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Manuel Esteban Montoro, este lunes en la primera sesión del juicio. F.J.F

El homicida confiesa: «No fui a matarlo, estaba muy nervioso, solo quería herirlo»

El autor del crimen que acabó con la vida de Daniel García en Lanzarote podría ser condenado a 10 años tras reconocer los hechos

Francisco José Fajardo

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 24 de noviembre 2025, 17:43

«No fui a matarlo, estaba muy nervioso y solo quería herirlo nada más». Con esa frase, pronunciada ante el Tribunal del Jurado de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas, el acusado Manuel Esteban Montoro resumió este lunes cómo asestó las tres cuchilladas que acabaron con la vida de Daniel García García en unos hechos ocurridos el 25 de julio de 2023 en Lanzarote. Su declaración llegó después de que las partes en sus informes manifestaran que se trataba de un «juicio sencillo» ya que había confesión y acordaron pedir 10 años de prisión, la pena mínima por este homicidio.

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La fiscal María Isabel García Galván, abrió la sesión explicando que se trata de un procedimiento «relativamente sencillo porque el acusado ya reconoció los hechos en instrucción». Su escrito detalla que el 25 de julio de 2023, en la terraza de la cafetería Kalos, en Playa Blanca, Montoro reclamó a la víctima la devolución de un móvil y, «con ánimo de acabar con la vida de él o a sabiendas de que podía ocasionarle la muerte», le asestó tres puñaladas con un cuchillo de sierra de 22 centímetros. Las heridas perforaron pericardio, ventrículo derecho e intestino y provocaron la muerte en el acto.

El abogado Agustín Márquez, que ejerce la acusación particular en nombre de la madre de la víctima, afirmó que «el acusado ha reconocido en varias ocasiones los hechos de forma expresa» y sostuvo que Montoro «actuó con ánimo de matar, con conciencia del resultado mortal».

Los datos

  • Punto de partida. Tanto la Fiscalía como la acusación particular solicitaron inicialmente una pena de 13 años de prisión.

  • Acuerdo. La defensa pidió inicialmente la absolución, pero, tras el reconocimiento acepta una pena de 10 años de prisión.

  • Dinero. Las acusaciones reclaman que indemnice a la madre de la víctima con 65.000 euros.

La defensa recordó las circunstancias personales del acusado y su estado en el momento de los hechos. Explicó al jurado que su «primer contacto fue en la comisaría de la Policía Local de Yaiza y me sorprendió su buen carácter y tranquilidad», señalando también que «la víctima tenía 40 años y el acusado 69». Añadió que Montoro «tenía una vida cómoda pero tuvo un incidente con él y en una pelea perdió los papeles». Afirmó que «se marchó del local sin saber que lo había matado y se enteró cuando estaba en la comisaría», donde lo vio «trastornado, como loco». Destacó igualmente que «es un señor muy educado que no ha dado ni un problema en la cárcel» y fijó su postura: «Defendemos el homicidio básico que son 10 años, el mínimo». Según su planteamiento, Montoro «no tenía intención de matar a la víctima».

Dice que no quiso matarlo

Tras los informes, el jurado popular escuchó al acusado, que ofreció un relato centrado en su versión de nerviosismo y pérdida de control. «La víctima había estado en mi caravana para comprármela y me robó el móvil. Luego, nos fuimos un compañero y yo a tomar un cortado y me lo encontré. Me dijo que pasó, le respondí que para el sol un gorrito y unas gafas. Le pedí por favor que me diese el teléfono», empezó. Aseguró que el intercambio se tensó hasta el punto de que «se lo repetí cinco o seis veces y me vacilaba» y que en un instante sintió un impulso súbito: «Escuché que le dijeron 'pégale ya' y me nublé, perdí la razón. Jamás le he hecho daño a nadie. No sé ni lo que hice, perdí la razón».

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Insistió una vez más en la ausencia de intención homicida: «No fui a matarlo, estaba muy nervioso y solo quería herirlo nada más». Relató que tras abandonar la zona se dirigió directamente a la policía: «Después fui a entregarme. Tenía pálpitos en el corazón y estaba muy nervioso». Dijo que caminó hacia la comisaría porque «pensé que solo lo había herido y fui recto a la comisaría».

Explicó también que trató de calmarse: «Estaba intentando tranquilizarme en la calle de la comisaría y antes había tirado el cuchillo, no recuerdo dónde. Estaba muy nervioso, fuera de sí». Subrayó que «no discutí con él para nada, le rogué que me devolviera mi móvil» y cerró reiterando su arrepentimiento: «Hice mal, tengo que cargar con ese remordimiento toda la vida. Nunca le he hecho daño a nadie, soy cristiano. Podría haberme respetado un poquito, pero no lo hizo. Le rogué que me devolviera mis pertenencias».

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El juicio se reanudará este martes con la declaración de testigos, policías y peritos, además de los informes finales antes de que delibere el jurado.

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