
Las Palmas de Gran Canaria
Llegó Tres Palmas y mandó a pararSecciones
Servicios
Destacamos
Las Palmas de Gran Canaria
Llegó Tres Palmas y mandó a pararEl 8 de abril de 1974 el Régimen no quiso fotografiarse en Tres Palmas, donde ladera arriba nacía un barrio que cambió la historia de la movilización ciudadana en Las Palmas de Gran Canaria. Ese día se entregaron las llaves de las viviendas que la cooperativa de trabajadores de Jardineras Guaguas impulsó en el Cono Sur. Y se abrían las puertas de un barrio autogestionado, de un espacio social que peleó por sus derechos y que proclamaba como consigna:«La vivienda social fue negocio general. Llegó Tres Palmas y mandó a parar».
Hoy en Tres Palmas las mañanas gotean con la cadencia de un grifo con pérdidas. Sin apenas ruido de fondo, con los pájaros que anidan en sus jardines comunitarios imponiendo la banda sonora del día. En la biblioteca pública, orgullo del barrio, grupos de jóvenes se concentran en sus estudios.
La vida reposa sobre un barrio que fue una utopía que cobró cuerpo con mucho esfuerzo y ladrillo a ladrillo. Que se rebeló contra la subasta de sus viviendas, que derribó al Ayuntamiento en la guerra del agua en 1983, que en sus locales sociales prendió la llama de la movilización juvenil y cultural.
Hace medio siglo que por sus calles empinadas pasean, entre otros, Juan Samper, Julio Guillén Santana, Bernardino Castro Torres, Armando Santana García o Jesús Medina, reunidos para CANARIAS7 para tratar de sintetizar la historia de un barrio que sigue debiendo muchísimo al hombre que da nombre a su calle transversal: Andrés Alvarado Janina, líder hasta casi su fallecimiento del colectivo ciudadano Vecinos Unidos.
Es casi imposible sintetizar la conversación, que brota por una vida entera de recuerdos. Samper hace historia y recuerda cuando mediada la década de 1960 la cooperativa de trabajadores de Jardineras Guaguas –faltaban muchos años para la municipalización de la empresa– se hizo con los terrenos para que, a través del Patronato franquista, se convirtiera en realidad el nacimiento de un barrio.
Ese es el primer impacto que ofrece esta historia. Cómo fue posible que en plena dictadura un colectivo de trabajadores, en su mayor parte de filiación comunista –Alvarado Janina había estado preso en la prisión central de Cáceres– fue capaz de articular una comunidad en un costado de la capital.
«Estamos aquí desde que estaba el agua de obra y no había todavía luz en los edificios», rememora Julio Guillén, jubilado de los míticos almacenes Alcorde, donde apañaba materiales como la chapa que preside la entrada al barrio y que recuerda el sentido comunitario que esas calles tienen para ellos.
El 13 de septiembre de 1966 quedó constituida la Cooperativa de Viviendas Tres Palmas. Tras meses resolviendo, con el histórico y ya desaparecido abogado Carlos Suárez 'Látigo Negro' como jefe de la rectora, la burocracia del Sindicato Vertical. El primer capital para levantar aquellos edificios que reflejó la cuenta corriente de la Cooperativa fue de 487.480 pesetas.
Juan Samper recuerda a una figura vital en el primer desenlace de la historia: Augusto Hidalgo Champsaur, abogado y padre el actual vicepresidente del Cabildo de Gran Canaria. «Él se dio cuenta de la jugada que nos quería hacer el Patronato y consiguió que las viviendas pertenecieran íntegramente a la Cooperativa».
La incapacidad del Estado para articular las viviendas sociales en aquellos años hizo que se recurriera a las cooperativas para ello. En Las Palmas de Gran Canaria hay ejemplos de sobra como Madera y Corcho o los edificios de los taxistas y los transportistas. «Muchos de esos casos acabaron mal y se perdía dinero por medio y eso lo evitamos aquí. Por eso estaba aquel cartel que decía 'La vivienda social fue negocio general. Llegó Tres Palmas y mandó a parar», explica Samper.
