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Kevin Ortiz, joven satauteño que pide más zonas verdes para Santa Brígida. ARCADIO SUÁREZ
Caravana electoral: Santa Brígida

Veintiséis años con el mamotreto a cuestas

Una obra paralizada desde hace más de dos décadas y que afea el casco urbano del pueblo mantiene a los satauteños y satauteñas en vilo. Reclaman más zonas verdes y menos cimientos. Piden convertir Santa Brígida en un lugar que los jóvenes no quieran dejar para irse a la capital

Samantha Sánchez

Santa Brígida

Domingo, 14 de mayo 2023

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Veintiséis son los años que los satauteños y satauteñas llevan esperando una respuesta. Una respuesta que, muy a su pesar, todavía no llega. Y es que, desde hace más de dos décadas, en el centro del municipio se erigen unos cimientos de hormigón que pretendían convertirse en un centro comercial con un supermercado bajo rasante y unos multicines.

Una obra que nunca debió de existir porque la normativa no permitía dotar de ese uso al suelo y que sin embargo ha paralizado durante años el centro urbano y los presupuestos del municipio más rico de Canarias. Y es así como Santa Brígida lleva nada más y nada menos que veintiséis años con el mamotreto a cuestas.

La obra, postrada en el lugar que antes ocupaba el antiguo campo de fútbol del municipio, se paralizó en 2009 y no fue hasta 2018 que una sentencia devolvió el inmueble al Ayuntamiento. Hecho que, a pesar de ser un avance, resultó no ser suficiente para los vecinos y vecinas del pueblo. «Este problema no es de ahora. Viene dándose desde hace muchos años», declara Ana Montesdeoca, peluquera. «Es triste que haya gente que conozca el municipio solo por la movida del mamotreto», afirma. «Nos va a costar mucho despegarnos de él».

Ana Montesdeoca. ARCADIO SUÁREZ

Una cuestión está clara: termina el mandato y el esqueleto de cimiento resiste en el corazón de la Villa. A pesar de que los últimos cuatro años han servido para desbloquear el aspecto judicial de la obra, adaptándola al Plan General con la demolición de las partes laterales y la parte superior del edificio, así como para incluir la licitación del proyecto en la Plataforma de Contratación del Estado, el pueblo satauteño pide más. Mucho más. «La obra estorba. No la queremos más aquí», indica Víctor Alonso, panadero. «Lo primero que ve la gente al llegar a Santa Brígida es eso», comenta. «Se ve feo».

Aunque todavía no está claro el uso que se le va a dar al mamotreto, la ciudadanía alza de nuevo la voz por una solución. Pide la reactivación de la zona comercial abierta. Pide que el casco de la Villa vuelva a florecer. «Esto nos ha hecho mucho daño. Se mire por donde se mire», indica Pepa Ojeda, vecina de Santa Brígida, haciendo referencia a una obra que parece ser infinita.

«Con el PP en el poder parece que ha avanzado la cosa», añade, haciendo hincapié en que se ha conseguido más en los cuatro años de la última legislatura que en todo el tiempo que estuvo paralizado el edificio. «Pero todavía queda mucho por hacer».

Pepa Ojeda. ARCADIO SUÁREZ

Otros que también deciden alzar la voz son los jóvenes del municipio. Lo hacen para lograr el cambio que de una vez por todas ponga fin a la obra que no permite que Santa Brígida progrese. Piden que se acabe o se tire el supuesto centro comercial que está aún sin acabar. «Todavía no sabemos lo que van a hacer ahí, pero, sea lo que sea, queremos que lo hagan ya», reclama el joven Kevin Ortiz. «Ya es hora».

Podría decirse que ellos y ellas son la generación 'mamotreto'. Y es que conviven con los cimientos desde que nacieron. No conocen una Santa Brígida sin ese inconcluso edificio y a día de hoy siguen sin ver futuro a el gran estigma urbanístico que afea el pueblo. «Que hicieran un parque en el espacio que ocupa la obra sería una buena idea», afirma Ortiz. «Un skatepark».

En general, los satauteños y satauteñas opinan que se puede hacer mucho más por los niños, niñas y personas jóvenes del pueblo. «Antes el municipio era más bonito. Habían más zonas verdes donde los niños y niñas podían pasarse el día jugando. Ahora hay muy pocos espacios para ellos», comenta Eledina Hernández, vecina. «Encima el parque que tenemos está abandonado».

Víctor Alonso. ARCADIO SUÁREZ

Otra cuestión que preocupa a los vecinos y vecinas es el hecho de que Santa Brígida no sea un lugar en el que los jóvenes quieran estar y que en consecuencia recurran a la capital para tener el ocio que no pueden encontrar en el pueblo que les vio nacer. «Aquí no hay muchos sitios a los que puedan ir. Es por eso que se van a la capital», explica Pilar Ramos, panadera. «Hace falta más ocio».

El aparcamiento, otro problema histórico

La falta de aparcamientos sigue siendo otro de los principales problemas que lleva arrastrando el municipio durante años. Algunos y algunas lo consideran una «misión imposible». «Muchas veces he venido al casco con el coche y me he tenido que ir sin hacer lo que tenía que hacer porque no consigo encontrar sitio», manifiesta Pepa Ojeda. «Llega a ser desesperante».

Ojeda también cree que los servicios que presta el Ayuntamiento en materia de urbanismo se podrían mejorar. «Va todo demasiado lento. Cualquier cosa que quieras hacer se eterniza». Esta vecina considera que, en determinadas ocasiones, el trato que ofrece el Consistorio a la ciudadanía no es el adecuado. «Te pierdes mucho en el Ayuntamiento», insiste. «Deberían ofrecer más facilidades para resolverle las dudas a la gente».

Pilar Ramos, panadera del municipio. ARCADIO SUÁREZ

Lo que sí está claro es que ningún problema que presente el municipio puede hacer que los satauteños y satauteñas cambien la imagen que tienen de él. «Se vive muy bien. Es un lugar muy tranquilo», expresa Pilar Ramos. «La gente aquí es muy enrollada. Y eso es algo muy bueno», asevera Pepa Ojeda. «No cambio a Santa Brígida por nada. Mientras pueda, seguiré viviendo aquí», asegura el joven Kevin Ortiz.

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