Colapso ecológico y abandono institucional
El Parque Empresarial de Melenara exige una actuación inmediata en el barranco de Las Bachilleras-Hoya del Pozo
El pasado mes de marzo, una DANA de gran intensidad azotó el municipio de Telde, provocando lluvias torrenciales que activaron violentamente los barrancos de la zona. Entre ellos, el barranco de Las Bachilleras-Hoya del Pozo registró un caudal destructivo que agravó los daños materiales y evidenció el estado crítico de abandono de este sistema hidrográfico. El resultado fue alarmante: en el conjunto de barrancos de Telde cerca de 100 incidencias gestionadas por servicios de emergencia, 20 vehículos arrastrados o dañados, más de 23 inundaciones en viviendas y locales, y la descalzación total de la playa de Hoya del Pozo, quedando inutilizada para el baño.
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A raíz de esta circunstancia, desde Econara, la entidad urbanística de conservación del Parque Empresarial Melenara, han realizado un estudio exhaustivo de sus causas. Este desastre no es un hecho aislado. Telde está surcado por cuencas como las de Aguatona, Silva y Las Bachilleras, que representan casi el 45% de la superficie hidrológica del municipio. Su potencial de riesgo ante lluvias extremas es alto y, sin embargo, la falta de mantenimiento y planificación persiste año tras año. Desde Econara han realizado un recorrido técnico del tramo del barranco que colinda con el barrio de Marpequeña y el Parque Empresarial Melenara. El diagnóstico es contundente: «nos enfrentamos a un escenario de colapso ecológico y abandono institucional crónico».
«La ladera norte del barranco, limítrofe con Marpequeña, presenta un paisaje desolador. La vegetación ha muerto en su totalidad, consecuencia directa de la inoperatividad del sistema de riego abandonado desde hace décadas. Restos de palmeras canarias, dragos y otros ejemplares autóctonos yacen secos, huecos o tronchados. El terreno está cubierto de escombros, basura, muebles abandonados, excrementos humanos y animales, y plagas visibles de ratas, pulgas y chinches».
En este estudio realizado por Econara se destaca que «lo más paradójico es que entre esta escena dantesca sobreviven ejemplares de Gallotia stehlini, el lagarto gigante de Gran Canaria, especie endémica y protegida por la legislación autonómica y europea. Su presencia en este espacio degradado es tanto una señal de resistencia como una llamada urgente a su protección. Este espacio se ha transformado en un foco de insalubridad, contaminación visual y riesgo epidemiológico para los vecinos de Marpequeña. A escasos metros de sus viviendas, el barranco representa hoy una amenaza real a la salud pública y a la seguridad ante nuevos episodios extremos de precipitación, cada vez más frecuentes y violentos debido al cambio climático».
Los estudios sobre salud urbana evidencian la importancia de la vegetación próxima en la regulación del microclima, la calidad del aire y el bienestar mental de la población. En este caso, la situación es la opuesta: un entorno degradado que contribuye al deterioro ambiental y social del entorno residencial.
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«Desde Econara denunciamos que la inacción institucional es insostenible. No se ha realizado ninguna intervención efectiva tras las promesas posteriores a la DANA de marzo. No hemos visto prueba alguna de que se haya dado 'un palo al agua'. Resulta inconcebible que se sigan esgrimiendo argumentos técnicos para excusar la falta de mantenimiento de las laderas del barranco, mientras que los enseres abandonados, desde sofás hasta electrodomésticos, esperan a ser arrastrados al mar, con el consecuente daño a los fondos marinos y la costa. Es mucho más fácil y menos costoso limpiar la ladera del barranco que el fondo del lecho oceánico», sentencian en un documento clarificador del estado actual de esta zona.
Se da la curiosa circunstancia que el margen sur del barranco ha sido gestionado por Econara y ha sido transformado en un corredor verde mediante la plantación y conservación activa de palmeras y vegetación autóctona. «Se ha creado un paseo-mirador que no solo embellece el paisaje, sino que actúa como barrera ecológica y espacio de disfrute para los ciudadanos. Este ejemplo demuestra que la regeneración es posible cuando hay voluntad y colaboración público-privada».
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Econara ha querido con este estudio lanzar una voz de alarma e intentar alertar del deterioro que presenta este lugar, con la intención de buscar soluciones y que las instituciones tomen conciencia. Por todo ello, desde Econara solicitan «al Consejo Insular de Aguas y al Ayuntamiento de Telde que coordinen una actuación inmediata de limpieza del cauce y laderas, regeneración y reactivación del riego en la ladera norte del barranco (Marpequeña)». También solicitan que se elabore un proyecto de restauración ecológica integral del barranco Las Bachilleras-Hoya del Pozo, con participación ciudadana y garantías de protección para la biodiversidad y llaman a los colectivos vecinales, ecologistas y a la sociedad civil en general a sumarse a esta petición «para evitar que el silencio institucional condene este valioso espacio natural a una catástrofe anunciada». El barranco de Las Bachilleras-Hoya del Pozo necesita una actuación urgente.
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