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El guitarrista madrileño Pancho Varona. C7

«Me siento bien pagado con aparecer en la letra pequeña de los discos»

Pancho Varona, histórico guitarrista de Joaquín Sabina, trae al Alfredo Kraus su gira 'Ruta 52', una vuelta a España con canciones que son himnos

David Ojeda

las palmas de gran canaria.

Lunes, 7 de diciembre 2020, 07:00

A Pancho Varona le gusta estar detrás y a la izquierda de Joaquín Sabina, espacio en el que se lleva situando artísticamente 38 años. Sin embargo, hace unos años decidió emprender la gira 'Ruta 52', en la que solo caben él, su guitarra y aforos íntimos. Casi que una anticipación a este cruel contexto que obliga a la distancia social. Aterriza el próximo 13 de diciembre, a partir de las 20.00 horas, en el Auditorio Alfredo Kraus de la capital grancanaria.

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–Curiosamente esta gira nace con la idea de tener un encuentro íntimo con sus seguidores...

–Nació hace algo menos de dos años con el propósito de ser un viaje por todo el Estado con mi guitarrita, mi coche y no solo cantando las canciones sino contándoles de dónde vienen. Que es para mí lo más importante del concierto.

–¿Por qué le apetecía este formato?

–Porque me gusta mucho compartir con la gente historias que no conoce sobre de dónde proceden las canciones. Pensaba que era el momento de sentarme en un lugar pequeño y charlar con la gente, llevarles de boca a oreja todos los detalles que rodean a las canciones, el cómo se hicieron o en qué momento se grabaron. Y me parecía un formato estupendo, tomar el coche y la guitarra y doblar el mapa por la mitad. Ir a cualquier sitio en el que me admitieran y cupieran 30 o 40 personas. Cuanto más pequeño mejor, porque es un formato muy bonito.

–Es algo casi iniciático...

–(Ríe)...y quién me iba a decir que se iba a cumplir tanto el plan. Después del confinamiento salí muy ágil y me inventé cosas para seguir moviéndome. Como no podía tocar en salas ni en bares ni manager y yo nos inventamos el concepto de conciertos privados. Y lo de tocar en salones de casas se hizo realidad. Me fui a tocar en casas de personas que me contrataban: tocaba para un matrimonio o para diez personas en un jardín. De repente, me hice una gira de domicilios. Estoy muy contento porque he conseguido continuar esa gira, en vez de por salas o por recintos por casas.

–¿Es una forma de mantener viva la llama de su relación de amor con las canciones?

–Por supuesto. Yo todos los días doy gracias por todo esto que me ha tocado vivir, por ser músico y de poder hacer canciones con gente tan querida e importante para mí. Me parece un lujo. El poder ir a tocar ahora a Las Palmas de Gran Canaria, que mis cosas puedan salir en un diario. Y todos los días doy las gracias a Joaquín Sabina, que probablemente es el que tiene más culpa de que esta entrevista se esté produciendo, por la vida que me han dado estas canciones.

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–Dice que viene a hablarle a la gente de la vida interior de las canciones en las que ha participado, relatos vitales para muchas personas...

–Es verdad que hay mucha gente que nos dice que esas canciones son la banda sonora de su vida. Que les han acompañado en la infancia, en un divorcio, en el nacimiento de sus hijos... Es increíble como la música puede penetrar tanto en el alma de la gente. Me escribieron una vez para contarme que 'Esta boca es mía', que la hice con Joaquín, se la cantaron a una mujer asesinada por malos tratos sus amigos en un entierro. Y me parecía algo muy fuerte porque yo hice esa música con la única pretensión de que fuera bonita y, de repente, se convierte en una canción con tanto simbolismo.

–Su figura está asociada a la de Joaquín Sabina, pero también ha escrito con Luz Casal o Quique González, tocado con Serrat, ¿no se siente una porción importante del pop español de los últimos 40 años?

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–Hay canciones que son más conocidas pero no voy tan lejos. Me siento muy bien pagado con aparecer en la letra pequeña de los discos. Soy un perfil bajo. Lo que la gente piense de esas canciones me parece un regalo del cielo pero nunca me he creído que eso es así; además, me convertiría en un pedante absoluto.

–¿Hay algo de magia en descubrirle al público que hay detrás de esas canciones que han marcado su vida?

–Claro. Yo estoy deseando leer libros de los Beatles en los que John Lennon me cuente cómo compuso 'Instant Karma', que la he oído mil veces. Ahora quiero que alguien me cuente por qué la compuso o qué le pasaba por la cabeza. Eso es lo que me apetece saber de la gente que admiro. Por eso me parece tan importante la anécdota que hay alrededor de la canción.

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–Adelántenos alguna de sus anécdotas...

–Por ejemplo, sobre 'Peces de ciudad, que es una canción que nace de un ritmo que toco con la guitarra recordando una canción de Dylan que a Joaquín le gusta mucho que es 'To Ramona'. Por quererle hacer algo parecido. La desarrollamos en un hotel de Lima, en Perú, y Joaquín la continúa; en el concierto contaré como me puse muy malo del estómago en ese viaje, aquella noche en la habitación mientras Joaquín me pedía ayuda buscando palabras, cómo nos abrazábamos al terminar cada verso hermoso, que eran todos, y luego la seguimos en el hotel Camino Real de México. Cosas que la gente no sabe y que tendrán en la cabeza la próxima vez que escuchen la canción.

–Habla del impacto de las canciones en el público, ¿pero que le mueve a usted recordar aquellas noches de giras y hoteles en este tiempo tan restrictivo?

–Ahora estamos metidos en algo que no sabemos dónde nos va a llevar. Pero tengo tanta suerte que acabo de llegar de México donde he hecho algún concierto oficial y privado. No hay giras por Latinoamérica pero me estoy buscando la vida para poder viajar por allí con los privados. Inventando vidas nuevas frente a cada adversidad.

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–¿Qué responsabilidad siente ante un público que necesita vías de evasión de esta realidad?

–Más que nuca. Es importantísimo llegar a un lugar y que la gente se vaya a casa con una sonrisa. A mí me gusta reírme mucho de mí mismo en los conciertos. Durante el confinamiento la gente se ha refugiado en la música. Y eso lo sigo viendo en los conciertos. He dado conciertos en Valencia en los que la gente no podía beber y lo aguantaron a palo seco.

–Es muy activo en Twitter, donde le siguen 125.000 personas. ¿Cómo sobrevive en esa jungla?

–Tengo la suerte de que no tengo 'haters', a pesar de que me meto mucho con el Real Madrid y con la derecha política. Es algo parecido a lo que le pasa a Joaquín, que le quieren desde todos esos lugares y creo que esos ojos de cariño los he heredado. Se me permite ser travieso sin que la gente me pegue hostias.

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