Silvia Rodríguez, poeta
«Cuando arriesgamos con el lenguaje aprendemos más»La escritora grancanaria ganó el Premio de Poesía Pedro García Cabrera con su poemario 'La desnuda raíz de la rosa', que ya está en las librerías
La poeta grancanaria Silvia Rodríguez ha añadido a su trayectoria un nuevo reconocimiento, el Premio Poesía Pedro García Cabrera de 2024. Se hizo con este galardón con el poemario 'La desnuda raíz de la rosa', que ya está en las librerías, gracias a la edición de la Fundación CajaCanarias que se presentó hace unas semanas.
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-¿Es 'La desnuda raíz de la rosa' el poemario más personal e intimista de los que ha publicado hasta el momento?
-No sabría decirlo, este libro intenta encontrar el nervio introspectivo, aproximarse a la belleza experimentada, a la íntima imaginación a través de la lluvia, el bosque, las rosas, las musarañas, la pintura de un niño antiguo, la caja con la cara de Rimbaud, la gitana Petunia o los campos de fresas de Los Beatles.
- ¿Qué le motivó su escritura? ¿Cuál fue el punto de partida?
-La poeta peruana Blanca Varela concluyó su poema 'A rose is a rose' con los versos: infesta la poesía/ con su arcaico perfume. La rosa es un elemento transversal, universal en la literatura y un pretexto recurrente para seguir profundizando en la imperfección. En mis primeras y actuales lecturas de poemas siempre descubro nuevas rosas: desde 'La oración de las rosas' de Lorca, 'La rosa niña' de Rubén Darío, 'Nadie conoce esta pequeña rosa' de Emily Dickinson, 'Oda a la rosa' de Pablo Neruda o 'Un rumano que vende rosas' de Pedro Flores. Esta flor de otro satélite me sirvió para exaltar la necesaria existencia del poeta, la poesía en sí misma.
-¿Comparte la idea de que flota en este poemario un fuerte aroma nostálgico y cierto desencanto? ¿Es un reflejo del mundo que nos rodea en la actualidad?
-Es probable, es poco más que eso, unas palabras de agua rabiosa y confundida.
-¿Estética y lingüísticamente considera que sigue la línea de sus libros anteriores o lo entiende como un punto de ruptura y la puerta hacia un nuevo camino?
-Decía la mítica cineasta Agnès Varda que creía en que las vocaciones se aprenden. Cuando arriesgamos con el lenguaje e investigamos en otras direcciones aprendemos más.
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-¿Qué le motivó a eliminar los signos de puntuación en los poemas?
-No es la primera vez que lo hago, también los eliminé en 'Departamento en Quito', 'Padresueño' o 'Marabulla'. Me llamó poderosamente la atención que, entre otros, Juan Gelman o Idea Vilariño los administraran a su voluntad. Comprendí mejor las posibilidades salvajes de la poesía, la capacidad de su irreverencia, de no estar sujeta a ninguna norma de forma o contenido, de convertirse en pura ficción.
-¿Cómo valora la concesión del Premio de Poesía Pedro García Cabrera?
-Supone una alegría enorme, tener esta cuidada edición del poemario y un acicate para continuar escribiendo, siempre apegada al lema del dramaturgo Samuel Beckett: «Fracasa otra vez, fracasa mejor».
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-¿Considera que las islas atraviesan un buen momento de creación poética?
-Creo que en Canarias hay talento literario y no sólo en la creación poética; me sorprenden las propuestas de jóvenes promesas como la del ganador del Premio de Relato Corto Isaac de Vega CajaCanarias 2024, Besay Sánchez Monroy.
-Internet ha democratizado la creación literaria, porque todo el mundo puede publicar en internet y, sobre todo, en las redes sociales. ¿Considera que eso es bueno o por el contrario se está vulgarizando y banalizando la creación narrativa y poética porque todo vale y la figura del editor serio ha pasado a un segundo plano?
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-La vulgaridad se ha instalado en todas partes. No busco poesía en redes sociales sólo algún poema que me interese leer en internet y tengo la impresión de que las editoriales crecieron en la pandemia. Me importan la pureza del lenguaje, la creatividad y fantasía en la expresión escrita frente a la perversión semántica, y el significado de palabras como libertad. La visionaria Carson McCullers, en su novela publicada en 1940 'El corazón es un cazador solitario', escribió sobre la Revolución Americana: «Sabían lo que significaba la libertad. Luchaban para que este pudiera ser un país donde todos los hombres fueran libres e iguales. Esto no quería decir que el veinte por ciento de la gente fuera libre de robar al otro ochenta por ciento restante... Han convertido la palabra libertad en una blasfemia. Han logrado que la palabra libertad apeste como una mofeta para todo aquel que sabe».
-¿Nos puede adelantar algo de su próximo poemario?
- Me inspira y fascina el lenguaje visual, el cine y la fotografía. He descubierto por azar una narrativa exótica en ciertas películas, un 'leitmotiv' para un nuevo proyecto.
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