¿Sabía que en Mogán el atún se descargaba entre callaos?
El municipio repasa sus vínculos con un oficio que sigue muy presente y con dos cofradías | Una falúa artesanal y cuatro gafas de realidad virtual, dos recursos estrella para una visita inmersiva al Museo de la Pesca
Entre los callaos. Así quedaban los atunes en la orilla. Luego los sacaban de la playa a pie. No había muelles ni nada parecido. Las barcas varaban con parales por donde hoy la gente se baña. De aquellos tiempos de sacrificio quedan testimonios y también imágenes, algunas de las cuales forman parte del contenido informativo del recién inaugurado Museo de la Pesca de Mogán, la última apuesta turística, pero también social y cultural de este pueblo, que no quiere renunciar a sus sólidos vínculos marineros. No en vano, hoy Mogán cuenta con dos de las cofradías más importantes de Canarias, la de Arguineguín (1981) y la de Playa de Mogán (1982).
Paneles en dos idiomas, español e inglés, ampliables mediante códigos QR, utensilios reales cedidos por los marinos, recursos audiovisuales y una pintoresca falúa artesanal, 'Mari Rita', logran que en apenas 70 metros cuadrados el visitante se haga una composición de lugar no solo de la importancia de la pesca en Mogán, sino de su evolución a lo largo de la historia, desde la etapa prehispánica a la actual. Está en Playa de Mogán, en medio del parque recreativo de Las Gañanías, abierto, por ahora, solo a grupos, gratuito y con reserva previa.
En este repaso, como explica el edil local del área, Víctor Gutiérrez, se ha buscado un enfoque integral en el que se incluyen aspectos medioambientales, sociales, económicos, gastronómicos y culturales vinculados a la pesca, de ahí que, por ejemplo, se dedique un apartado especial al atún, el producto estrella que da el mar moganero, se faciliten cuatro recetas con este tipo de pescado propuestas por cuatro prestigiosos chefs, se glose la tradicional devoción a la Virgen del Carmen o se recuerde el papel decisivo de la mujer.
La muestra, muy visual y muy didáctica, se ve complementada por el principal atractivo tecnológico de este museo, cuatro gafas de realidad virtual en las que el usuario podrá experimentar de cerca con cuatro de las modalidades de pesca que se han practicado en Mogán, la del bonito, la de la sardina y el longorón, la del palangre y la nasa. De esas artes se muestran algunos de sus utensilios 'in situ' y otros tan artesanales como las cañas de bamba que cedieron Manuel Silva y Juan Manuel Batista, o una curiosa nasa para coger gambas. A la pesca de albacoras, pero, sobre todo, a la pesca con nasas, se dedicaron los dueños de la falúa que preside el museo, que primero fue de José Socorro, que se la compró a Lloret y Linares, y luego la heredaron sus hijos Santiago, José Manuel y Juan.
Tampoco falta el guiño más lúdico e instagrameable de un photocall para el que, como no podía ser menos, se recurre a un imponente ejemplar de atún de 303 centímetros y 530 kilos con el que los visitantes podrán jugar a medirse y, por qué no, compararse.
Esta proyecto exigió una inversión de 77.101 euros, de los que 62.750 fueron financiados con fondos Next Generation EU del Plan Local de Sostenibilidad Turística en Destinos, y los 14.350 restantes, de una subvención del Ministerio de Turismo, también procedente de fondos Next Generation EU.
La apuesta ahora de Gutiérrez pasa por que a partir de septiembre pueda al menos abrir tres veces en semana. Están en ello.