Julio Guillén hace balance de aquellos días que se fueron sucediendo desde el 8 de abril de 1974: «El Patronato lo dejó todo a medias. Tuvimos que terminar los edificios e incluso las aceras las hicimos nosotros. Todo lo verde que ha existido aquí lo hemos plantado los vecinos. En los folletos que nos habían dado de jardinería japonesa y todo, japonesa leche machanga... Al abrir las casas nos encontramos vicios de la obra. Yeso muerto en las paredes; nos habían dicho que el suelo sería de granito y era de un picón negro. Que a más los pulíamos más negros se quedaban», recuerda ahora entre risas.
Armando Santana llegaba de trabajar como heladero en Los Alicantinos, un lugar instalado en la memoria de la ciudadanía. Miraba hacia la loma y se preguntaba 'cuándo terminarán esto para poder casarme'». Llegó la hora del matrimonio y lleva cinco décadas en esas casas.
Los constantes defectos que aparecían en los edificios de Tres Palmas, las promesas que nunca se cumplieron, llevaron al barrio a trabajar en la construcción de sus infraestructuras. Todos aportaban material y sus brazos en los llamados 'Sábados Rojos', en los que los vecinos completaron la construcción del barrio.
Hasta el alcalde del momento, Fernando Ortiz Wiot subía al Cono Sur a pillar el sacho y rematar la faena echando piscos. «No era para nada una persona de nuestra ideología pero es verdad que nos apoyó mucho», recuerdan vecinos como Jesús Medina.
Al sentirse estafados por el Patronato y el Banco de Crédito a la Construcción plantearon una huelga de pagos que les llevó a una situación terrible, la salida a subasta de sus viviendas. Volvieron a las calles, empezaron una batalla legal y social que ganaron y en 1979 fue suspendida la subasta. Un triunfo que hace que incluso las fiestas del barrio lleven el nombre de las Fiestas de la Subasta. «Lo que hoy tenemos aquí es solo gracias a los vecinos».
Fue otra muestra de que en Tres Palmas anidaba un carácter especial. Ese forjado en la militancia antifranquista y que no iba a agachar la cabeza pese atravesar la brecha en tiempos de una inmadura democracia.
Paralelamente a la lucha, el barrio se organizaba a través de sus actividades culturales y comunitarias. Evelio, un vecino ya fallecido, profesaba la fe católica. Y organizaba misas en los locales del barrio. Llegó el punto de que ofrecieron al obispo Infantes Florido una misa de desagravio en el año 1976.
De los locales de Tres Palmas han nacido hitos culturales de la historia de Las Palmas de Gran Canaria como la comparsa Metrópolis, una de las marcas históricas del carnaval de la ciudad. O los equipos del fútbol que a lo largo de los años ha tenido el barrio, incluso femenino en una época casi inexistente.
Bernardino Castro aparece por el local junto a la biblioteca, una promesa arrancada y cumplida por el Partido Popular. Con ello quiere subrayar que pese a la militancia política que hizo crecer el barrio, las siglas importan menos que la ciudadanía.
Él ha jugado un papel especial en la historia del barrio. Personal laboral del Ayuntamiento de Agüimes durante muchos años fue siempre el encargado de resolver la burocracia de los objetivos colectivos. «Una de las claves para conseguir cosas ha sido siempre que hemos estado atentos para salir al paso de las convocatorias que surgen. Y todo se solicita con un proyecto perfectamente realizado. Aquí todo el mundo colabora desde la materia que conoce: el fútbol, el folclore...», señala.
En 1983 Tres Palmas firmó otro de sus momentos históricos, la victoria en la Guerra del Agua tras más de 60 días sin suministro. La gestión de los recibos del Servicio Municipal de Abastecimiento de Agua, que obligaba a los presidentes de los edificios a pasar a por el cobro y el doble pago al que eran forzados provocó otro plante y protestas.
El Ayuntamiento, gobernando por Juan Rodríguez Doreste, les aisló y cortó todos los suministros posibles. El barrio cortó las calles y recorrió la ciudad protestando. Y logró otra victoria que ha servido para dotar de una herencia y una personalidad singular a esta esquina del Cono Sur de la ciudad.
Publicidad
Gonzalo Ruiz y Gonzalo de las Heras (gráficos)
Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Fernando Morales y Sara I. Belled
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.