«El queso que se mima sabe mucho mejor»
Mundo rural ·
En un momento en el que el sector primario sigue sumido en una profunda crisis, Lucía Torres comparte su amor por el arte de hacer buenos quesosUna agradable ruta por la imponente carretera de Los Corralillos es lo que separa la Era del Cardón del resto del mundo. En medio del desierto paraje del territorio agüimense, se encuentra una acogedora finca custodiada por más de 850 cabras, donde sucede, desde hace un tiempo, un tipo de magia muy particular: la de hacer quesos. Buenos quesos.
De este tema Canarias sabe mucho. Y es que el archipiélago es la región donde más queso se consume de toda España, con una ingesta media de 11,30 kilos por persona al año frente a los 7,8 kilos de media nacional. Algo que no sería posible sin lugares como la Era del Cardón y, sobre todo, sin el trabajo diario de personas como Lucía Torres, ganadera y quesera de profesión. Y de corazón.
Como bien dice el dicho que resume la historia de la ganadera: «uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida». Porque, a pesar de crecer rodeada de vacas y pudiendo haber heredado el oficio de su padre, Lucía Torres decidió apartarse por un tiempo del mundo que la había acompañado desde pequeña, para formarse y buscarse un hueco en el ámbito empresarial.
Con cierto entusiasmo, recuerda el episodio que lo cambió todo: el día que tomó la decisión de volver a dedicarse a lo que realmente le hacía feliz. «Hace más de diez años volví a elegir la ganadería como sustento de vida. Me tiré a la piscina y ahora no cambio esto por nada del mundo», afirma. «Es lo que me motiva a levantarme todos los días».
A pesar de que la tradición sigue imponiéndose en gran medida en las queserías, ahora muchas de ellas suman un arma infalible: la formación de sus dueños y dueñas. Es el caso de Torres, que añadió sus conocimientos en Empresariales a la experiencia ganadera de su marido. Y creó una mezcla poderosa.
Además de la ganadería, Torres tiene otros tres motores de vida: sus hijos, Carmen, de diez años, Mateo, de siete, y Laura, de cinco. «Ellos también disfrutan mucho de este estilo de vida. Están deseando que llegue el fin de semana para que los despierte temprano y me los lleve a ordeñar conmigo», comenta. «Se llevan muy bien con las cabras. Dicen que una de ellas es su mascota oficial».
«Las mujeres siempre hemos estado presentes en el mundo rural, lo que pasa es que estábamos en un segundo plano»
La ganadera se asegura de transmitirles su amor por la profesión cada día, con la libertad de que, en algún momento, ellos decidan quiénes quieren ser. «Nadie les va a obligar a dedicarse a esto. Porque los amores a la fuerza no prosperan. Tiene que ser una decisión de ellos, como también lo fue para mí», relata. «Siempre van a tener un lugar al que volver. Esta siempre será su casa».
Y esa casa es la quesería Era del Cardón, ubicada en Lomo Padilla, en el municipio de Agüimes. El lugar en el que Lucía Torres y su marido, Luis Martel, se ocupan de mantener vivo el legado familiar que recogieron en el año 2003. Dos décadas después, continúan con la cuidada elaboración de quesos tiernos, semicurados y curados. Todos ellos producidos cien por cien con leche cruda de cabra majorera.
«El queso que se mima sabe mucho mejor», asevera Torres, que se siente orgullosa de los productos que elabora y del equipo con el que trabaja. Un equipo formado por cinco personas: ella, su marido, los pastores, Antonio Guedes y Daniel Déniz, y la quesera, Bárbara Suárez. «Somos como una familia».
Un queso muy premiado
Sus quesos se pueden degustar y comprar en la propia quesería, pero también pueden encontrarse en comercios de la zona. «Que los clientes y clientas te digan lo mucho que les gusta tu queso es algo que no tiene precio», manifiesta. «Porque es un oficio muy sacrificado».
Un sacrificio que, sin duda, se ve recompensado, entre otras cosas, por los premios que recibe la Era del Cardón todos los años. En 2022 se llevó el de mejor queso curado de Gran Canaria en la cata insular del Cabildo, el segundo premio en semicurado en el mismo concurso y la medalla de oro en la cata de Agrocanarias, también en semicurado.
Además, en los World Cheese, obtuvo la medalla de bronce en 2019 y la de plata en 2021. «Siempre quiero ir a por más», sujeta la ganadera, que asegura que mantiene una ilusión permanente por aprender y mejorar en su negocio.
Para Lucía Torres, el día comienza cuando el resto del mundo todavía duerme. Se levanta a las tres de la mañana para comenzar a ordeñar a sus 850 cabras, de las que obtiene unos 700 litros de leche al día para elaborar sus quesos. Esa leche pasa al tanque de frío y de allí a la cuba de cuajar. Una vez cuajada, se lleva a la batea de desuerado para luego ser colocada en la cámara, donde comienza la maduración.
Sobre las siete de la mañana hace un primer descanso para preparar y llevar a sus hijos al colegio. Luego regresa a la finca y continúa con la faena. Al mediodía para por segunda vez para recoger a sus niños. Y así es como la ganadera consigue todos los días conciliar la vida familiar con la profesional.
La elaboración de queso ha sido, desde siempre, un oficio de mujeres. Y eso Torres lo sabe muy bien. «Las mujeres nunca hemos dejado de estar presentes en el mundo rural, lo que pasa es que estábamos en un segundo plano. Pero ahora no hay quien nos pare».