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A la vieja Ciudad Alta no le gusta la nueva
Las Palmas de Gran Canaria

A la vieja Ciudad Alta no le gusta la nueva

Las asociaciones de vecinos de Siete Palmas, Barrio Atlántico y Reina Mercedes preparan alegaciones contra la modificación del planeamiento que lleva torres de 16 a 20 alturas y denuncian la falta de infraestructuras

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 16 de abril 2025

Son una ciudad dentro de la ciudad. Pero aseguran que tienen infraestructuras de barrio. Algo más de 100.000 personas viven ya en el distrito de Ciudad Alta y, con la nueva modificación del Plan General de Ordenación que tramita el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, se prevé que en los próximos años se incorporen unos 53.700 nuevos habitantes. Con ellos, este distrito tendrá más población que 85 de los 88 municipios canarios: solo se vería superado por las dos capitales y San Cristóbal de La Laguna.

El crecimiento en altura que proyecta el planeamiento da vértigo en esta parte de la ciudad, donde temen que las infraestructuras no aguanten la nueva arribada de vecinos. «Todos los edificios que se van a hacer entre Los Tarahales y Siete Palmas tendrán alturas entre 15 y 20 plantas», advierte el presidente de la asociación de vecinos La Ballena-Barrio Atlántico, Miguel Pérez, «todos los servicios que tenemos están desbordados, desde los centros de salud hasta los colegios o los aparcamientos, no hay una cosa que digas que está funcionando bien».

En Reina Mercedes, el temor se acrecienta, con promesas de renovación de la infraestructura viaria ahogadas por el paso del tiempo. Juan Guerra, el portavoz vecinal, guarda una memoria empapada de riadas. «¿Te imaginas todas esas viviendas nuevas vertiendo las pluviales, a Hoya del Enamorado, que es la que baja a Reina Mercedes?», se pregunta el representante vecinal, «ya llevamos quince inundaciones en la urbanización y si siguen cargando la red, ya no se nos van a colapsar los garajes, esto va a llegar a la azotea».

Problemas de tráfico

Los problemas de tráfico que puede suponer el nuevo incremento poblacional y el aumento del parque móvil que se acompañará turban la movilidad de Siete Palmas. El presidente de la asociación de vecinos, David Rodríguez, lamenta que la modificación del Plan General de Ordenación no contemple una vía de circunvalación al barrio para dar alternativas de salida a un barrio que se ahoga casi a diario en horas punta y todavía más cuando hay eventos deportivos o artísticos especiales. También echan de menos una conexión directa desde Los Tarahales a la actual autovía GC-3.

«Es vital que Lomo San Lázaro tenga una salida hacia La Paterna y Escaleritas porque si metes en esta zona 1.500 viviendas más, esto va a ser un escándalo», advierte el representante vecinal. «Cuando hay un accidente en la GC-3 con el cambio de rasante, que son muchos, se forman unas peloteras enormes», añadió Rodríguez, «imagina que durante un partido del Mundial de Fútbol la gente no pueda llegar al estadio porque hay un accidente». En su opinión, el planeamiento propuesto por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria adolece de una carencia de alternativas viales que den salida al tráfico.

«Lo de los coches nos preocupa mucho porque la cantidad de vehículos que vendrá será muy grande», ratificó el presidente de la asociación de vecinos Barrio Atlántico, quien entiende que la capacidad de absorción del territorio ha llegado a su límite.

Los tres colectivos vecinales van a convocar asambleas para exponerles su visión sobre el cambio de planeamiento y preparar alegaciones contra la modificación del planeamiento en Nueva Ciudad Alta, una propuesta que, según el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, afecta a una superficie de unas 256 hectáreas que tratan de culminar el proceso urbanizador de Ciudad Alta, con más viviendas, zonas verdes y espacios libres. De acuerdo a la información que ofrece el expediente oficial, el distrito de Ciudad Alta aumentará su población en una media de 13 habitantes más por hectárea.

Aunque las tres asociaciones de vecinos todavía no han definido el sentido de sus alegaciones, una de las propuestas que rechazan por la presión demográfica, social y sobre las infraestructuras es la del crecimiento en altura.

El plan que está abierto a sugerencias plantea la posibilidad de levantar edificios de hasta 20 plantas, como el de un suelo que ahora es comercial y que está al principio de la avenida Juan Carlos I, frente al Hospital General de Gran Canaria Doctor Negrín, o de bloques de entre 16 y 20 plantas en los barrios de Las Torres y Los Tarahales.

Como norma general, la mayor parte de los solares sin edificar se englobarán en una norma zonal que propone una altura media de 16 pisos.

«Esta estrategia de concentración de la edificabilidad en altura permite liberar suelo lo que facilita la expansión del espacio público y ámbitos ajardinados de esparcimiento de la población», detalla el documento impulsado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

La apuesta municipal ya ha tenido su expresión en otras zonas de la ciudad, como Guanarteme, bajo el concepto de actuaciones de dotación. En los solares que se incluían dentro de esta determinación se permite el crecimiento en altura a cambio de la liberación de suelo en superficie.

Sin embargo, la materialización de esta idea es más que deficiente para los representantes vecinales de Ciudad Alta. «Tenemos un caso práctico muy claro, el del edificio que está en la calle Fernando Guanarteme, donde estaba la fábrica de Haricana», detalla el presidente de la asociación de vecinos Siete Palmas, «ahí, para permitirle crecer en altura, les dijeron que tenía que haber espacio libre, pero ese espacio libre es, en realidad, cemento alrededor del bloque de viviendas y un parquito detrás».

«Al final van a colmatar todavía más esta zona», expone el presidente del colectivo vecinal del Barrio Atlántico.

Las tres asociaciones de vecinos entienden el problema de vivienda que hay en la sociedad, pero consideran que la solución adoptada de concentrar la construcción de 18.000 pisos en todo el ámbito de Nueva Ciudad Alta va a significar un deterioro de las condiciones de vida de los vecinos actuales. Por eso, plantean al Ayuntamiento la posibilidad de distribuir parte de este crecimiento en otros puntos de la ciudad e, incluso, llevarlo a otros municipios con acuerdos de colaboración.

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