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Operarios de Parques y Jardines en la zona del palmeral de Las Coloradas. Cober
El cementerio de palmeras de Las Coloradas queda desalojado

Las Palmas de Gran Canaria

El cementerio de palmeras de Las Coloradas queda desalojado

18 años después el Ayuntamiento cumple la sentencia que le obliga a salir de un terreno privado que invadió en los noventa

David Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Lunes, 5 de agosto 2024, 22:53

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Operarios del área de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria faenaban este lunes en los terrenos de Las Coloradas que hace tres décadas fueron colonizados, sin permiso de sus propietarios, para plantar un palmeral. El objeto de esta operación es cumplir con una sentencia del año 2006, que obligaba al consistorio a sacar los cadáveres de los árboles de la zona tras años de abandono y una imagen sepulcral.

La del palmeral de Las Coloradas es una historia increíble. De esas que forman parte de la ya incontrolable factura de dinero derrochado por el gobierno de la ciudad y de la que no escapa ninguno de los distintos partidos políticos que ha instalado su campamento base en las Oficinas Municipales de León y Castillo.

En esta historia, por ejemplo, hay que remontarse a 1995, año I de José Manuel Soria en el Ayuntamiento. El gobierno de la ciudad, tras una acción anterior del Cabildo de Gran Canaria –que invirtió 13 millones de pesetas en un sistema de riego que nunca se utilizó–, entró en la parcela y en una acción cosmética y, según la justicia ilegal, usó un terreno particular para crear este ya difunto palmeral.

La hemeroteca de este periódico da fe del desatino que aquello supuso desde el principio. En sus páginas quedan los ruegos de Felipe Méndez, que fuera líder vecinal del barrio que corona La Isleta, para que alguien se hiciera cargo de aquella infraestructura que se iba secando y dejando el triste cuadro de las hojas secas acariciando la tierra pelada sobre la que fueron sembradas tiempo atrás.

Nunca huba una estrategia de conservación para aquellas palmeras que ahora, cumpliendo con estricto protocolo del Gobierno de Canarias deberán ir al Ecoparque como destino final.

Fue un fallo del Tribunal Superior de Justicia de Canarias el que en el año 2006 dio la orden de desalojar las palmeras de los terrenos okupados en Las Coloradas y no hay una razón que explique con claridad el motivo para hacerlo ahora. «Ni Las Coloradas ni Las Palmas de Gran Canaria merecían una imagen tan triste y desoladora como la que suponía ese cementerio de palmeras fruto de la mala gestión. Ojalá se hubiera hecho mejor entonces, pero no íbamos a dejar pasar más tiempo. Responsabilizarse de las infraestructuras verdes es asumir las consecuencias de las políticas anteriores, implantar las mejoras posibles y que el efecto se vea a futuro. Más verde y más viva, esa es la ciudad que queremos», es la respuesta que ofrece a esta redacción Gemma Martínez Soliño, concejala de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía, Accesibilidad, Parques y Jardines y Agricultura, Ganadería y Pesca.

Imagen principal - El cementerio de palmeras de Las Coloradas queda desalojado
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Sí es cierto que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, al menos en la etapa más reciente, ha intentado dar con los propietarios para agilizar el desalojo de este palmeral pero no ha logrado contactar con ellos y conseguir una respuesta.

Vieja historia judicial

A pesar de tratarse de terrenos privados el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria hizo suyos los terrenos hace décadas. Incluso el acceso al palmeral, en el singular entorno del campo de fútbol del barrio, el Jorge Pulido, es presidido por un cartel que junto al escudo municipal lleva el nombre con el que fue bautizado el terreno por los regentes locales en su momento: Nuestra señora de Fátima.

Una sentencia de la Sala de lo Contencioso Administrativo ya dictaminó en octubre de 2006 que desde 2002 se había hecho muy evidente la colonización de ese espacio de 17.000 metros cuadrados por parte del gobierno de Las Palmas de GranCanaria.

Aquel documento judicial acreditaba que el Ayuntamiento debía proceder al desalojo y devolver los terrenos, además de comprender una indemnización de carácter económico a los propietarios de la parcela.

La vieja sentencia de 2006 expone que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria fue apropiándose de los terrenos y realizando en el solar pequeñas acciones, como la colocación de porterías, para darle cierto aire municipal a un espacio que no le pertenecía.

En el año 2012 otra sentencia obligaba a talar esos árboles y desocupar el terreno. Incluso Ángel Sabroso, entonces concejal de Medio Ambiente, se comprometió al trasladó de esas palmeras en el corto espacio de unos meses. Pero allí seguían hasta esta misma semana.

El equipo de Parques y Jardines apareció ayer con su maquinaría por la parcela para comenzar la operación de poda y limpieza, una logística que en principio les tendrá ocupados en la zona hasta el próximo miércoles 15 del presente agosto.

Tras años dañando el entorno, con un impacto visual triste, las palmeras abandonan Las Coloradas dejando atrás una triste historia de mala gestión política. De esa que se cruza con la crónica judicial y que acaba convirtiendo el dinero público en algo tan inútil como el sistema de riego que nunca se llegó a usar.

Las Coloradas pierden un elemento simbólico que jamás cumplió con la misión de ornamento de una de las vistas más hermosas de la ciudad.

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