La noche de Halloween se expande por Gran Canaria

La celebración de la noche de Halloween gana adeptos año tras año en el archipiélago canario. Si hace unos años las calabazas decorativas y los accesorios alusivos asomaban de forma tímida en los comercios, ahora inundan las tiendas y las calles, expandiéndose barrio a barrio la influencia de esta celebración que convive con el humo de los puestos de castañas asadas y la celebración más tradicional de la noche de los Finados o 'Finaos'.

Sin embargo y pese a los esfuerzos de promover y difundir las tradiciones y costumbres culturales del archipiélago, el «truco o trato» va ganando terreno años tras año a las castañas asadas. Principalmente porque Halloween en el mundo anglosajón es una fiesta para los niños, un evento divertido para estar en la calle, disfrazarse y pasar casa por casa para recibir chuches. El reverso divertido y con un punto naif de la noche de los Finados que recuerda los usos y costumbres de la sociedad canaria de antaño en torno a la muerte.

Las calles de las islas se llenaron este jueves de disfraces de brujas, esqueletos y científicos locos, que se mezclaban con un aluvión de máscaras y diademas de flores del atuendo típico del Día de Muertos mexicano, que va ganando su espacio año tras año en esta celebración.

Al caer la noche, grupos de niños y padres recorrieron los barrios casa a casa para gritar el 'truco o trato' y recibir a cambio sus golosinas. Las fachadas y los interiores de las casas ofrecían igualmente un espectáculo digno de ver. Cada vez más vecinos se unen a la celebración y hay auténticas casas del terror de particulares que son abiertas al público para ser visitadas y generan enormes colas para disfrutar de este espíritu anglosajón cada vez más instalado en estas tierras.

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