Las Palmas de Gran Canaria

Sin noticias de la ermita del Pueblo Canario

El entorno del Pueblo Canario y el parque Doramas espera por la rehabilitación de la ermita de Santa Catalina, la pieza arquitectónica que acomodada en una esquina del conjunto municipal lleva ya casi un año en obras para su rehabilitación. Este mes de abril vence el segundo plazo para la entrega de las obras, pero por el momento no hay noticias de que eso se produzca en tiempo. Ni tampoco en forma.

Estas obras comenzaron el mes de abril del pasado año con un plazo de ocho meses que se tuvo que retrasar. La aparición bajo el pavimento retirado del suelo original de la ermita impuso la modificación del proyecto y la fecha de abril como el nuevo límite para concluir las obras.

Entrados ya en el mes definitivo los obras se siguen realizando sin que parezca que el plazo de ejecución previsto pueda cumplirse. Desde el pasado 4 de marzo este periódico ha solicitado en tres ocasiones al gabinete de comunicación del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria información sobre el estado de las obras. Hasta el momento, desde el equipo de prensa no se ha ofrecido ninguna respuesta.

El 4 de abril del pasado año el gobierno de la ciudad, entonces encabezado por Augusto Hidalgo y con Javier Doreste como responsable del área de Urbanismo, promocionaron a través de las comunicaciones oficiales a su disposición el comienzo de los trabajos en el pieza.

Desde entonces poco más se ha sabido. Varias vallas de obra rodean el edificio de una ermita que porta el nombre de la que fuera la más antigua de la isla, relacionada con la presencia de los mallorquines tiempo antes de la Conquista. Casi se tocan los cárteles que siguen en pie de la primera licitación y el que ya habla del modificado de un proyecto que nació con un presupuesto de 416.455 euros antes de el primer rectificado, según comunicó el Ayuntamiento en la nota de prensa de aquel día.

En esa misma comunicación se exponía que el objetivo de la actuación es reparar las cubiertas, las humedades, así como propiciar el cumplimiento de la Ley de Accesibilidad en todo el inmueble para recuperar el espacio para la ciudadanía. Dada su categoría de BIC, la intervención va encaminada en su generalidad a la conservación, restauración y consolidación.

La ermita del Pueblo Canario tiene una gran vinculación sentimental para gran parte de la ciudadanía de Las Palmas de Gran Canaria. En su nave central se han celebrado infinidad de bodas laicas durante décadas.

Además, en su interior se encuentran piezas de gran valor patrimonial como los murales realizados en su día por Jesús Arencibia, así como el bajorelieve firmado por Plácido Fleitas y en el acceso a la misa las dos pilas de agua realizadas por el escultor Abraham Cárdenes.

El proyecto de rehabilitación de la ermita viene de lejos, y ya estaba incluida en el año 2017 en la V Fase de la renovación del espacio del Pueblo Canario en su totalidad.

Por lo pronto se prolonga las obras en un lugar en el que si bien se recupera el pulso a través del bodegón, el ya eterno cierro del Museo Néstor y ahora las obras de la ermita van generando molestias de convivencia y la impresión negativo de un lugar que debería ser pulmón de la autoestima de la ciudadanía.

A la espera de la culminación de los trabajos, la vieja pieza arquitectónica que en el pasado presidía el lugar sigue rodeada por todo el material necesario para su reconstrucción y las marcas de la humedad que traducen a la vista de todos el abandono vivido durante años.

• Temas
• Augusto Hidalgo
• Javier Doreste
• Museo Néstor