Las Palmas de Gran Canaria
El Risco no quiere que lo estrangulenSan Nicolás se moviliza frente a la construcción de 56 viviendas de alquiler asequible junto al Hospital Juan Carlos I por la falta de servicios básicos para la ciudadanía en una zona donde muere por abandono su patrimonio histórico
El Risco de San Nicolás se moviliza ante la llegada de nuevos vecinos al barrio. No es que quieran que el lugar sea una zona de exclusión, es que denuncian que los servicios básicos para sus actuales residentes son insuficientes y que la construcción de 56 viviendas de alquiler asequible junto al Hospital Juan Carlos I va a terminar de estrangular una zona de incalculable patrimonio histórico.
Eso denunciaron este sábado en una movilización ciudadana singular, que fue más allá de la clásica protesta y que bajo el título de 'Riscopaseo' recorrió los espacios históricos del barrio poniendo el acento en el lamentable abandono que sufren. Allí está el Castillo de San Francisco, con un proyecto de renovación que muere en un cajón mientras sus viejas paredes se derrumban. También está el mirador de la Punta del Diamante, donde reposan los restos de la primera muralla de la ciudad, ya sin vallas de protección y cubierto de basura.
Pero sobre todo está la imagen de la decadencia y el abandono institucional. La suciedad que gobierna el entorno y el decrépito estado de los jardines municipales que se encuentran dentro del complejo hospitalario.
Tana Suárez Ruano, de Amirisco, lideró el recorrido. Anotó para los presentes algunos de los aspectos clave de la situación por la que atraviesan y expuso la realidad que denuncian. «Estamos en una zona con unos valores patrimoniales vinculados al sistema defensivo de la ciudad, algunos con más de 400 años de historia. Por eso no entendemos que en el ámbito de dos barrios vulnerables como San Francisco o el Risco de San Nicolás se pretenda hacer una urbanización en el único suelo libre que queda entre estas piezas», respondió a preguntas de este periódico.
Este es un asunto que preocupa al barrio desde 2009 y que se ve ahora cerca de ejecución tras la compra de los terrenos el pasado año por el Ministerio de Agenda Urbana para la construcción de esas viviendas. En un manifiesto repartido durante la concentración los vecinos de San Nicolás y San Francisco expresan que «la construcción de estas viviendas no beneficia a ninguno de los dos barrios. Ambos sufren abandono institucional, problemas sociales y económicos, y carecen de servicios públicos adecuados. Aumentar la población, el tráfico y los vehículos en una zona sin infraestructuras ni aparcamientos es un despropósito. Si además se considera el potencial turístico del Mirador de Punta del Diamante y el Castillo de San Francisco, la presión sobre el espacio urbano sería aún mayor, agravando la situación para residentes y visitantes», exponen.
El apoyo de otros barrios
Durante el encuentro se vieron arropados por referentes vecinales de otros barrios como San Juan o Barrio Atlántico. Que compartieron sus reivindicaciones y añadieron al relato de la jornada las que viven en sus propias calles. Sin ir más lejos, San Juan y San Francisco forman parte del mismo proyecto con la recuperación de la Batería y el Castillo.
Todo eso es todavía un papel sin cuerpo. Como lo son los cuatro bloques que se proyectan junto al antiguo Hospital Militar, hoy unidad anexa al Doctor Negrín. Pero justo a eso es lo que quieren anticiparse los vecinos de San Nicolás, a los que se les dijo, además, durante el mandato de Jerónimo Saavedra como alcalde (2007-2011) que esa reserva de suelo tenía como destino el realojar vecinos del barrio que residen en infraviviendas.
Una vecina pidió la palabra durante el paseo para exclamar que «como se ha visto en los carteles de las Fiestas Fundacionales los riscos de la ciudad son lugares singulares de Las Palmas de Gran Canaria. Pero la realidad es que luego no les interesan y los tienen abandonados. Y esta promoción de viviendas no tiene sentido, porque ni respeta la tipología tradicional del barrio ni está acompañada de accesos y servicios acorde para meter aquí 56 familias más».
Ese aspecto fue compartido por la mayoría de los participantes en la ruta. Y por supuesto también por Tana Suárez. «El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria yerra en la elección del lugar, habiendo muchos solares vacías e infraviviendas que en otras zonas del barrio se puede llevar a cabo como dejamos plasmado en el Plan Especial de San Nicolás. Tanto para la derivación de vecinos como unas nuevas promociones que podrían encajar en la estructura urbana del barrio», apunta.
Los vecinos demandan para ese terreno ahora muerto otro tipa de infraestructuras. Zonas verdes, que no cuentan con ninguna, o espacios para la interacción entre ellos. «Incumplimos entre otras necesidades esos aspectos. Falta mucho espacio público por lo que no tiene sentido colmatar el barrio así», dice.
Mientras ponen el foco en estas necesidades otros problemas se hacen eternos. Como la ausencia hace ocho años de la guagua en la calle Sierra Nevada o el mantenimiento más elemental de los servicios viarios.