Las Palmas de Gran Canaria

«No nos van a echar de nuestra casa»

La afición del Real Sporting de San José se desplazó como en los días de grandes partidos para arropar a su equipo lejos del Chano Cruz, su casa. Lo hizo para manifestarse en la puerta del Instituto Municipal de Deportes en Las Palmeras Golf, sede del la concejalía de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, con una consigna clara: «No nos van a echar de nuestra casa».

El histórico 'Joselito', fundado en 1913, porta corona y ha representado el barrio como uno de los emblemas del fútbol regional de las islas. En su campo del Chano Cruz, adosado a la Casa Amarilla y a la sombra del Paseo, llevan décadas desarrollando su actividad desde su equipo de Preferente hasta su escuela de benjamines en convivencia con el Unión Peña y el Talleres Canary. Eso se ha visto violentado en los últimos meses con la decisión de Carla Campoamor, concejal de Deportes, de dar horas en un recinto ya saturado a un nuevo equipo, el Miguel León. Lo que ha expulsado del Chano Cruz a los 70 niños de los equipos de la escuela blanquiazul.

La del IMD fue una protesta modesta en asistencia pero armada con el corazón. Minutos antes, los concentrados, con el presidente Jerónimo Suárez al frente, tuvieron que pasar por el trance de ser identificados por la Policía Nacional a pesar de tener la autorización pertinente.

Por allí se dejaron ver concejales de la oposición municipal y el estado de ánimo era de indignación. El Sporting de San José es un club histórico e integrador. Da fe la presencia en la movilización Sten Lennart, un aficionado sueco que reside hace muchos años en el barrio y que, voz en grito, lanzó un cántico de grada en su lengua madre que fue cerrado por el resto de aficionados con la coda de «SAN-JO-SÉ».

Lennart es un habitual del Chano Cruz. Allí acude cada partido y no da crédito a lo que ve estos días. El campo ha sido parcelado para el uso de los distintos equipos que lo utilizan y señala una imagen de la noche del pasado lunes, cuando las cuadriculas dedicadas al Sporting estaban rebosantes de jugadores y técnicos mientras que el otro extremo del campo, el dedicado al nuevo equipo, estaba casi vacío.

Eso es lo que pretende trasladar Jerónimo Suárez durante su intervención. «Esto es muy injusto, estamos hacinados. Lo que está haciendo esta corporación es muy injusto con un club que lleva muchos años desarrollando una labor social que genera beneficios para el barrio», dice.

En el Sporting de San José hay ánimo de lucha pese a que creen que al otro lado hay un muro. Aseguran que no hay respuestas a sus consultas y pone claramente en el foco a la concejala de Deportes de la ciudad. «En los últimos años hemos crecido en captación sin forzar a nadie a estar en el equipo, creciendo de una forma natural. Por eso no entendemos que venga la concejala Campoamor a echarnos de nuestro campo. El Chano Cruz es nuestra casa», indica Suárez.

Mientras la movilización se sucede Lennart repite su cántico, según cuenta con más de 90 años de antigüedad y procedente del oeste de su país. Este grito que ayer sonaba desesperado en las proximidades de la carretera de Chile se escuchará al finales de noviembre en San Mamés. «Allí jugará en la Europa League contra el Athletic el Elfsborg, el equipo de mi pueblo. E iré», asegura asegurando que la pelea del Sporting irá con él en el corazón.

La comitiva sportinguista tiene clara sus razones y no entiende qué sucede. Desde el popular barrio de Las Palmas de Gran Canaria siempre han sentido el respeto de la ciudad, que en ocasiones ha prestado gran atención, por ejemplo, a sus grandes duelos con la UD San Antonio.

Justicia. Ese es el ruego que tienen. «Demandamos un trato más justo, menos discriminatorio. Que no echen a un equipo de barrio de su propio barrio, especialmente que no maltraten a nuestros niños sin que el Ayuntamiento nos explique la razón por la que se produce esta situación», añade Suárez, un presidente que incide en la idea de que «no entendemos cómo se puede perjudicar a los 300 niños que están entrenando en esa instalación con el Sporting de San José de esta forma más injusta».

La llegada del Miguel León al Chano Cruz delimita de nuevas formas el uso del Chano Cruz, no solo ha desalojado del recinto a los equipos de fútbol 8. Además ha tenido incidencia, por ejemplo, en el tiempo de entrenamiento del que disponen los usuarios actuales de la instalación. En ese aspecto, como ejemplo, se marca que el entrenamiento de los regionales pasa de 90 a 75 minutos, en detrimento de lo habitual en otros equipos de la categoría.

Un histórico se siente agraviado. La longeva agrupación futbolística, cuya sede en Vegueta es lugar de encuentro emblemático, asegura que no cesará su pelea hasta ser escuchados por un Ayuntamiento que, aseguran, les ha dado la espalda.

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