Los murales de Arencibia en la ermita de Santa Catalina, en peligro por posibles daños «irreparables»
El Cabildo alertó en julio al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria de que las medidas de protección de la obra de Jesús Arencibia no eran suficientes para conservarla
El estado de los murales de Jesús Arencibia en la ermita de Santa Catalina sigue preocupando al Cabildo de Gran Canaria. A fines de julio, el servicio de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria emitió un informe en el que advertía de que las medidas adoptadas por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria en junio para frenar el deterioro de las pinturas no era suficiente para garantizar su conservación.
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La labor de inspección que se viene desplegando desde mayo advirtió del mal estado de la obra de arte, sobre todo por las filtraciones de agua procedentes del tejado. Esto generó «graves problemas» como la proliferación de sales y de una colonia de hongos que estaban provocando no solo la pérdida de adhesión, sino también cambios de color y levantamientos de la capa pictórica, la oxidación de clavos de sujeción y el desprendimiento de la tela del muro.
Esta situación levantó las alarmas por el deterioro de la obra y la posibilidad de que las esporas de los hongos y bacterias se expandieran con resultados irreparables.
Ante estos hechos, el Ayuntamiento de Las Palma de Gran Canaria planteó intervención en tres fases: la eliminación de los hongos; la posterior aplicación de un fungicida para erradicar la infección; y, último, la protección de las zonas más frágiles de fragilidad de la película pictórica si se detectasen una vez eliminados los hongos.
A partir de este plan de acción, los técnicos de Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria realizaron una visita a la ermita que se produjo el 23 de junio. En aquel encuentro, hicieron preguntas sobre dos huecos que había en la cubierta y que coincidían con las zonas del muro norte afectadas por los hongos. «La respuesta fue que ya habían intervenido y que estaba solucionado. Se nos informó que se habían sellado con espuma de polietileno, algo eventual que está pendiente de una actuación estable y definitiva por parte de la empresa que acometió las obras de restauración y bajo la supervisión del equipo técnico del Ayuntamiento», detallan en el acta de la visita los expertos del servicio insular de Patrimonio Histórico.
La intervención urgente
Ellos mismos advirtieron de que la «solución de sellado con espuma no resuelve ni garantiza la impermeabilización de la cubierta, desde donde se han estado produciendo las filtraciones que son origen de las lesiones de las pinturas». Por este motivo, propusieron la redacción de un proyecto que diera solución «segura y definitiva» al problema mediante una «intervención urgente».
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Así, aunque se detectó que el problema de los hongos había remitido, su presencia sigue siendo detectable. «Están muy incrustado en el soporte y en las pinceladas», advierten los expertos, quienes alertan de que el daño puede ser irreversible. «Los dorados de las aureolas de santos, y especialmente de la cara de uno d de los personajes, se han alterado, presentando daños importantes», especifica el acta, «la restauradora especifica que un 2% de la superficie presenta daños irreparables».
Los especialistas consideran que la «ventilación diaria ya no es suficiente» para frenar las humedades y, por tanto, propusieron un plan de choque cuyos primeros pasos deben ser el arreglo definitivo de la cubierta, junto al aislamiento del suelo y la eliminación de las humedades de la cubierta norte. «Sin estas actuaciones clave, de nada servirán los tratamientos para la recuperación de las pinturas», indican. Cualquier demora en su aplicación «propiciará graves e irreversibles deterioros».
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Las otras acciones de conservación pasan por la elaboración de un proyecto de conservación , supervisado por la Comisión Insular de Patrimonio Histórico; el control de la humedad, la ventilación, la temperatura y la iluminación interior; y el seguimiento de todas las actuaciones.
Desde el Cabildo de Gran Canaria se apura al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para que acometa estas obras antes de octubre y la llegada de las lluvias.
«La demora de estas intervenciones revertirá en la degradación irreversible de estos bienes patrimoniales», indican, «reiteramos la urgencia de proyectar y acometer las intervenciones e impermeabilización de la cubierta como primer paso en el proceso de prevención y mitigación de la cadena de acciones para evitar la continuación de los daños».
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Un edificio del siglo XIV
La ermita de Santa Catalina, donde están los murales de Jesús Arencibia, fue construida por religiosos procedentes de Baleares en el año 1356, es decir, 122 años antes de que Las Palmas de Gran Canaria fuera fundada en el corazón de lo que luego sería el barrio de Vegueta.
El edificio se vio afectado por el ataque a la ciudad de Van der Does en 1599, pero fue reconstruido con posterioridad.
A mediados del siglo XX, el arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre dirigió su renovación porque estaba y desde 2013 es un Bien de Interés Cultural.
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Entre 1957 y 1958, el artista de Tamaraceite Jesús Arencibia plasmó los murales expresionistas que cubren las paredes de la nave principal y están inspirados en la iconografía de Santa Catalina de Alejandría.
En el año 2017, el edificio de la ermita de Santa Catalina entró en el plan de renovación del Pueblo Canario y, en 2018, cerró sus puertas por las obras, que debían haber concluido en 2023. La obra fue acabada en diciembre de 2024, tras una inversión de casi 438.000 euros, La actuación permitió introducir mejoras de accesibilidad, restaurar los elementos dañados y recuperar el pavimento de fines del siglo XIX.
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