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Los vecinos denuncian las dificultades de acceso y la inacción municipal. Arcadio Suárez
Confinados por una cuesta de cemento

Confinados por una cuesta de cemento

Vecinos de las casas terreras de Hoya de La Plata denuncian que los vehículos de emergencia no pueden llegar a sus puertas por el mal estado de los accesos

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 10 de octubre 2020, 23:33

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Desde que a la casa de Felo solo se subía a lomos de un burro poco ha cambiado en la parte alta de Hoya de La Plata, donde unas treinta familias viven colgadas del risco. Tan solo una lechada de cemento para que puedan subir los coches y un muro que ordenó a hacer Nardy Barrios se han atrevido a cambiar algo la fisonomía del barrio en casi medio siglo.

Las anécdotas, dolorosas muchas, ruedan por esta carretera en la que si no se es un poco hábil, no resulta complicado que el coche se quede atascado en una curva. La vía es tan mala que una ambulancia tardó una hora en bajar a un vecino que presentaba una urgencia médica por un ictus. Y eso que apenas son cien metros hasta poder tocar el asfalto, ya en la calle Estrella de Mar. «El conductor se vio negro para salir», exponen los vecinos.

De hecho, las ambulancias se niegan a subir. Domingo Ortega, uno de los vecinos afectados por este aislamiento, explica que «a una vecina, Teresa, tuvieron que sacarla en una camilla los bomberos y llevarla hasta la carretera». Y Rafael Falcón tuvo que meter a otro vecino en el portabultos de su cuatro por cuatro para poder evacuarlo hasta el hospital «porque no había manera».

Dolores Ortega ayuda a una vecina mayor a caminar. Arcadio Suárez

El confinamiento es un estado natural para algunas personas mayores que viven en esta ladera y desde la que se puede disfrutar una de las mejores vistas de la costa sur de la capital grancanaria. Mientras se hacía este reportaje, llegaba Lina con la compra para su madre. «No puede salir de casa», explica.

Los vecinos demandan un arreglo de la carretera, que pasaría por un rebaje de alguna curva para evitar que los vehículos se queden varados en la vía.

Además habría que instalar imbornales para asumir el agua de la lluvia porque cuando hay precipitaciones de cierta intensidad, «la calle se convierte en un barranco».

Propuesta inviable

La asociación de vecinos Hoya de La Plata Original presentó una propuesta a los presupuestos participativos para posibilitar el acceso de los vehículos de emergencias a través de la calle Estrella de Mar, pero los técnicos municipales consideraron que la iniciativa era inviable porque «no existen terrenos de propiedad municipal para ensanchar la vía».

Por eso hay una sensación de abandono en esta parte de Hoya de La Plata. «Los vecinos están preocupados pero el Ayuntamiento no nos hace caso», explican, «y eso que pagamos de catastro unos trescientos euros».

En el barrio recuerdan la última visita que hizo el alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo. «Nos dijo que esto parecía Cuba». Poco más. «Para el alcalde solo existe la MetroGuagua y los carriles bici», lamenta Loli Ortega, vicepresidenta de la asociación.

Miriam Carolina señala los sacos de escombro que llevan meses acumulados en la calle Estrella de Mar. Arcadio Suárez

Por si fuera poco, los operarios de limpieza se niegan a subir las cuestas hasta la parte alta del barrio porque les dicen que no está asfaltado. Y ni siquiera en la zona ya civilizada, la limpieza es mucho mejor. En la calle Estrella de Mar se acumulan unos treinta sacos de escombros «desde hace más de un mes».

La basura se acumula también en las laderas que dan a la parte baja de Hoya de La Plata, en especial en forma de escombros. Rafael Falcón se encargaba de poner trampas para controlar la población de erizos pero ha dejado de hacerlo porque la acumulación de basura y el hecho de que haya personas que se acercan al barrio para soltar y alimentar gatos ha posibilitado también la proliferación de una gran colonia de ratas.

Los problemas de estos vecinos no se acaban cuando salen de su calle. Todavía se quejan de la velocidad a la que circulan coches y camiones por la carretera que viene del vertedero de Salto del Negro. Y lo mismo ocurre en la antigua carretera del sur, la que conduce a la playa de La Laja. Aquí, además, la falta de luz ampara el trapicheo de drogas. Los vecinos también pidieron luminarias a los presupuestos participativos, pero como ocurrió con su otra propuesta, fue desechada. En este caso, se alegó que era inviable porque se está a la espera de que el Cabildo lo incluya en un proyecto de adecuación ambiental de la salida sur de la capital grancanaria.

Aquí además hay un muro con un gran agujero que hace temer a los ciudadanos de un posible derrumbe. Justo en este sitio hay un pilar del paso elevado de peatones donde hay una baranda suelta.

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