Sardina de Gáldar: alma marinera con la pesca como bandera
Lleno de tradición y patrimonio, este enclave norteño se caracteriza por la braveza de su mar en invierno y la calma en verano. Los tres muelles característicos del lugar han tenido su cometido a lo largo de los años y cada uno cuenta con su propia historia, siendo puntos claves de entrada y salida de barcos
Su paseo marítimo, su mural hecho por Pepe Dámaso -uno de los primeros que hizo el artista en la isla en el año 1961-, su maravillosa playa, sus tres muelles llenos de tradición e historia, su condición de barrio pesquero o su ermita pintada de blanco y azul, los colores que definen cualquier barrio marinero, provocan que Sardina de Gáldar -que no Sardina del norte, pese a que así se le conoce popularmente- sea un lugar imprescindible de paso para cualquiera que quiera conocer los sitios más míticos y emblemáticos de la isla redonda.
Una de las personas que se encarga de mantener viva su historia y tradición es Carlos Delgado, historiador y pregonero de las fiestas del barrio en el año 2024. «Siempre veraneaba y pasaba los fines de semana en Sardina de Gáldar. Este es mi lugar y ahora, pese a que trabajo en Las Palmas de Gran Canaria, me he trasladado a vivir definitivamente aquí», comenta Carlos, mientras camina por el paseo marítimo del lugar y es saludado por la mayoría de los vecinos.
Uno de los elementos que significan ejemplo de patrimonio en el barrio es el mural realizado por Pepe Dámaso que se encuentra en pleno paseo marítimo, titulado 'Velas'. «Fue un proyecto realizado para la familia Molina Padrón. Dámaso quiso representar tres velas de barco acostadas junto a dos pequeños diques. Fue realizado con la técnica trecandís», señala Carlos. El mural fue restaurado en el año 2024 a petición del propio Pepe Dámaso.
Fuerte conexión marítima
Los tres muelles característicos de Sardina del Norte han tenido labores diferentes a lo largo de los años. Una de las particularidades de este lugar era la conexión directa que tenía con Tenerife, convirtiéndolo en punto estratégico para los diferentes intercambios marítimos.
Su importancia en el tránsito comercial hizo que en 1863 el ingeniero Juan de León y Castillo realizase el diseño de un muelle para el lugar, el cual se denominó 'muelle del Estado'. Las fuertes sacudidas del mar y los retrasos en las obras llevaron a varias empresas exportadoras de la zona a construir un muelle propio, que denominaron 'muelle frutero de Fyffes'. Finalmente, el último de los muelles se construyó en la década de los años noventa del siglo XX y recibió el nombre de 'muelle de la Ñoña', debido a que enfrente vivía una mujer a la que llamaban así.
Sardina de Gáldar siempre ha sido un lugar donde el sector primario ha constituido la principal fuente de ingresos de muchos de sus habitantes, sobre todo la actividad pesquera, como bien indica el nombre de este lugar.
Pepa Moreno y Juan Martín son un matrimonio que vive desde hace más de 40 años en el barrio marítimo. «Mi vida aquí en Sardina ha sido muy feliz. Mi marido y yo llegamos hace 40 años aquí. Yo trabajaba cogiendo y plantando pepinos, en tomateros y en plataneras», señala Pepa.
Su marido Juan también se dedicaba a la agricultura, pero sin dejar de lado sus dos aficiones: la pesca y hacer maquetas de barcos de madera. En la ermita de San Telmo hay dos colgados: uno en honor a Nuestra Señora del Carmen y otro como homenaje a San Telmo, los dos patrones del pago de Gáldar. «El de Nuestra Señora del Carmen lo hice desde cero yo y el de San Telmo lo restauré porque ya estaba deteriorado», cuenta Juan Martín. El templo sagrado cuenta con numerosos elementos, como barcos o timones, además de su pintura azul y celeste, que hacen que el lugar de culto identifique al barrio.
Una de las personalidades que más reflejan el orgullo pesquero de Sardina de Gáldar es Concha Perdomo, quien cuenta que «mi marido salía a la mar con su barco a pescar. Cuando volvía, yo cogía los pescados, los metía dentro de una cesta y me la ponía en la cabeza para venderlos dando gritos por las calles».
Juan Peña, el marido de Concha, falleció hace 11 años dejando un gran vacío en la sardinera. El Ayuntamiento hace varias décadas, consciente de que la pesca era una de las principales actividades en la zona, construyó decenas de casas dedicadas únicamente a los pescadores. Una de ellas fue recibida por Concha y Juan y en ella reside a día de hoy la mujer.
Más de un mes de fiestas
Los días grandes de Sardina de Gáldar comienzan a principios de septiembre y se extienden hasta el segundo fin de semana de octubre, disfrutando de un mes y medio de fiestas patronales en el barrio norteño. Joel Osorio, presidente de la comisión de fiestas, indica que «tenemos unas fiestas muy completas, con la procesión marítima donde se embarcan a los dos patronos como día grande de nuestras fiestas. Esa procesión siempre la celebramos el último fin de semana de septiembre».
Los sardineros también tienen su propia bajada de la rama, romería ofrenda, fuegos artificiales o el festival 'Sardina Viva', entre otros festejos.