseta amarilla. Firma por dos años. c7
Lavado de cara en busca de la chispa adecuada

Lavado de cara en busca de la chispa adecuada

Liga Endesa ·

Porfi Fisac y Willy Villar, los nuevos 'capos' del Herbalife Gran Canaria, ya trabajan con un mensaje alto y claro al unísono: «El reto es que nuestros aficionados disfruten del baloncesto».

Óscar Hernández Romano

Las Palmas de Gran CAnaria

Martes, 21 de julio 2020, 08:44

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La nueva normalidad del Herbalife Gran Canaria 2020-21 trae cambios importantes en las altas esferas. Sin la figura de Berdi Pérez, uno de los pilares del crecimiento de la entidad claretiana en la ACB, el proyecto queda ahora en manos de Willy Villar y Porfi Fiscac, los nuevos capos de un club asentado y respetado en la Liga Endesa a base de la ilusión y esfuerzo de muchos que ya no están por pura ley de vida, pero que han dejado un legado en la casa amarilla que, independientemente de los nombres y apellidos que estén, debe defenderse con todo.

Con la batalla aún el aire por conseguir la ansiada autarquía, el trajín deportivo debe seguir su curso. Un camino que lo lleve a codearse con los grandes, un emblema ganado a pulso con el paso de los años pero venido a menos en las últimas dos campañas, donde se ha perdido parte de su identidad con el baile de entrenadores, de jugadores, de directiva y, más doloroso aún, con la pérdida de confianza de una grada siempre fiel pero que ni la histórica clasificación para disputar la Euroliga le sirvió para subir un ánimo desgastado jornada a jornada y con pocas alegrías que llevarse del Arena, allí donde todavía se espera al mejor Granca, aquel que recuerde, o al menos se acerque, al del añorado Centro Insular de Deportes.

A Rabaseda y Paulí, se les echará de menos.

Y en estas llegan Villar y Fisac que, en sus primeras palabras oficiales como director deportivo y entrenador jefe, tocan la fibra adecuada. «El reto es pensar en nuestros aficionados para que disfruten del baloncesto», anuncia el primero. «Los jugadores lleguen a la grada, y la grada tiene que volver a ser feliz. Os voy a asegurar que las personas que vengan al pabellón saldrán con una sonrisa», refuerza el segundo.

«Os voy a asegurar que las personas que vengan al pabellón saldrán con una nueva sonrisa», sostiene el nuevo entrenador jefe

Un reto mayúsculo el volver a recuperar la chispa adecuada, aquella que fueron capaces de encender nombres como Berni Hernández, Willie Jones, Marcus Goree, John Morton, Greg Stewart, Gonzalo Martínez, Racca, Pedro Martínez, Roberto Guerra, Moran, Savané, Marcus Norris, Brad Newley, Carroll, Aíto García Reneses, Eulis Báez, Albert Oliver... Todos, y muchos más claro, que fueron más allá y entendieron a la perfección lo que es defender al límite los colores claretianos para hacerlo cada vez más grande.

Toca volver a ilusionar

Volver a sentir los colores y entender que el CB Gran Canaria es un grande y, como tal, hay que sentirlo y dejarlo en la cancha, en los despachos o dónde sea que se trabaje por y para la entidad. Villar y Fisac así lo entienden y lo han expresado a la primera. Ahora les toca transmitirlo a sus jugadores y estos a la grada, a una afición dispuesta siempre a sufrir por sus guerreros siempre y cuando lo dejen todo en la cancha.

Como también deben entenderlo desde los despachos, donde, de momento, sigue liderando un Enrique Moreno al que le sobra fidelidad por los colores pero le falta, si lo dejan al mando, dar con la tecla que le una a la afición, esa que sigue sin llenar el Arena, uno de los grandes retos desde el mismo día que se abandonó el CID.

Jacob Wiley.
Jacob Wiley.

La suerte está echada

El equipo, de momento, está ilusionando con la renovación de Costello y Okoye, los fichajes de AJ Slaughter, Amadeo Della Valle, Jacob Willey (una apuesta segura) o el propio Porfi Fisac y Willy Villar. Un equipo, o al menos eso parece, con argumentos para codearse de nuevo con una galaxia no muy lejana, y donde también, o al menos ese es el plan inicial, tendrá hueco los jóvenes canteranos, relegados a un tercer plano desde hace muchos años pero a los que (ahora o nunca) parece ser les ha llegado su turno.

La cosa no pinta nada mal

Pocos se han quejado del cambio de técnico (esta vez, el plan A). Y tampoco de los refuerzos. Habrán más entradas, y también se esperan salidas. Bienvenidas sean todas si, finalmente, se logra el objetivo; volver a recuperar la chispa adecuada. La solidez. La ilusión... Al mejor Granca.

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