En estas fiestas carnavaleras, que no dejan indiferente a nadie, los políticos y alcaldes canarios también dan rienda suelta a su imaginación para conseguir cada año el mejor disfraz
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Podría decirse que lo mejor que tiene el carnaval de Las Palmas de Gran Canaria es que no deja indiferente a nadie. La alegría en esta época del año se contagia y traspasa las fronteras de la capital. Porque una cosa está clara: en febrero el carnaval se convierte en una prioridad en la isla.
En estas fechas hay fiesta de sobra para todos y todas. Fiesta para los grancanarios y grancanarias, que esperan con ilusión a que llegue el segundo mes de cada año. Fiesta para la gente de fuera, que desembarca en la isla solo para disfrutar de esta famosa celebración. Y fiesta también para los políticos y alcaldes de la ciudad.
Y es que, en un evento que no deja a nadie atrás, los rostros conocidos de la política canaria también le dan rienda suelta a su imaginación para conseguir el mejor disfraz y tomar las calles de la capital para pasarlo en grande. Aunque los menos previsores esperan hasta última hora para hacerlo y terminan saliendo con el primer complemento que encuentran, tenga o no tenga que ver con la alegoría elegida para esa temporada. Pero eso ya es una cuestión de preferencias.
Sea con un difraz elaborado o improvisado, todos y todas ellas se visten con el mismo objetivo: disfrutar del ambiente carnavalero que se deja sentir en todos los rincones de la ciudad. El mismo que late con fuerza en el corazón de los fanáticos y fanáticas de estas fiestas multitudinarias.
Ya muchos y muchas lo han demostrado en las divertidas apariciones que han protagonizado a lo largo de estos años. Lo hizo Antonio Morales cuando se vistió de luto para el entierro de la sardina, Teodoro Sosa cuando se puso el traje del soldadito de plomo o Pepa Luzardo con alguno de sus extravagantes atuendos carnavaleros.
También lo hizo Soria cuando imitó al mítico cantante Elvis Presley, Jerónimo Saavedra cuando decidió ser pirata por un día, Demetrio Suárez todas las veces que se subió a una carroza, Augusto Hidalgo cuando se vistió de John Lennon o Cardona cuando se transformó en el misterioso Sombrerero Loco.
Es bien sabido que, este año, la capital grancanaria se ha convertido en la icónica discoteca neoyorkina bajo la temática 'Studio 54'. Una sala de baile que ha dado mucho de sí, pero que está a punto de cerrar sus puertas.
Antes de que esto ocurra, la ciudad volverá a llenarse de brillos, lentejuelas y telas psicodélicas, para vivir las tres citas que pondrán punto y final a este carnaval: la gala drag queen, la gran cabalgata y el entierro de la sardina. Y la pregunta que todo el mundo se hace es: ¿Con qué disfraces sorprenderán los políticos y alcaldes este año?
El carnaval capitalino llega a su fin, pero su espíritu seguirá vagando por las almas de los isleños e isleñas, que ya cuentan los días para que febrero vuelva a alcanzar sus calendarios y así comenzar de nuevo con la fiesta.
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