Kevin Anthony Legrá: «Creo en una literatura con conciencia»
El novelista cubano presenta el día 6 de junio en la Biblioteca Insular 'El precio de un ideal', que acaba de publicar Galaxia Gutenberg
Francesc Zanetti
Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 5 de junio 2025, 02:00
Al novelista de 24 años Kevin Anthony Legrá no le resultó complicado adaptarse e integrarse a la isla cuando se marchó de Cuba. Desde hace dos años reside en Telde. El día 6 de junio, a las 18.30 horas, presenta en la Biblioteca Insular el título con el que obtuvo el pasado año la edición XVIII del Premio Málaga de Novela, 'El precio de un ideal', que acaba de publicar Galaxia Gutenberg, una historia que abarca desde el triunfo de la revolución castrista hasta la visita que en 1998 cursa Juan Pablo II a la isla caribeña.
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Acaso de su trabajo como guionista y locutor del programa de radio juvenil 'Conquistando el futuro' durante su etapa de bachillerato no resta nada, porque desde la otra orilla contempla la situación de su país «con profundo dolor. Cuba atraviesa una de sus peores crisis. El sistema ha fracasado, pero también percibo una creciente voluntad de cambio entre las nuevas generaciones. El castrismo ha dejado cicatrices profundas, y el futuro dependerá de nuestra capacidad de diálogo, memoria y reconstrucción», señala Legrá, quien se inspira en su novela en la historia real de Orestes Rivero, un joven que nunca llegó a imaginarse que su fe lo convertiría en un enemigo del Estado.
«La historia nació en 2018, durante una tarde de café, cuando el propio protagonista me entregó su testimonio con la intención de que lo ayudara a pulirlo. Empecé a trabajar en ello, pero el proyecto quedó detenido por mis estudios universitarios. Cinco años después, impulsado por la insistencia de mi padre, retomé el texto y dediqué un año y medio a una investigación profunda. Aunque inicialmente seguí el testimonio, el avance de la investigación me llevó a ampliar el enfoque y abordar temas como el ideal del «hombre nuevo» en Cuba, el exilio, el patriotismo, la represión y las tensiones entre la Revolución y la religión», admite el autor de 'El precio de un ideal'. Rivero fue enviado a una de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), los campos de trabajos forzados que, entre 1965 y 1968, aglutinaron a artistas e intelectuales disidentes, a homosexuales y a quienes profesaban una gran diversidad de religiones en Cuba.
Legrá, que confiesa admirar la narrativa de Leonardo Padura por su capacidad de retratar Cuba con honestidad y por su manejo del lenguaje cubano, al igual que a Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa y el humor incisivo de Eduardo del Llano, considera que la literatura cubana contemporánea «está en un momento de gran riqueza y diversidad. Hay una coexistencia de voces dentro y fuera de la isla. Mientras algunos escritores siguen trabajando bajo la censura, fuera del país florecen expresiones más libres y críticas. Esta dualidad genera una narrativa compleja, en la que lo íntimo y lo político se fusionan. A pesar de cierta invisibilidad internacional, cuando se le presta atención, la literatura cubana demuestra una fuerza narrativa ineludible».
Asuntos entrelazados
Política y religión se entrecruzan en su novela, asuntos que, para el autor, en el contexto cubano «no son asuntos divergentes, sino profundamente entrelazados. La represión no fue solo política, también espiritual. La religión, para muchos, fue un acto de resistencia frente a un régimen que intentó moldear incluso la conciencia individual. En la novela abordo esas contradicciones y explico por qué la Iglesia fue considerada un enemigo potencial por la revolución», señala.
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Kevin Legrá no tiene ningún tipo de pudor al definir 'El precio de un ideal' como una novela política en el sentido más amplio del término. «Es una novela sobre el poder, la exclusión y el control ideológico. Pero también es una obra profundamente humana, que utiliza lo político para hablar del individuo, su dignidad, el exilio, la identidad y el patriotismo. También aborda la conocida 'guerra de las dos orillas' entre los cubanos que se fueron y los que se quedaron», subraya. «Toda literatura, incluso la que se dice ¡neutral', refleja una postura. Creo en una literatura con conciencia, que no es propaganda, sino una mirada lúcida sobre la realidad. En mi caso, el compromiso está en contar lo que muchos han querido silenciar».
Un gesto ético
Opina que la historia de Orestes Rivero puede contribuir a la difusión de un relato que durante décadas ha permanecido silenciado. «La novela no solo visibiliza los horrores de los represaliados, sino que rescata una memoria colectiva necesaria. Leer esta obra no es solo un acto cultural, sino un gesto ético. Es una forma de reivindicar, de recordar que la memoria importa y de afirmar que la literatura puede ser también un acto de justicia. He querido generar conciencia, invitar a la reflexión sobre la memoria histórica y, sobre todo, despertar empatía. Que el lector comprenda que detrás de los datos y las cifras hay vidas reales, frágiles y valientes. Esta novela es también un acto de libertad: digo lo que pienso y lo que siento, sin medias tintas y, lo más importante, sin miedo», añade el escritor, que ha desarrollado su carrera hasta la fecha entre la narrativa, la poesía y la divulgación literaria.
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Cuando se refiere a las claves que pautan su escritura anota que su estilo «es directo, crudo y profundamente vinculado a mis raíces. Me interesa narrar la realidad, explorar la memoria, los conflictos morales, el contexto histórico y la identidad. Me enfoco especialmente en el ser humano enfrentado a los sistemas de poder: cómo sobrevive, se adapta o resiste desde lo íntimo. Suelo construir mis tramas a partir de vivencias propias o de personas cercanas a mí».
«Más que un exorcismo, escribir 'El precio de un ideal' ha sido una catarsis. Un acto de reconciliación con una parte dolorosa de mi historia personal y la de mi país. Escribir esta novela fue una forma de sanar», dice.
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