Quevedo y el reto de devolver el «brillo» al carnaval
El creador de La Isleta, con un brillante palmarés carnavalero, pretende una fiesta en la que la ciudadanía recupere la pasión por disfrazarse
Josué Quevedo se mide a un reto con la dimensión de un río desbordado. Asume la dirección artística del carnaval tras 18 años caminando solo hacia donde Israel Reyes quería y con la pugna por recuperar su centralidad como fiesta principal de la isla, eje del que se ha ido desplazando tanto por la ausencia de nuevos lenguajes como por el cerco de los denuncias vecinales. «Quiero que el carnaval vuelve a brillar en la calle», expresa el nuevo responsable de la fiesta como declaración de intenciones.
A Quevedo nadie le puede negar que sabe de qué va esto. En su libro de familia alguien debió de escribir la palabra carnavalero junto a sus apellidos. Hijo de fundadora de la legendaria comparsa Los Caribes, sobrino de Rafael Reyes, exvicepresidente del Patronato del carnaval, y desde niño con la trompeta colgada al cuello en el local de ensayo de Los Chancletas.
Pero lo de Quevedo va más allá de un legado familiar. Su nombre destaca por lo que ha ido logrando como diseñador. Desde sus primeras creaciones para Las Despistadas, auténticas reinas del premio de vestuario en el concurso de murgas, en gran parte gracias a su trabajo, hasta su ascenso al Olimpo con la Reina del Carnaval de 2020.
«Creo que me lo he currado», respondía nada más hacerse oficial su nombre. Desde luego, en un concurso de méritos sería difícil descartar su nombre como principal candidato.
La elección de su perfil parece un camino natural. Este creador isletero trasciende al carnaval local y estuvo entre los nombres sobre la mesa para dirigir el de Santa Cruz de Tenerife: «Hoy no toca hablar sobre ese tema», expuso al ser cuestionado al respecto en su presentación.
Tanto Carolina Darias como la concejala Inmaculada Medina, en medio de una salva de agradecimientos a Israel Reyes, hicieron una división entre el viejo y el nuevo carnaval que luego no quisieron desentrañar. Quevedo también habló con mucho respeto de su antecesor y dio unas pinceladas del carnaval que quiere. «El ingrediente perfecto del carnaval es respetar la tradición que se ha podido perder. Todos lo hemos perdido. La gente ya no se disfraza, la gente no se motiva. Entonces creo que el secreto está en esa motivación; no solo desde la calle. También desde la educación. Desde los colegios y los centros de mayores», dijo.