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Solar de las obras de la MetroGuagua en Hoya de La Plata. Arcadio Suárez

La MetroGuagua arrasa más de 300 árboles

Las obras de la guagua exprés han afectado a gran parte del arbolado de su futuro recorrido y la mayoría de los ejemplares trasladados no sobreviven

David Ojeda Merino

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 18 de agosto 2025, 02:00

Los futuros cronistas de Las Palmas de Gran Canaria hablarán de estos años deteniéndose en el impacto que las obras de la MetroGuagua, el medio de transporte destinado a cambiar la movilidad en la ciudad, ha tenido en la vida de la ciudadanía y el callejero palmense. En el listado de damnificados hay que incluir al arbolado de la capital, que ha perdido más de 300 ejemplares a lo largo de estos años en los que las obras han invadido el espacio urbano común.

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Es fácil comprobarlo porque en los terrenos en los que los árboles han sido fulminados actualmente no pasa nada. La gran mayoría de tramos de la futura guagua exprés están parados, algunos por problemas de ejecución y otros, incluso, con conflictos legales abiertos. Más allá de esos hay alguno, como el que gana espacio al mar a la salida del túnel de San José, que todavía no están ni proyectados. Por eso es fácil ver las heridas en el arbolado, ante la ausencia de elementos constructivos viviendo donde antes se expandían las raíces.

Según datos facilitados por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, son 312 los árboles que han tenido afección por las obras de la MetroGuagua desde que se comenzó a trabajar en diversos tramos hace ahora cinco años. Muchos de ellos han caído directamente dañados por los trabajos. Otros han sido trasladados a otros espacios de la ciudad, donde no han sobrevivido.

Hay causas de todo tipo. Pero el propio estrés que padece el censo arbustivo de Las Palmas de Gran Canaria por la incidencia de las obras y su maquinaria pasada es una de las razones. Hay casos en los que directamente el paso de la piqueta es la razón.

Los dos peores tramos

Hay dos tramos espacialmente dañados. Casualmente dos de los que históricamente están envueltos en problemas de ejecución y en la actualidad tienen paradas las obras. Son el caso del de Hoya de La Plata, donde yace un cráter en el corazón de las obras, y del parque de El Refugio, espacio que este año fue aplanado finalmente para poner la zona de atracciones del carnaval.

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En cada uno de estos lugares han caído 64 ejemplares, siendo uno de los datos más altos de todos los tramos que ahora mismo se encuentran en la capital. Relevante también es el dato del palmeral del Club de Leones, en donde han desaparecido 42 ejemplares de palmera tipo Phoenix.

El entorno del parque de Santa Catalina no solo se ha visto afectado en la zona de El Refugio, en la otra cara del parque, la sur, han desaparecido 35 ejemplares entre ficus y palmeras del parque Blanco, otro tramo que se comenzó a realizar en 2022 y que también se encuentra parado.

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El polémico tramo de la MetroGuagua en el entorno del Castillo de La Luz, con el conflicto de la doble vía en la calle Doctor José Guerra, también ha dejado secuelas en 31 ejemplares. La rotonda que la contrata de Parques y Jardines define como la de El Eco de Canarias es la que más afectada se ha visto con 66 piezas menos.

Pocos sobeviven

La mayoría de los árboles caídos fueron originalmente trasladados a otros espacios de la ciudad pero prácticamente ninguno ha logrado sobrevivir al cambio de entorno. Ejemplifica bien este aspecto lo que ha sucedido con los árboles que fueron desplazados del tramo de Hoya de la Plata. Estos fueron mudados a Barranco Gonzalo, entre su barrio de procedencia y Pedro Hidalgo, pero el 90% ya ha perecido.

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Durante el proceso de las obras esos árboles están bajo la cobertura de la concejalía de Urbanismo, ya que los profesionales de Parques y Jardines no pueden acceder a las obras salvo motivos como la evaluación y posterior ejecución, si se dan las condiciones, de los traslados a otros emplazamientos.

Corresponde a este área del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria notificar a los servicios competentes cuando finalicen las obras para que vuelvan a asumir la responsabilidad que compete a cada una de sus áreas. Algo que, evidentemente, todavía no ha pasado en relación a las obras de la MetroGuagua.

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Dado este escenario, es complicado calibrar cuántas más afecciones tendrá la obra de la MetroGuagua en las calles de Las Palmas de Gran Canaria. En relación a su arbolado, desde el área de Parques y Jardines, responsabilidad de Gemma Martínez Soliño, se apunta que «se está trabajando en un plan director del arbolado que determinará las fórmulas adecuadas para el tratamiento del arbolado municipal por parte de todos los actores implicados, y una ordenanza de protección del arbolado que, entre otras cuestiones, abordará, como ya lo hacen ordenanzas de Sevilla o Zaragoza, medidas específicas para minimizar el daño vegetal en las zonas de obra, la colocación de elementos de protección para tronco y raíces de forma obligatorio, y medidas a tomar en caso de infracción».

Mientras tanto, la ciudad, cuyo arbolado muestra su fragilidad casi todas las semanas, se permite el lujo de dañar ese patrimonio que la cobija.

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