Detienen a Aarón Vargas, presidente del Añaza, por el crimen de Alberto González
La Policía Nacional lo considera uno de los autores intelectuales del homicidio
La Policía Nacional ha detenido en Tenerife a Aarón Vargas, presidente del club Unión Deportiva Añaza, como presunto autor intelectual del crimen de Alberto Manuel González, un vecino de La Laguna de 34 años que apareció muerto tras recibir una brutal paliza. Tras los hechos, los dos supuestos autores materiales de los hechos llevaron el cadáver a una comisaría de la Policía Nacional la madrugada del miércoles.
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El caso, que ha generado fuerte conmoción en el entorno deportivo y vecinal del sur de la isla, se encuentra bajo investigación judicial y ha motivado la activación de dispositivos policiales ante el temor de posibles represalias. La instrucción corre a cargo del Juzgado de Instrucción número 2 de Santa Cruz de Tenerife, cuyas diligencias han sido declaradas secretas. Se ha decidido prorrogar la detención de las dos personas detenidas este miércoles. Se les tomará declaración este sábado, junto con Aarón Vargas.
Los presuntos autores materiales del homicidio, Moisés Baute, luchador de kick boxing con antecedentes penales, y Jonathan Martín, portero de discoteca, se entregaron de forma voluntaria a la Policía durante la madrugada del miércoles, trasladando el cadáver de la víctima en la parte trasera de un vehículo. Ambos quedaron detenidos inmediatamente.
Según fuentes cercanas a la investigación, tanto Baute como Martín tienen vínculos con empresas que ofrecen servicios extrajudiciales de desalojo de viviendas ocupadas, y están relacionados con entornos donde se combinan la presión física y el uso de la intimidación. Se les atribuye un perfil de ejecutores con conocimiento en deportes de contacto y musculación.
La víctima, Alberto González, había sido denunciado como desaparecido por su pareja desde el lunes anterior. Horas antes de su muerte, tenía previsto reunirse con Baute. González contaba con antecedentes penales y había cumplido penas de prisión en Tenerife II, donde inició su afición al entrenamiento físico.
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Los indicios recabados hasta el momento apuntan a que la víctima fue golpeada repetidamente y, posiblemente, inmovilizada antes de morir, lo que ha llevado a los investigadores a considerar que el crimen pudo estar planificado.
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