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El barrio marinero de San Cristóbal mide el tiempo por las mareas. La humedad y el salitre graban surcos en la memoria del vecindario: las olas del Pino de agosto, las mareas vivas de abril... Pero también disponen de unas clepsidras especiales que les ayudan a mesurar los días. Son las obras inacabadas, que permanecen como una herida abierta por la que supura el malestar vecinal cada vez que tachan un día de inactividad en el almanaque. Los residentes de esta zona de Las Palmas de Gran Canaria denuncian la acumulación de proyectos inacabados en estas calles que conducen al mar.
«Está todo patas arriba», se queja el presidente de la asociación de vecinos Nuestra Señora de Buen Viaje, Juan Jesús Santana Peña. Es una forma gráfica de describir el estado del barrio.
En estos momentos, hay dos obras adjudicadas por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria que se encuentran paradas: una es la rehabilitación del muro de contención y del paseo marítimo de San Cristóbal; y la otra, la reforma de la plaza Santiago Tejera, con la dotación de un parque infantil.
Las dos tenían que estar ya acabadas, puesto que la duración prevista de los trabajos era de cuatro meses cada una. Así, la plaza tenía que estar en uso desde octubre de 2023; y la renovación del paseo debía haber acabado en torno al mes de abril del presente año.
«Y encima ofertan nuevos proyectos, sin finalizar antes los que están en marcha», argumenta el representante vecinal en relación a propuestas como la reforma del edificio Cachalote o la peatonalización de la calle Estribor. «Es como si nos estuviesen invitando a una especie de competición de obras inacabadas», expuso.
La asociación vecinal reclamó al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, el 25 de septiembre pasado, que resolviera el contrato de la obra de la plaza, que fue adjudicado por 968.680 euros. «La obra lleva, nada más y nada menos, que nueve meses paralizada», expuso su presidente, «como vecinos, hemos podido observar cómo el sol, la lluvia y el viento la visitan más que los propios operarios».
Este colectivo lleva, desde el principio, quejándose de la configuración de la plaza porque les roba aparcamientos. «Nunca quisimos la plaza», recoge el escrito vecinal, «pedimos aparcamientos, recibimos un descampado en pausa».
Dos días más tarde, el jefe del servicio de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Héctor Romero, les respondía que el motivo de la suspensión de la obra fue la aparición de «vertidos y residuos no previstos que implican la tramitación y modificación del proyecto». Por ese motivo, se está tramitando un modificado de obra.
El proyecto fue adjudicado a la Compañía General de Construcción Abaldo, a la que el Ayuntamiento retiró el contrato de la obra de acondicionamiento de Fernando Guanarteme por incumplimiento de los plazos.
En cuanto a la segunda obra, la de la reforma del paseo marítimo de San Cristóbal, los vecinos han denunciado que no se ven a los obreros y que desde hace una semana está todo parado, con escombros y material apilado en la zona.
Este proyecto fue adjudicado a Eneas Servicios Integrales por un importe de 452.822,83 euros con los que reparar los daños ocasionados por el mar y la renovación de farolas y arquetas.
Aunque debía haber acabado en abril, el Ayuntamiento le ha concedido ya tres prórrogas. La primera fue en mayo y fijaba la fecha de finalización el 31 de julio; la segunda fue otorgada el 25 de julio porque «tras el temporal acontecido entre los días 9 y 11 de abril, la empresa constructora ha tenido que sincronizar los trabajos con servicios de mantenimiento de servicios ajenos a la obra»; esa segunda prórroga permitía extender la obra hasta el 30 de septiembre, pero el 24 de ese mes, el concejal de Desarrollo Urbano, Mauricio Roque, volvió a aprobar otra prórroga, hasta el 30 de diciembre, «debido a que los trabajos en la zona del muro y cercanías se deben coordinar con las mareas, ya que éstas impiden el poder ejecutar con seguridad los distintos tajos y estropean los acabados, lo que limita las jornadas efectivas de trabajo y disminuye el rendimiento, además de que en algunos casos ha llegado a romper o retirar trabajo ya ejecutado».
Este periódico contactó con el Ayuntamiento y la empresa para conocer la causa de que la obra esté parada, con independencia de las prórrogas, pero no obtuvo respuesta.
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José A. González
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
Clara Alba y Edurne Martínez | Madrid
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