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Artenara, con sus paisajes, su clima y su belleza se ha convertido en uno de los destinos favoritos por turistas y canarios. El olor a pan al entrar a este pequeño pueblo y sus fiestas de La Cuevita, lo convierte en un paraje inigualable en la isla.
El pueblo más pequeño de Gran Canaria, el más alto y el que más cuevas alberga en su territorio. Artenara es un tesoro pero, ¿cómo se encuentra el municipio a pocos días de las elecciones?, ¿qué le piden los vecinos al futuro alcalde?, ¿cómo es el día a día en uno de los pueblos más pequeños del archipiélago?
El olor a pan, ya mencionado pero tan característico de la zona, delata la tienda María Luisa Gil, Autoservicios Tamadaba. Es vecina de Artenara y aunque asegura que «se vive bien» reconoce que echa en falta «muchas cosas», aunque es consciente de la lejanía del pueblo, «hay que saber que estamos muy lejos de todo pero creo que se deberían hacer más cosas por el pueblo, tenemos unas vistas maravillosas, con unos caminos reales con mucho encanto que se deberían fomentar para atraer turismo».
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Maria Luisa considera que la localidad está «parada». «Todos los años pasa lo mismo, estos meses son de calma y en verano aumentan los visitantes. Por eso deberían hacer cosas para que la gente venga con más frecuencia».
Saúl Medina también quiso aportar su opinión. Tiene 26 años y es propietario del bar La Majada y asegura que «en Artenara se vive muy bien porque no existen los agobios típicos de la ciudad».
Saúl reconoce que ve al pueblo «demacrado». «Respecto a las infraestructuras, vallado o aceras está dejado. Le harían falta muchas mejoras en ese aspecto porque vivimos de que esté bonito para el turismo». Por ello, este joven le pide al futuro regidor que «invierta más por las vistas y el paisaje que son importantes para el municipio».
En 2019, Artenara fue asolada por un incendio que quemó más de 1.500 hectáreas, pero cuatro años después, Saúl afirma que «ya todo volvió a la normalidad. Ahora mismo parece que no hubo ni incendio».
Como propietario de uno de los bares de la localidad, está al tanto de las campañas electores de los partidos que se presentan porque «me interesa saber qué proyectos se van a desarrollar en el pueblo y cómo».
El presidente de la Asociación de Empresarios de Artenara, Miqueas Sánchez, quien se encontraba desayunando en el bar de Saúl, quiso aportar su granito de arena. Miqueas comparte opinión con sus vecinos en que en su pueblo se vive «bienísimo» porque según señala, «estamos todo el año respirando más limpio que nadie y la calidad de vida es indiscutiblemente mejor que la de la gente que vive en la costa o en las zonas más urbanas».
El presidente de la asociación explica que «Artenara tiene un problema gravísimo, que es el despoblamiento. Esto le afecta a muchos establecimientos y al servicio normal del pueblo porque si ya es difícil avanzar, con un problema como éste, peor es. Diría que es la tarea más importante y aguda a la que tiene que atender el próximo alcalde».
Miqueas Sánchez
Presidente de la Asociación de Empresarios de Artenara
Este vecino cree necesario que para que aumente la población, primero «deben hacer más accesible la vivienda». «Hay muchas viviendas cerradas, que no se están usando por el motivo que sea. Si a eso le sumas que Artenara tiene poca capacidad de crecimiento de obra, cada vivienda aquí tiene un valor real y social muy alto». A este razonamiento, Miqueas añade que «si no se pude construir mucho más y lo que está construido se usa mayormente sábados, domingo y un par de semanas al año, es imposible frenar la despoblación» afirma.
Miqueas mejoraría de su pueblo «el uso de los espacios públicos». Según señala, «hay más espacios públicos que actividad que se llegan a generar en ellos» y explica que «la piscina se llena tres meses al año; el pabellón un día a la semana; el campo de fútbol se usa para el entrenamiento del equipo, y el centro cultural se usa una vez cada quince días, y para cualquier cosa porque no hay actividades culturales a menudo». A su vez, expresa que «deben ser más exhaustivos en el mantenimiento y la mejora de las infraestructuras».
Miqueas solo le pide una cosa al futuro regidor: «que escuche». El vecino aprovecha para dirigirse a los candidatos y comentar que «ya que no somos mucho, por favor, escuchen a la gente. Yo creo que les ayudará a simplificar las gestiones y a ser más eficientes en las decisiones que se toman».
A nivel de negocio, Miqueas comenta que «agosto es nuestro mes, es el mes que más se factura, el que más trabajamos y el que nos ayuda a seguir en pie el resto del año». El mes de agosto es el más «importante» para los artenarenses porque coincide con las fiestas de La Cuevita. Estas fiestas son de gran relevancia en la isla pero justo con la pandemia y tras el incendio de 2019, se retiraron los fuegos artificiales, que eran «un foco de atracción». «Ya solo con eso se ha notado una bajada en la afluencia del público y no podemos perder la riqueza que nos dan estas fiestas, porque sino, lo perdemos todo», señala.
«La falta de ocio y de recursos para dinamizar la actividad aquí es uno de los grandes problemas de Artenara, pero el despoblamiento , sin duda, es el que está desangrando», concluye.
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Ignacio Tylko | Madrid y Álex Sánchez
Borja Crespo, Leticia Aróstegui y Sara I. Belled
José A. González
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